10 series basadas en casos reales que tenés que ver

Series basadas en casos reales, que utilizan personajes y tramas de la vida real para generar un universo propio tan amplio como estremecedor por un simple motivo: lo que estamos viendo, ocurrió. Aquello de “la realidad supera a la ficción” no es una mera frase hecha, los 10 casos que recomendaremos a continuación así lo demuestran.

Series basadas en casos reales

Trust

Simon Beaufoy y Danny Boyle, dupla tras la oscarizada Slumdog Millionaire, vuelven a reunirse en esta serie protagonizada por Donald Sutherland, Hilary Swank, Brendan Fraser y Michael Esper, entre otros. Relata el secuestro y multimillonario pedido de rescate del joven John Paul Getty III, heredero de la fortuna de la familia petrolera Getty, cuando es capturado en Roma en 1973. Lo mismo que cuenta Ridley Scott en Todo el Dinero del Mundo, pero con tantas vueltas de tuerca y un estilo TAN Boyle que casi no puede comparárselas. Visualmente perfecta, la locura narrativa desatada va rotando el protagonismo entre los diferentes personajes, convirtiendo lo que podría ser un simple secuestro en una saga familiar tan rica como sarcástica alrededor de un hombre que solo consigue despertar los demonios más profundos en cada persona que lo rodea.

Historia De Un Clan

Serie argentina que imagina lo ocurrido dentro de las paredes de uno de los hogares más escalofriantes del país: el de los Puccio, la familia de San Isidro que a comienzos de los años 80 secuestraba “gente bien” de su entorno para asesinarlos luego de cobrar el rescate. La producción de Underground convence gracias a unas actuaciones memorables (soberbio Alejandro Awada, sorprendente lo de Chino Darín) y -el punto más alto de la ficción- la generación de un clima perturbador, agobiante, casi onírico, totalmente ajeno a otras producciones de nuestra pantalla pequeña. El halo de perversión obtenido por el hábil ojo de Luis Ortega nos interpela y juega despertando en igual medida morbo y rechazo.

Manhattan

Recrea el proceso de construcción de la bomba atómica. Mezcla personajes verídicos con algunos inventados (aunque basados en los reales) para centrarse en el proyecto ultrasecreto del mismo nombre que culminó en la creación de Little Boy y Fat Man, los artefactos explosivos que en cuestión de segundos provocaron una destrucción masiva. Apuesta a generar intrigas en la vida del poblado llamado Los Álamos, levantado especialmente para la ocasión en medio del desierto, que estaba completamente aislado del mundo. Allí los científicos más respetados convivían junto a sus familias y jefes militares. Secretos, presiones, obsesiones, espionaje y dos grupos paralelos que -basándose en diferentes ideas y diseños- tratarán de crear la bomba antes que lo hagan los alemanes. Su estilo de narración recuerda a Mad Men, y eso obviamente es algo bueno.

The Secret

Una infidelidad desemboca en un crimen de ribetes religiosos. Siguiendo un caso que se extendió desde 1990 hasta el año 2011, la miniserie de 4 capítulos resulta en un incomodísimo estudio de una pareja que (amparada en la fe y en nombre de Dios) comete un cruel asesinato. James Nesbitt es Colin, esposo ejemplar, miembro de una Iglesia Bautista en la que coincide con Hazel (Genevieve O’Reilly), mujer casada y madre perfecta. La pasión surge pero con ella también lo hace un plan macabro: asesinar a sus respectivos cónyuges pues Dios los quiere juntos. Culpa, remordimiento y el peso de la religión en un cóctel tan siniestro como moralmente inconcebible.

Show Me A Hero

Miniserie de HBO creada por David Simon, dirigida por Paul Haggis (Crash). Una historia simple, pequeña, aunque igual cargada de crítica feroz al racismo y las desigualdades en el “mejor país del mundo”. En la ciudad de Yonkers (estado de New York), a fines de los años 80, la complicada aprobación de un plan de viviendas para familias sin recursos en un barrio de blancos, es punto de partida a un entramado que mezcla política, burocracia, delincuencia y la eterna xenofobia que despierta odios, rabia y culmina en drama. En medio de todo ello se ve envuelto Nick Wasicsko (Oscar Isaac), un joven con prominente carrera política cuyo ascenso va a ser tan vertiginoso como lo es el riesgo de caer a un precipicio del que difícilmente salga bien parado.

