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En búsqueda de la identidad. A jugar Need for speed Heat.

En búsqueda de la identidad. A jugar Need for speed Heat.

De la mano de Ghost game, EA nos trae la vigésimo cuarta entrega de la franquicia. ¿Está a la altura? ¿Vale la pena jugar Need for Speed Heat?

La identidad es ese conjunto de rasgos propios de un sujeto o una cosa que lo diferencian de los demás. No solo los hace diferentes sino que los hace reconocibles, identificables, les otorga rasgos únicos. 24 entregas y 25 años en el mercado son suficientes para formar esta entidad. Al jugar Need for Speed Heat el jugador tiene internalizada una figura mental sobre lo que debería encontrarse.

Este es el principal problema con Heat, la falta de personalidad. Es cierto que a través de los años otros títulos buscaron ocupar el lugar de Need for Speed. Desde Forza Horizon hasta The Crew por nombrar algunos, siempre hubo juegos que quisieron instalarse en este estilo de conducción arcade, divertido y dinámico.

Desde este punto de vista NFS se enfrenta al desafío de innovar, reinventarse, sosteniendo aquello que lo hace reconocible. Bueno, déjenme decirles que esta búsqueda no está del todo bien resuelta. Al jugar Need for Speed Heat me pasó lo mismo que con Breakpoint, se siente como un conjunto de un montón de cosas no muy bien amalgamadas.

Están la policía de Most Wanted (2005), la personalización de Underground, las pandillas de Undercover, las carreras en circuito de pro-street, las punch cards y el clima dinámico de Rivals. A simple vista podría decirse que están los rasgos principales de un NFS, pero aún así no logra plasmarse esa identidad.

Heat no va a quedar en la memoria de nadie como grandes títulos de la franquicia como High Staked, Underground o Most Wanted.

Esta crisis siento que llegó desde que Ghost Games se hizo cargo de la franquicia, lo cual coincide con la aparición de Forza Horizon. Rivals fue el último gran juego de Need for Speed y el primero de Ghost. Luego la búsqueda fue diferenciarse de Forza con resultados discutibles.

Heat está ambientada en una Miami ficticia con todas las características de la ciudad de Florida. La noche, los excesos, la influencia de la cultura latinoamericana, la diversidad, el sol y las palmeras. Como novedad tenemos las acciones divididas entre el día y la noche.

Durante el día, carreras en circuito semi legales que nos permiten juntar dinero para comprar mejoras, coches nuevos, etc. Durante la noche las carreras tienen un tinte más transgresor y nos permiten ganar puntos de reputación. Las mejoras están bloqueadas detrás de los niveles de reputación. Entonces hay que subir reputación durante la noche para desbloquear mejoras que tendremos que comprar con el dinero que ganamos durante el día. La progresión se da durante la noche, donde el juego nos fuerza a pasar la mayor parte del tiempo

En Palm city hay numerosas actividades para hacer, carteles, trampas de velocidad, coleccionables, todo muy Need for Speed. Hay objetivos de piloto que nos darán reputación de día y dinero de noche para no tener que jugar a un modo u otro obligatoriamente.

Durante la noche la policía estará mucho más activa y de forma más agresiva. Existe un escuadrón especial obsesionado con atrapar a los corredores clandestinos. Esto oficia a modo de guion de la campaña. Somos un nuevo “pandillero” de autos que busca hacerse un nombre mientras se escapa de la policía. Esta trama es sosa, tibia, los personajes carecen de profundidad y no arriesga en nada. Está bien que es un juego de autos y mucha profundidad no se puede pedir, ¿pero dónde quedaron esos policías de Most Wanted o de Rivals?

Hay algo de 130 vehículos, entre íconos, muscle, hiper autos y camionetas. La variedad está bien, el nivel de detalle también, aunque no hay cámara interna. La personalización es excelente, hasta hay una app movil para tunear los autos. Se recupera el alma de Underground, incluso volvieron las luces de neón, el color del escape y humo de las ruedas. La personalización es quizás el punto más fuerte del juego. Poder elegir qué llanta BBS ponerle a mi auto es una caricia a la nostalgia.

Visualmente está bien logrado, por lo menos en Xbox One X. La iluminación es correcta, las luces de los edificios se reflejan en el asfalto sobre los charcos que dejó la lluvia que acaba de finalizar. El nivel de detalle de los vehículos es preciso, con algunas mecánicas de destrucción, volvieron la estaciones de servicio para reparar el auto sin volver al refugio. Durante la noche las reparaciones son limitadas para hacer las persecuciones más intensas. Hay cambios climáticos, lluvia tanto de día como de noche.

Las animaciones de carga de pantallas, transiciones y cambio entre día y noche están bien logradas. Disimulan los tiempos de carga y le aportan una estética estilo video clip.

No tuve ni problemas de rendimientos ni errores en el juego. Si bien el mundo abierto es de gran calidad, se siente desierto. Hay escaso tránsito, la ciudad no se siente viva. Salvo algunas luces en edificios perdidos o algunos papeles que vuelan en la largada de la carrera, la ciudad se siente vacía. El juego tiene esta configuración muy actual de allways online aunque tiene la opción de jugar en solitario.

El diseño de sonido funciona, los motores suenan bien, siempre es satisfactorio escuchar el silbido de un turbo. Se puede personalizar el sonido de los escapes. La banda sonora está llena de ritmos latino y urbanos (rap y trap) para coincidir con la cultura de Miami. No hay radios, para poder cambiar el estilo si son mayores como yo y les chocan estos. Lo malo es que el juego viene por defecto en español de España, el doblaje es muy localizado y no puede cambiarse a través del menú.

El progreso es lento, los autos iniciales tienen un manejo raro, en ocasiones parece que estamos jugando Crash team racing. La mecánica del drift se siente forzada y no corresponde con la física del auto, como si no se tuviera en cuenta el centro de gravedad, el peso del motor o la tracción del auto. A medida que progresamos y accedemos a vehículos más poderosos la sensación es más satisfactoria.

En términos generales se puede decir que jugar Need for Speed Heat reúne un montón de características de la franquicia, pero no llega a ser el homenaje que 25 años de la misma se merecen. En última instancia es un juego agradable que si superamos las primeras horas se volverá más atractivo. Tiene algunas mecánicas interesantes, como la progresión dividida en día y noche y las distintas actividades atadas a cada ciclo.

En fin, son un montón de buenas ideas que desde una mirada holística no están tan bien integradas, pero no deja de ser un juego llamativo para aquellos seguidores de la franquicia.

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