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Carta de Martin Scorsese a su hija

Lectores, creemos propicio el compartir con ustedes esta carta de Martin Scorsese a su hija. No hay mucho que anticipar, salvo que en tiempos donde el cinismo es moneda corriente es grato encontrar una cuota de optimismo y que esta venga de uno de los realizadores más relevantes de la historia del cine.

Carta de Martin Scorsese a su hija

Carta de Martin Scorsese a su hija

Queridisima Francesca:

Te escribo esta carta con motivo del futuro. Un futuro que miro a través de la lente de mi mundo. A través de la lente del Cine, el cual ha estado en el centro de ese mundo.

Durante los  últimos años, me he percatado que la idea de cine con la que crecí, la que está en las películas que te estuve mostrando desde que eras chica, y que estaba en auge cuando yo empecé a hacer películas, está llegando a un cierre. No me refiero a las películas que ya se han hecho. Sino de las que están por venir.

No es mi intención ser desesperanzador. No escribo estas palabras desde un espíritu de derrota. Sino todo lo contrario, creo que el futuro es brillante.

Siempre supimos que las películas eran un negocio, y que el arte del cine fue posible porque se alineó con las condiciones de ese negocio. Ninguno de nosotros, que nos iniciamos en los 60’s y 70’s, tenía ilusión alguna respecto a eso. Sabíamos que tendríamos que trabajar duro para proteger lo que amábamos. También sabíamos que tendríamos que atravesar tiempos difíciles. Y supongo que nos dimos cuenta, en cierta forma, que nos enfrentaríamos a una época en donde cada inconveniente o elemento impredecible en la realización cinematográfica sería minimizado, hasta incluso eliminado. ¿El elemento más impredecible de todos? El Cine. Y la gente que lo hace.

No quiero repetir lo que muchos otros han dicho o escrito antes que yo, acerca de todos los cambios que ha habido en el negocio, y me siento alentado por las excepciones a la tendencia general en cómo se hacen las películas. Wes Anderson, Richard Linklater, David Fincher, Alexander Payne, Los Hermanos Coen, James Gray y Paul Thomas Anderson, todos consiguen hacer sus películas, y Paul no solo consiguió filmar The Master en 70 mm, sino que hasta consiguió exhibirla en ese formato en algunas ciudades. Cualquiera a quien le importe de verdad el cine debería estar agradecido.

También estoy conmovido por los artistas que continúan logrando hacer sus películas alrededor del mundo. En Francia, en Corea del Sur, en Inglaterra, en Japón, en África. Se vuelve cada vez más difícil, pero consiguen que las películas se hagan.

Pero no creo que sea pesimista si te digo que el arte y el negocio del cine se encuentran ahora en una encrucijada. El entretenimiento audiovisual y lo que conocemos como Cine –imágenes en movimiento concebidas por individuos.— parecen estar encaminados en direcciones diferentes. En el futuro, probablemente veas menos y menos de lo que reconocemos como cine en los complejos multipantalla, y lo veas más y mas en cines más chicos, por Internet, y supongo, en espacios y circunstancias que no puedo predecir.

¿Así que por qué veo al futuro tan brillante? Porque por primera vez en la historia de este arte, las películas se pueden hacer con muy poco dinero. Esto era inaudito cuando yo crecía, y las películas con un presupuesto extremadamente bajo eran más la excepción que la regla. Ahora, es al revés. Podés obtener imágenes hermosas con cámaras económicas. Podés grabar sonido. Podés editar la imagen, mezclar el sonido y corregir el color en tu casa. Todo esto ha llegado a pasar.

Pero con toda la atención puesta a la maquinaria de hacer películas y a los avances de la tecnología que han llevado a esta revolución en cómo se hacen, hay una cosa muy importante que debes recordar: las herramientas no hacen la película, VOS hacés la película. Es liberador el agarrar una cámara y editar el material con Final Cut Pro. Hacer una película –la película que vos necesitás hacer— es otra cosa. No hay atajos.

Si John Cassavettes, mi amigo y mentor, estuviera vivo hoy, él seguramente estaría usando todo el equipo que está ahora disponible. Pero estaría diciendo las mismas cosas que siempre dijo. Tenés que ser completamente dedicado a tu trabajo, tenés que darlo todo de vos, y tenés que proteger la chispa de esa conexión que te impulso a hacer esa pelicula en primer lugar. Tenés que protegerla con tu vida. En el pasado, como hacer películas era muy costoso, nos teníamos que proteger del cansancio y los compromisos. En el futuro, vas a tener que protegerte de otra cosa: la tentación de ir con la corriente, y permitir que la película quede a la deriva.

Esto no es solo una cuestión de cine. No hay atajos para nada. No estoy diciendo que todo tiene que ser difícil. Solo digo que la voz que brille sea TU VOZ. Esa es la luz interna, como dirían los Cuáqueros.

Esa sos vos. Esa es la verdad.

Todo mi amor.

Papá

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