El hidalgo de los mares, a jugar One Piece: Pirate Warriors 4

Con un giro interesante en cuanto a jugabilidad, llega la nueva aventura de Luffy y compañía. Hoy te contamos porqué jugar One Piece: Pirate Warriors.

One Piece es una de esas franquicias de manga/animé súper populares y extensas. Al jugar One Piece: Pirate Warriors 4 podremos revivir las aventuras de Luffy desde su inicio hasta Whole Cake Island. También se incluye una historia original en la isla de Wano. ¿Qué quiere decir esto? Que hay una cantidad enorme de contenido para vivir en esta experiencia.

El juego es lo que se denomina un musou game, al estilo de los súper populares Dinasty Warriors. Éste género consiste en mapas abiertos en donde se presentan incontables cantidades de enemigos a los que deberemos derrotar con una arsenal variopinto de habilidades. Detrás de este juego están, Además de Bandai Namco, Koei Tecmo y Omega Force, que son los Rolling Stones del género.

Entonces al jugar One Piece: Pirate Warriors 4 estaremos en mapas enormes llenos de enemigos. Un escenario ideal para llevar a nuestras consolas la acción de la serie. En todo momento hay una gran cantidad de elementos en pantalla sorprendentemente el rendimiento del juego es estable en todo momento. Obviamente el estilo gráfico ayuda, pero si recordamos títulos anteriores como One punch Man, se agradece la optimización.

Constantemente aparecen notificaciones de misiones, que se mezclan con las cinemáticas entre peleas y animaciones de ataques especiales, combinado con la enorme cantidad de enemigos hacen un combo explosivo que se mantiene estable todo el tiempo.

El diseño de personajes es correcto, con una buena recreación de la personalidad de los mismos y una gran variedad para elegir.

La transición de un juego de mundo abierto, como en World seeker, hacia un musou game parece ser la decisión correcta. Este tipo de combate frenético y plagado de enemigos es la manera más fiel de recrear la serie. Aunque no todo es perfecto (algunos problemas con la cámara  y la fijación de enemigos) jugar One Piece: Pirate Warriors 4 es una experiencia agradable y satisfactoria.

El combate es variado y tienen diversas capas de personalización. Al iniciar una misión podremos equipar habilidades activas y pasivas que se definirán de acuerdo al estilo de pelea del jugador. Si a esto le sumamos la gran cantidad de personajes disponibles, la variedad que encontraremos es destacable

Por las características del género, se corre el riesgo de caer en una jugabilidad repetitiva y monótona. No es el caso al jugar One Piece: Pirate Warriors, entre la gran cantidad de personajes, sus arcos argumentales y la personalización del combate no sentí que se torne repetitivo en ningún momento.

Los arcos narrativos están bien trabajados, el juego recorre un gran período de la franquicia, reviviendo momentos épicos. Al igual que en Kakarot, las animaciones están en un nivel superlativo, las reinterpretaciones de escenas fundamentales son épicas. Como señalamos anteriormente, el juego tiene un desenlace propio, creado solamente para esta entrega en forma de contenido original.

Además del modo campaña, tenemos un modo libre en donde podremos volver al mapa y recorrerlos a placer. Este modo es ideal para probar nuevas combinaciones de habilidades, combinaciones, etc.

También existe un modo multijugador en donde podremos realizar las misiones de la campaña con hasta otros tres jugadores en cooperativo. El modo “diario del tesoro” nos permitirá jugar One Piece: Pirate Warriors 4 en escenarios y con personajes aleatorios.

Si bien Pirate Warriors no es un juego perfecto, es sin duda la mejor manera de representar el espíritu de la franquicia. Omega Force se siente cómodo en este género y lo demuestra aportando toda su experiencia. Unas cuantas vueltas de tuerca alcanzan para diferenciar a esta entrega a cualquier otra del género. Una gran cantidad de personajes, un extenso arco argumental y un sistema de combate ágil y personalizable hacen que jugar One Piece: Pirate Warriors sea una experiencia agradable no solo para sus fanáticos.

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