American Crime Story

La gloriosa primera temporada se centró en O.J. Simpson (Cuba Gooding Jr), donde racismo, violencia de género, brutalidad policial, deporte, espectáculo, fama, sexismo, y luchas internas, confluyen en 10 episodios que oscilan elegantemente entre la sobriedad y lo kitsch del caso, metiéndose en el detrás de escena del “Juicio del siglo”, desmenuzando cómo se llegó a la decisión final en el caso real que terminó convertido en el mayor espectáculo televisivo de la década del ’90. La segunda temporada cambia de personaje y tono, llevándonos hasta el momento del asesinato del diseñador Gianni Versace (Edgar Ramírez), pero poniendo protagonismo no en el asesinado sino en su asesino, emprendiendo un camino narrativamente diferente: con estructura descendente en el tiempo, somos testigos de un viaje hasta llegar a conocer el origen mismo del mal, entregando un estudio de personaje tan minucioso como desolador, con un Darren Criss de premio.

Carlos

Y siguiendo con Edgar Ramírez… Miniserie de 3 episodios que cuenta la historia de Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos “El Chacal”, personaje clave de la historia del terrorismo internacional: durante dos décadas fue uno de los terroristas más buscados del planeta. Entre 1974 y 1994, vivió varias vidas bajo diferentes seudónimos, sembró el terror, tomó la bandera de la revolución y se convirtió en un mercenario. Hablada en tantos idiomas como personajes de distintas nacionalidades aparezcan (algo loable) presentan un complejo entramado político y social alrededor de un personaje tan manipulador y patológico como seductor. La miniserie de Olivier Assayas ganó en los Golden Globes de 2010, y también se presentó en versión fílmica durante el Festival de Cannes de ese año.

Narcos

Durante 2 años siguió la vida de Pablo Escobar: el hombre que construyó un imperio a fuerza de cocaína y violencia es visto aquí desde la mirada norteamericana, situando el eje en los agentes de la DEA encargados de darle caza en territorio extranjero. Atrapante por la potencia de una historia sorprendente (filmada como los dioses), la escalada de violencia y las retorcidas vueltas del Patrón para salirse siempre con la suya logran enganchar. Luego pasaremos a conocer otros carteles, cambiaremos de elencos, y la serie solo mejora. Una de las joyas indiscutibles de Netflix.

Manhunt: Unabomber

En la serie de Discovery Channel atestiguamos la misión de encontrar y encarcelar a Ted Kaczynski, el temible “unabomber”, uno de los terroristas más mortíferos de la historia de EE.UU. famoso por enviar paquetes bomba a través de los servicios de correo. El responsable de atraparlo es Jim “Fitz” Fitzgerald, un novato perfilador del FBI que dedujo quién es el asesino utilizando una técnica novedosa para la época (1995), la lingüística forense. Dos apasionantes líneas que corren en paralelo (la investigación, algo que se extendió durante 17 años, y el momento del encuentro del asesino y su captor), un formidable duelo actoral entre Sam Worthington y Paul Bettany, y un discurso que te dejará pensando qué tan loco o alejado de la realidad estaba el villano de la historia.

Waco

Narra la historia real de la tragedia de Waco, donde 86 personas murieron a causa de un enfrentamiento entre el FBI y la secta religiosa protestante de los “davidianos”, después de que estos últimos vivan un encierro de 51 días. Los diarios y la prensa de la época contaron la versión del FBI, donde se mostró al grupo religioso como un montón de locos. La serie elige el otro lado y presenta el costado humano de personas que solo creen en su líder (inesperado excelente trabajo de Taylor Kitsch) y esperan la salvación, por lo que el final resulta aun más desgarrador. El clima asfixiante, la desesperada lucha de un agente (el siempre destacado Michael Shannon) por evitar la inminente masacre, concluyen en 6 capítulos apabullantes, con escenas antológicas y un tramo final que no da respiro

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