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Desperately seeking Aaron Keener. A jugar Warlords of New York.

Desperately seeking Aaron Keener. A jugar Warlords of New York.

Luego de un año con idas y vueltas, llega a The Division su expansión más ambiciosa. Hoy te contamos las razones para jugar Warlords of New York.

Cuando en Marzo del año pasado se lanzaba The división 2, su recepción fue muy positiva. Ubisoft había recogido el guante, numerosas mejoras y una Washington destruida e impactante fueron los pilares de un gran título. Pero con el correr del tiempo la promesa de un juego en constante crecimiento no cubrió la expectativa. La falta de contenido de calidad y los constantes cambios en el equilibrio de los equipos, que modificaba la manera de jugar, hicieron que los jugadores se fueran alejando.

Todo un año pasó, y con la esperanza de revitalizar el juego es que Ubisoft nos invita a jugar Warlords of New York. En esta expansión paga, además de la expansión de la historia principal, llegan mejoras para todos, que modifican, una vez más, la manera de jugar The Division 2.

Al jugar Warlords of New York la acción se traslada al primer The Division de 2016. Mientras los agentes de The Division viajan a Washington para tratar de establecer el orden, en New York una amenaza latente toma forma. El agente renegado Aaron Keener ha tomado el control del bajo Manhattan al apoderarse de las facciones de la ciudad.

Junto a otros agentes renegados y con una nueva cepa mortal de un virus, buscará destruir la emergente sociedad que ha comenzado a resurgir después de los hechos de la pandemia del dinero mortal. Por estas razones deberemos volver a la acción y trasladarnos a New York para acabar de una vez por todas con la amenaza de “Vanguard”.

Al jugar Warlords of New York nos trasladamos al downtown Manhattan, a una zona que en la cronología del juego original estaba contaminada y con acceso prohibido. Luego de un arduo trabajo la zona se volvió accesible, no sin antes sufrir la embestida de un huracán. Todo esto se puede ver en el diseño del mapa. Edificios, antes en cuarentena, tienen sus coberturas rasgadas, residuos peligrosos, vehículos amontonados y estructuras retorcidas por la inclemencia climática.

El tamaño del mapa es considerable, cada zona tiene una reproducción 1 a 1 y se pueden reconocer lugares y construcciones icónicas. El nivel de detalle es fantástico y los efectos climáticos sobrecogedores.

Como su nombre lo indica, Aaron Keener tiene 4 “Warlords” que ofician de jefes de cada una de las zonas disponibles en el mapa. Al estilo Ghost Recon Wildlands/Breakpoint deberemos conseguir información para poder acceder a la ubicación del jefe. Cada uno de estos jefes tiene, a su vez, información de la ubicación de Keener, así que la expansión consiste en una cacería humana de unas 6-8 horas de duración.

Si no está roto…

Una de las mejores virtudes de The Division es el combate, el sistema de coberturas sigue igual de bien, lo mismo que el manejo de armas. Las nuevas misiones añaden unos mini puzles, donde por un pequeño orificio podremos disparar a un interruptor que abre una puerta antes inaccesible, permitiendo ingresar a un cuarto con equipamiento especial. Por otra parte, la estructura de las misiones conserva su estilo de combate tras combate, con algunos mini jefes y el Warlord como jefe final. Cada uno de estos generales tienen una habilidad particular que al derrotarlos podremos equiparla y que le añaden un poco de variedad al combate.

Luego de completar la historia podremos viajar libremente entre las ciudades y seguir con el contenido endgame para conseguir mejor equipamiento. Esto es una mejora considerable si lo comparamos con el año 1, en donde tenemos misiones a las que accedemos de manera directa. Ahora estamos frente a un nuevo mapa lleno de lugares para explorar, paisajes que contemplar y enemigos que derrotar.

Junto con la expansión paga llegan numerosos ajustes. Algunas de ellas son mejoras en la recalibración del equipo. O los puntos de mejoras que se obtienen ahora, en vez de cajas de loot al subir de nivel. A todo esto se suma un sistema de más fácil lectura de las estadísticas del equipo. De esta forma es simple identificar si el equipo encontrado es mejor que el que tenemos equipado y no tendremos que llevar todo hasta un refugio y perder horas evaluando qué sirve y qué no.

Es difícil evaluar The Division 2 como una obra terminada; como todos los juegos como servicio, el lanzamiento es solo el comienzo. Jugar Warlords of New York toca un poco la nostalgia y se siente como un mimo a los jugadores veteranos. Está la promesa de numerosas temporadas y harta cantidad de contenido. Aún con la incertidumbre del futuro, hoy por hoy jugar Warlords of New York es una experiencia más que recomendable. No será The división 3, pero tranquilamente podría decirse que es un 2.5.

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