Las 10 Peores Series de 2019

Las vimos y sentimos que estábamos perdiendo el tiempo, de hecho, son horas completamente desperdiciadas que podríamos haber invertido en tantas otras cosas (ver más series, obvio). Son la contracara del gran año televisivo, las que tiraron por la borda las maravillas que hablamos de la pantalla chica. Estas son las peores series de 2019.

Aclaramos: en el listado encontrarán una extraña mezcla entre “malo en serio” y “gran decepción”. En esa segunda categoría aparecen los shows que nos defraudaron o no supieron explotar un potencial en el que creíamos.

Y como siempre en cada selección anual en Alta Peli, los invitamos a proponer las series que creen tenían que estar aquí.

Las 10 Peores Series de 2019

10 – Weird City (Youtube)

El 2019 pronto nos puso ante una decepción, el show de Jordan Peele para Youtube. Una ciudad futurista llamada Weird, donde la clase media ha desaparecido por completo, dividiéndose en dos secciones: los que tienen todo y los que no. La antología termina sin la mirada crítica que prometía, sin rastro de la profundidad de esa Get Out que le valió un Oscar, entregando episodios totalmente carentes de audacia e ingenio, y encima sin robarte una miserable sonrisa. Parece una versión chata de Black Mirror… pero de su última etapa, lo cual ya es mucho decir. Y con este precedente nos tendríamos que haber preocupado (o al menos bajado las expectativas) por el pobre revival de La Dimensión Desconocida que Peele nos acercaría meses después.

9 – The Order (Netflix)

El infierno debe estar repleto de series de Netflix que nadie entiende cómo fueron aprobadas y The Order es una. Tratar sobre adolescentes -y estar destinada a ellos- no quita la posibilidad de lograr un buen producto, pero esta mezcolanza de ideas vistas en mejores series y películas del estilo (desde la inoxidable Buffy a The Magicians, incluso pasando por Teen Wolf… y ni me atrevo a comparar con Harry Potter) resulta hueca. Jamás encuentra un tono propio ni logra decidirse entre tomarse en serio o abrazar su estúpida existencia, eso sumado a valores de producción que no aceptaría ni Syfy. Para desarrollar una mitología como la que pretenden, cualquier serie necesita personajes lo suficientemente fuertes para salir adelante; y aquí no existen. Parece una producción de los 90, con todos los clichés que ya sonaban viejos en aquella época.

8 – Fam (CBS)

Haciéndole honor a las sitcoms que atrasan, pero que siguen encontrando un lugar en la grilla, Fam se lleva las de ganar perder con su refrito de ideas añejas vistas hasta el hartazgo y carentes de gracia. Ni las buenas intenciones de Nina Dobrev ni el talento de Gary Cole salvan una comedia de molde, gastada y tan simplista que da pena. Que venga de la mente de Corinne Kingsbury, mano derecha de Aaron Sorkin en The Newsroom, es inentendible y hace que el enojo ante un producto tan soso sea aún mayor.

7 – La Casa de Papel 3 (Netflix)

¿La miramos completa y de un tirón? Pues claro. Pero que sea entretenida y se deje ver no significa que sea buena. Todos los maniqueísmos y giros grotescamente inadmisibles que nos divirtieron en las primeras 2 partes, aquí toman ribetes artificiales difíciles de aceptar para cualquiera que no sea un fan acérrimo (que los hay, y muchos). El notorio aumento de presupuesto, por ser ahora original de Netflix, solo deja sentir que se podrían haber ahorrado algún escenario para invertir un poco más en el guion. Rodrigo De la Serna salva el producto (hasta cierto punto, o será que lo queremos) con sus apariciones, pero las situaciones inverosímiles se acumulan en niveles insospechados. Usar la misma fórmula del éxito, pero haciéndola más grande y ruidosa, solo dejó que se le vean aún más los hilos.

6 – Critters: A New Binge (Shudder)

Caso especial, porque todos esperábamos que sea mala y cuanto más mala mejor, pues allí radicaba su gracia. El tema es que se lo tomaron muy a pecho y resultó algo malísimo, que es gracioso en un primer acercamiento para, luego, hacernos meditar sobre qué clase de problemas tenemos para estar viendo algo pésimo a conciencia, creyendo disfrutarlo, pero sintiendo una vergüenza que crece a cada minuto. Por suerte es corta y no es que hayamos desperdiciado nuestras vidas en este regreso de los Critters, una serie que rápidamente va perdiendo su escaso y vulgar humor. Adoro a estos bichos, pero que el show sea malo adrede no lo exime de asegurarse con creces un lugar en esta lista. Es tan clase B que lastima.

