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BAFICI [16]-REVIEW: Fedora
O por qué todos los realizadores modernos caminan a la sombra de Billy Wilder.
¿Cómo está en el papel?
Aunque el tiempo no posicionó a Fedora a la altura de otros clásicos de Wilder, no se puede negar que es una película muy bien escrita. Hubo aquellos que la definieron como una versión moderna de Sunset Boulevard, ya que ambas tratan sobre el ocaso de una diva y la negación de esta a aceptar que su carrera termino. Con la diferencia de que Fedora fue aun más lejos que Norma Desmond en su desesperación por permanecer como una estrella, y que no fue el Cine Sonoro la que le quitó ese estrellato sino su propia vanidad.
Wilder despliega el misterio, gota a gota, con mucha habilidad y paciencia, de manera tal que en todo momento quieras saber cómo va a seguir la historia, y no deja que tu curiosidad baje la guardia hasta el desenlace, el cual como en todos los films de Wilder es inevitablemente agridulce.
¿Cómo está en la pantalla?
Por el costado actoral, William Holden entrega un sólido rol como Dutch Detweiler, una suerte de actualización de su Joe Gillis en Sunset Boulevard, solo que cambien el rol de guionista por el de productor. No muy exagerado, ni rimbombante, lo suficientemente creíble e identificable para que el realizador lo compre como el narrador de esta historia.
Hablaría del resto del reparto, pero eso expondría uno de los grandes giros de la peli…
La experiencia de verla en una sala de cine
Es raro ver una película de Wilder a color, siendo él un realizador tan asociado a la época de oro, y por ende a la fotografía blanco y negro. Durante los primeros segundos de la peli, sin créditos ni nada, por un minuto pensé que me había equivocado de sala, pero cuando apareció William Holden en el funeral de Fedora y empecé a escuchar su irónica voz en over –que me transportó inmediatamente a la de su Joe Gillis en Sunset Boulevard– supe que estaba en el lugar indicado. Esta es una marca autoral. Esta es una película de Wilder sin lugar a dudas.
Conclusión
El gran maestro con su anteúltima película nos llevó de la nariz por 115 minutos, dejándonos al borde del asiento por saber que va a pasar, y al borde de la lástima por ver que motivaron las acciones de la protagonista. Solo un grande, con completo dominio del arte de contar historias y con completo conocimiento de la naturaleza humana, puede llevar a buen puerto una historia de esta naturaleza.
Fedora, aunque muy bien narrada, no es el mejor film de Wilder. Pero es, como todas sus películas, un ejemplo claro de cómo se deben escribir historias para la pantalla.