WandaVision, análisis: las teorías y el debate como estrategia de publicidad.

Hemos llegado al final de WandaVision, la primera de las series de Marvel creada especialmente para la plataforma Disney+ y de la que se tejieron hipótesis incluso desde antes de ver el primer trailer. 

Es entendible: las primeras imágenes y rumores hablaban de una sitcom centrada en la vida en pareja de Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) y Vision (Paul Bettany), una propuesta atípica y bastante diferente a lo que venía siendo en promedio la fórmula de Marvel, la cual normalmente no se corre demasiado de su eje. También llamó la atención que, si bien era exclusiva de la plataforma de streaming, volvería al formato de un episodio por semana cuando gran parte de la generación que sería el grueso de su público ya está muy acostumbrada a recibir una temporada entera para maratonear en un fin de semana, pudiendo así pasar al siguiente estreno de inmediato.

Uno puede teorizar, al ser una plataforma nueva, que teniendo escaso contenido estreno era necesario ofrecer algo que fomente la permanencia de la subscripción más allá del primer mes. Pero ese plan solo podría funcionar si volvían a ofrecer, como ocurrió con The Mandalorian, un producto tan interesante que el público quisiera esperar para verlo. O en su defecto, encontrar algún otro motivo para mantener atrapada más de dos meses la atención de un público cada vez más acostumbrado a la inmediatez.

La estrategia de fomentar el debate y las teorías

Para lograrlo, fue fundamental el rol del debate en internet: al estar cargados de referencias, easter eggs, pistas falsas y enigmas, cada capítulo semanal de WandaVision arrojó a los fans directo a las redes sociales para sumarse al debate no solo sobre lo que acababan de ver, especialmente para intentar anticiparse a lo que estaba por venir. 

Creadores de contenido de todo tipo pasaron horas y horas desgranando cada nuevo episodio en búsqueda de señales sobre los secretos de WandaVision, de la misma forma en que ya lo habían hecho con cada trailer e imagen promocional previa al estreno. Teorías, vinculaciones con los cómics, rumores de cameos, debates e intercambio de detalles descubiertos se volvieron fundamentales para mantener alto el hype por la serie, al punto que se volvió problemático entrar a internet a las pocas horas de que se habilitara el episodio y no cruzarse con algún spoiler malicioso. No es tan raro que el miedo al spoiler empuje a mucha gente a ver lo antes posible el episodio, pero lo que sí es algo no tan visto antes de WandaVision es que también se volviera importante correr a ver el episodio para no quedarse afuera de todo lo que se generaba a su alrededor.

Y en ese sentido, todo parece ser parte de un plan cuidadosamente diseñado para que el debate entre semana se volviera tan o más importante que el episodio en sí y un ejercicio fundamental para el éxito de la serie. Con esta estrategia, Disney logró que se hablara de WandaVision varios días a la semana por más de dos meses, volviéndola de visionado obligatorio hasta para quienes en primera instancia podrían no tenerla al tope de su lista de prioridades y pensaban esperar a tener la serie completa para verla de una sola vez. 

Con todo lo efectiva que parece haber sido la estrategia, también ha tenido un efecto adverso que se hizo notar sobre todo en el final de la serie: con tantas ideas y teorías dando vueltas por el aire no poca gente vio borroneada la línea entre lo que estaban viendo y lo que querían ver. Las expectativas en cada debate fueron creciendo hasta salirse un poco de control y a medida que pasaban los episodios crecía la ansiedad por supuestos cameos y giros de la trama, los que se sostenían más por lo discutido en los debates que por lo realmente mostrado por WandaVision en la pantalla.

Lógicamente, expectativas tan altas y divergentes son prácticamente imposibles de cumplir, por lo que no ha faltado una parte del público mostrándose bastante decepcionada cuando ninguna de las hipótesis imaginadas en conjunto se vio reflejada en la historia. No hubo gran villano secreto, multiverso ni mutantes de nombres famosos esperando para hacer su aparición, y hasta el mismo Bettany se divirtió burlándose del exagerado interés de los fans por saber de antemano quién era ese “legendario actor” con el que siempre había querido compartir escena.

