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Tienen que ver La Tréve: Bélgica copa Netflix

Tienen que ver La Tréve: Bélgica copa Netflix

Netflix ha decidido apostar por series de rincones alejados del mundo, facilitando la tarea con esas producciones que cuando comenzaban a aparecer en el radar seriéfilo obligaban a hacer malabares para conseguirlas. La presente obra belga es una de las joyas de un país con producción en constante aumento, emitida en 2016, recién llegada a la plataforma de streaming para placer de los fanáticos del nordic noir… aunque esta vez en otra locación. Tienen que ver La Tréve y en la presente nota les decimos por qué.

¿De qué va?

Yoann Peeters (Yoann Blances un oficial que se muda junto a su hija a Heiderfeld, el pueblo donde vivió su adolescencia. Esa mudanza la emprende escapando de un pasado tormentoso y tratando de recomponer su vida. Pero sin darle tiempo a aclimatarse, una muerte lo obliga a meterse de lleno en su primer caso en el lugar: a orillas del río aparece muerto un joven africano, jugador del equipo de fútbol local. Mientras todos piensan que se trata de un suicidio, Yoann asegura que no es así. Los indicios de un asesinato sacudirán los cimientos de la ciudad rural, desempolvando los secretos más oscuros de todos los habitantes en la búsqueda de saber quién lo mató.

Pero hay más: en una segunda línea temporal tan importante como la primera, La Tréve encierra a su protagonista en un psiquiátrico tres semanas después de los eventos. Sus sesiones con una profesional nos dicen que las cosas salieron muy mal, ocasionando muchas otras muertes y llevando a Yoann a la locura. ¿Qué pasó? La narración nos irá conduciendo impasiblemente hacia las dos verdades por descubrir.

Por qué ver La Tréve

La Tréve sigue las reglas clásicas del nordic noir, casi como si de un Forbrydelsen belga (aunque al mundo le suene más The Killing) se tratase. A paso lento pero repleta de cliffhangers, transita con sutileza la fina línea entre el policial y el thriller psicológico, acercándonos a otra masterpiece televisiva a la cual remite directamente (y desde la intro misma): True Detective. Sin el planteo filosófico de la serie de HBO, el juego de temporalidades entre dos líneas que dialogan constantemente pone al protagonista bajo la lupa, entregando las bases para que ambas colisionen, se enfrenten y cambien las perspectivas de lo que vemos más de una vez.

El ritmo inicial, al que muchos pueden calificar de “lento”, es sin embargo raíz del éxito de este tipo de shows europeos (tienen otras series del viejo continente para ver en Netflix recomendadas en esta nota): nada es marcado por la imperiosa necesidad de impactar de entrada, las primeras piezas están sigilosamente colocadas nada más que para fundar las bases de la historia, no intentan que empatices a la fuerza con los personajes sino que construyen personas “reales” repletas de grises. Se diseña tan bien el punto de partida que después la historia toma vida propia y corre sola, creciendo en tensión y llegando a un final con una resolución desesperante, la cual si prestaste atención estuvo presente desde el comienzo mismo.

Los giros de guion que pueblan la serie (sobre todo en su segunda mitad, y ni hablar de los dos episodios finales) son realmente sorpresivos e impactantes, pues cuando parece que todo se aclara se guardan un nuevo as bajo la manga redireccionando la trama. Tal vez se abuse un poco de ellos, algo que puede molestar teniendo en cuenta el tono intimista, pero se sienten como una necesidad para atrapar al público masivo, principalmente en la misión de conquistar mercados internacionales. La diferencia es que aquí el buen planteo preliminar logra que tales giros no se sientan impostados y se adapten a la narración con firmeza.

No confíes en nadie

La parquedad del protagonista, lo poco accesible de los secundarios, es algo también buscado: La Tréve no intenta que los quieras pues su lema es que nadie es quien dice ser, que nunca conocerás a las personas que te rodean, y que el mal se esconde en mayor o menor medida en cada uno de nosotros. Eso llevará a que Yoann se pierda en el camino, sin saber en quién confiar, siendo testigo de cómo todo se derrumba a su paso (¿o desencadenándolo?).

El ir pasando (aunque no estrictamente) por diferentes sospechosos episodio a episodio (son 10 de 50 minutos cada uno) nos llevará a desentrañar lo que los habitantes quieren esconder, tocando temas tan variados como el sadomasoquismo, el aborto o, entre muchos otros, la corrupción en el fútbol. Sin embargo, el descartar un sospechoso para pasar a otro no significa que se los exonere, pues la confusión del protagonista logrará que no estemos seguros de nada.

Súmenle la rareza del clima onírico otorgado por una serie de pesadillas que marcan quién es el sospechoso del capítulo, y nos encontramos ante un thriller atrapante, sórdido, que redondea una gran primera temporada con muchas piezas encajando casi que a la perfección.

Pueden ver La Tréve en Netflix. Hay una segunda temporada en producción.

[imdb]https://www.imdb.com/title/tt4792480/[/imdb]


Visiten otros “Tienen que ver…”: El Bosque – The Miniaturist – River – Tabula Rasa – The Same Sky – Peaky Blinders – Y hay muchos más.

 

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