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Tienen que ver Young Sheldon: contra todos los pronósticos

Tienen que ver Young Sheldon: contra todos los pronósticos

No dábamos dos pesos por el spin-off de The Big Bang Theory, es cierto. Si lo esperábamos era más que nada para ver qué tan desastroso resultaba, o simplemente por curiosidad. Pero habiendo visto ya 3 episodios de la nueva comedia que nos llega por Warner Channel, tuvimos que guardarnos todos los preconceptos: el resultado merece como mínimo una oportunidad. Tienen que ver Young Sheldon, y les diremos por qué.

¿De qué va?

Sheldon Cooper, un personaje que ni necesita presentación, es el eje de Young Sheldon. Como el título lo indica, relata la infancia del nerd protagonista de la comedia televisiva más exitosa de los últimos tiempos. Esta precuela nos traslada a fines de los 80, cuando Sheldon -teniendo 9 años- ya viste como un adulto y su inteligencia lo ha llevado a adelantar de curso.

Conoceremos a su familia: su sobreprotectora madre Mary (Zoey Perry), su padre George (Lance Barber), su hermano George Jr, que a pesar de ser mayor tiene que soportar tener al geniecillo en su misma clase, y a su hermana gemela Missy, que tendrá la misma edad pero poco de su inteligencia. Para nadie es sencillo vivir junto a Sheldon.

También se nos presentará a sus compañeros y maestros, aquellos que acompañaron a ese pequeño que prefiere sentarse en una biblioteca a ampliar sus conocimientos sobre las leyes de Newton, antes que conocer amigos con los que no pueda mantener dos palabras sin que lo tilden de extraño.

Por qué ver Young Sheldon

Porque acertadamente han decidido alejarse casi por completo de la serie madre. Young Sheldon posee tono y estilo muy diferentes al de The Big Bang Theory. Nada de multicámaras o público en estudio riéndose: estamos frente a un show a una sola cámara, sin risas de fondo, con un narrador en off (el propio Jim Parsons) y un coqueteo arriesgadísimo con el drama y la emoción, lo que sorprenderá (para bien o para mal) a todo aquel que esperaba ver lo mismo que en la otra serie, una que ya va mostrando cierto desgaste transcurriendo su 11º año al aire.

El niño elegido, Iain Armitage (recientemente visto en Big Little Lies) no podría ser más perfecto para el rol. Sabe transmitir a la perfección la sabiondez del niño que parece un mayor, sin dejar de lado la inocencia que lo salvará de entender lo duro que le está tocando vivir.

Porque no podemos dejar de lado que Sheldon es un nerd que ha sufrido toda clase de maltratos por ser diferente. Si bien en The Big Bang Theory, una comedia con todas las de la ley, eso pasa de largo y nos reímos con (y de) él por esa nerditud que hasta logra exasperarnos, verlo en un niño no sería tan gracioso. A fin de cuentas es un chico dejado de lado por sus compañeros de clase (y hasta por sus propios hermanos).

Young Sheldon lo entiende, entonces apela a conmover con una sincera mezcla de nostalgia y humor. Y el recurso le funciona. Utiliza la emoción que surge de una madre preocupada por ver a su hijo aislado, o el interés de los hermanos porque su mamá no sufra al tener un hijo tan diferente. La lágrima va a querer surgir, pero (sin olvidar que esto es una comedia) vendrá el Sheldon adulto con sus palabras para sacarnos del melodrama y recordarnos que Sheldon es un niño feliz a su manera, que siempre vio al mundo de manera extraña, que lo que nosotros podemos sentir como humillante él lo ve desde otra perspectiva: los humillados son quienes lo rodean, no él, pues siente que el resto debería considerarlo un líder.

Resulta divertido verlo poner en aprietos con su extrema sinceridad a padres, docentes o miembros de la Iglesia a la que su cristiana familia concurre, aunque la serie apunta más a obtener la sonrisa cómplice del espectador que a intentar hacerlo estallar en carcajadas. La prehistoria del personaje, el saber varios puntos que a lo largo de los años ha ido relatando como experiencias (inclusive aquellos que lo marcaron drásticamente) suman para ir acumulando guiños, sin dejar de lado al espectador casual que (viviendo en una palmera) no lo conozca demasiado.

Es raro ver en los créditos a Chuck Lorre, pues cuesta entender que el creador de TBBT o Two and a Half Men (a quien recientemente destrozamos por su serie de Netflix Disjointed, ACA), sea el mismo que está entregando un producto tan cercano a la maravillosa The Wonder Years (Kevin, creciendo con Amor, en nuestras tierras). Y solo tener el lujo de que la esté comparando con una de las mejores y más tiernas series de la historia, es motivo más que suficiente para tratar de incitarlos a ver Young Sheldon. Una jugada riesgosa que no todo el mundo va a poder digerir, pero que al menos merece un vistazo porque lejos está de ser el fiasco que se esperaba de ella.

Pueden ver Young Sheldon los domingos a las 21 hs en Warner Channel.


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