¿Es sostenible el experimento Wandavision?

Una serie de unas pocas horas se multiplicó varias veces en el tiempo gracias al trabajo de streamers, youtubers y generadores de contenido de todo tipo, quienes sumados a montones de fans amateurs escarbaron en cada escena buscando algún detalle que otros no hubieran visto todavía o elucubraron hipótesis rebuscadas para debatir con su público, con el único fin de intentar anticiparse a los enigmas que les proponía una trama que asegura ser la disparadora de lo que veremos durante los siguientes estrenos del universo audiovisual de Marvel.

De esa forma, la mayoría de los análisis y debates que rodearon a WandaVision no se centraron tanto en la trama o los personajes cómo se vieron sino en lo que podía ser a futuro, no solo del show como serie individual sino de toda la Fase 4 del MCU. Teniendo en cuenta que lo más probable es que ninguna de esas hipótesis planteadas durante los debates de WandaVision tengan respuesta hasta dentro de un año cuando se estrene la secuela de Doctor Strange o la todavía sin fecha Secret Invasion, tanta generación de expectativa parece un tanto apresurada y difícil de sostener en el tiempo.

Hoy por hoy es muy difícil mantener en secreto los detalles de una trama que tiene tantos ojos encima como la de WandaVision o cualquier otro producto de similar masividad. Sabemos semanas o meses antes del estreno quiénes van a ser parte del elenco, los puntos principales de la trama y donde están llevando adelante los rodajes. Muchas veces es la misma estrategia de publicidad la que con tal de generar expectativa revela tanta información en los meses previos que al momento del estreno no queda margen para sorpresas, especialmente con un público que disfruta tanto de atar cabos y arrojar al debate cada teoría que se les cruza por la mente, por más absurda que pueda ser. Más aún, el streaming no solo hace desaparecer la antigua tradición del horario fijo de emisión: permite que los fans se dediquen a pausar el episodio para volver a ver potenciales pistas que luego puedan llevar a debate en redes sociales, muchas veces con los infames spoilers como efecto secundario (a veces hasta intencional).

Como el secreto ya no es posible, los creadores de WandaVision parecen haber optado por la estrategia inversa y recurrieron a la desinformación: en vez de blindar celosamente los detalles reales ofrecieron una maraña de datos poco relevantes que mantuvieron ocupadas las febriles imaginaciones de sus fans todo este tiempo, con la esperanza de que al menos tuvieran dudas sobre la verdadera resolución de la historia. La antigua idea de esconder un cadáver en un campo de batalla, sigue funcionando. 

No hay forma de tener la certeza, pero parece bastante válido sospechar que la experiencia de ver WandaVision no hubiera sido la misma de no haber contado con el debate entre semana para extender su vida útil. También es interesante analizar la idea de si hubiera tenido sentido tomarse el trabajo de insertar tantas referencias y pistas falsas que serían desmentidas en muy poco tiempo de haber sido una serie maratoneable, algo de lo que el hype construido especialmente para la ocasión se encargó de que no sucediera.

¿Harán lo mismo con Loki o con Falcon y El soldado del Invierno, los próximos estrenos de la plataforma? Viendo los buenos resultados que han tenido y cómo supieron explotar el debate en redes sociales como complemento de su estrategia de publicidad, sería bastante fácil aventurar una respuesta positiva, pero ello deja margen a otra pregunta: ¿Será viable sostener la misma estrategia en propuestas más bajadas a tierra como parece que será Falcon y El soldado del Invierno, donde las cosas no pueden transformarse con un chasquido sin grandes explicaciones? Y pensando más adelante en el tiempo: ¿Será WandaVision, o cualquiera que siga esta estrategia, una serie que el público pueda descubrir o volver a ver en unos años y la siga encontrando interesante sin el acompañamiento del debate diario en comunidad? 

Solo nos queda esperar y ver.

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