5 – Future Man, Temporada 2 (Hulu – En Latinoamérica por FOX Premium Series)

La maldición de las segundas temporadas este año se llevó puesta a una comedia que, quizás, debería haber quedado con un solo año. Sin ser ya novedad, perdió el encanto entre tramas imposibles de seguir. Las referencias a todo el universo de ciencia ficción siguieron estando, pero sintiéndose como una carga más que como un chiste. Separar a los personajes protagónicos en el inicio de la temporada arruinó lo mejor que tenían. Con el correr de los capítulos, la pérdida de interés se incrementa por una historia a la que le falta ritmo y humor, mientras le sobran episodios.

4 – Whiskey Cavalier (ABC – En Latinoamérica por Warner Channel)

Una serie de espías que se pierde en su propia tontera. Banco a Lauren Cohan y Scott Foley, pero la dupla no logra superar una serie tan blanca que parece de otro tiempo. La trama da para mucho, pero queda en un procedimental del montón. Pareciera que se avergüenzan de la sangre y la violencia que la propia historia requiere, y se encargan de ocultarla en un intento desesperado por atrapar a todos los públicos. Ni eso la salvó de la cancelación, por lo que es un desperdicio de intenciones que podrían haber funcionado en otro contexto no tan encorsetado. Una lástima tanta falta de personalidad.

3 – Chambers (Netflix)

La campaña de marketing de la N Roja nos hizo creer que era “la serie de Uma Thurman”, pero lejos está de serlo. Uma ocupa un rol secundario, seguramente aceptado al verse tapada de boletas que pagar o aconsejada por algún enemigo. La serie en realidad es otro de los tantos shows de horror adolescente que pueblan Netflix, respondiendo a algún algoritmo que indica que a ese público objetivo le venden cualquier cosa. Una joven recibe un trasplante de corazón, y ese corazón oculta secretos. Ni el plot inicial es original, pero lo que sigue es un despropósito intrincado, con personajes irritantes y exagerando caras de o-jo-que-o-cul-to-un-se-cre-to. Si al comienzo genera un poco de intriga, esta se dispersa cuando las ridiculeces empiezan a sucederse. El peor error de Chambers es tomarse demasiado en serio cuando debería preocuparse por, como mínimo, entretenernos.

2 – The Walking Dead, Temporada 10 (AMC – En Latinoamérica por FOX)

Como seguidor de la serie desde el día 1 y bancando los trapos pase lo que pase (obvio que la seguiré viendo esperanzado), la nueva temporada del otrora tanque zombie es indefendible. TWD siempre tuvo un grave problema con su abanico de secundarios, pues la dependencia con los personajes originales la llevó a hacer agua cada vez que intentó presentar nuevos seres. Ya casi sin nadie de esa primera camada, lo que quedó fue un grupo enorme de personas con los que nadie empatiza. Sin que a nadie le importe sus destinos, poca tensión o interés puede conseguir. Así hemos sido testigos de muertes que intentan ser épicas con personajes que apenas si conocemos sus nombres. Arcos estirados hasta el hartazgo, villanos que generan risa y el apartado visual parece dejado a su suerte. La serie que nos tenía al borde del sillón se transformó en una para tener de fondo mientras lavamos los platos.

1 – The I-Land (Netflix)

Un grupo de desconocidos intentando sobrevivir en una isla misteriosa. No es Lost, aunque la misma The I-Land se encarga odiosamente de recordarla con decenas de guiños, como si intentase estar a su altura (cosa que ni de cerca). Si por la fuerza nos vemos obligados a compararla, vendría a ser la prima pobre de Lost, indigente casi. Cuando la trama empieza a explicarse logrará alejarse de los Perdidos, pero a cada paso, con cada giro, irá abandonando el de por sí poco sentido que inicialmente tenía. El nivel actoral es de los más lamentable visto en años, y no es solo culpa del cast: los personajes son desechables desde el mismo guion. Confusa, repleta de fallas y realizada con un presupuesto demasiado bajo para lo que intenta contar. Lo más olvidable de este 2019.

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