Tienen que ver Outlander: cuando el amor atraviesa el tiempo

Una vez más nos tomamos el tiempo de escribir para salvarlos de ese vacío constante que sentimos cuando terminamos una serie y no sabemos qué empezar. Si les gusta el concepto de viajes en el tiempo, lo romántico, lo histórico, Escocia, y batallas, la respuesta a sus plegarias es contestada con una simple oración: tienen que ver Outlander.

Claire y Frank Randall son un matrimonio que se vio dispersado durante la Segunda Guerra Mundial, pues los dos participaron en ella aunque en posiciones alejadas. Debido a esto, una vez que los Nazis fueron derrotados, deciden tomarse una segunda luna de miel en la ciudad de Inverness, Escocia. Claire, sintiéndose interesada por un ritual en especial que tiene lugar una noche cerca de allí, decide ir a verlo: se trataba de un ritual pagano con gente danzando y celebrando unos legendarios pilares de piedra que se cree poseen capacidades especiales. Al día siguiente, nuestra protagonista decide volver a ver las curiosas piedras. Allí comienza a sentir un zumbido y es atraída por uno de los pilares: decide tocarlo e instantáneamente todo le da vueltas, quedando inconsciente. Al despertar se da cuenta de que está en el mismo lugar que antes, pero dos siglos atrás.

Desconcertada como cualquiera lo estaría, Claire debe arreglárselas para sobrevivir en esa realidad tan diferente, donde los Casacas Rojas están en constante choque con los escoceses, mientras trata de encontrar la forma de volver a su tiempo. El problema es que el destino tiene otros planes y, en medio de todo este lío, queda atrapada con el famoso clan Mackenzie, donde conoce a Jaime, un escocés que generará un conflicto interno en Claire, debiendo elegir entre el pasado y el presente.

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Sumado a todo el debate interno de nuestra protagonista entre su presente/futuro en el siglo XX, con Frank, y su presente/pasado en el siglo XVIII, con Jamie, está el contexto histórico en el que se encuentra: los jacobitas preparan una rebelión contra el Rey de Inglaterra, y una batalla que (históricamente) termina destruyendo todos los clanes escoceses se acerca.

Las actuaciones con que cuenta la serie son remarcables, el guión se renueva cada temporada con un ambiente distinto (siguiendo los libros de Diana Gabaldon), se nota la mano experta del showrunner Ronald D. Moore (Battlestar Galactica), los personajes son complejos y la historia te atrapa. Eso es todo lo que necesitan saber para darle una oportunidad a Outlander. Y, créanme, deberían hacerlo.

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Pueden ver Outlander en Netflix: las dos primeras temporadas están completas. La tercera se ofrece en Fox Premium (donde también figuran las dos primeras temporadas) con todos sus episodios ya disponibles.

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