Un interesante indie que nos hace desestructurar el cerebro con una particular narrativa. Hoy te contamos porque jugar 7th sector.

Una extraña figura se distingue dentro de un televisor lleno de estática, un ente que parece luchar por su libertad. Como un fantasma escapa por la línea eléctrica. Este es el primer puzle al jugar 7th sector.

De allí en adelante todo se pone más extraño. El desarrollador Sergey Noskov no nos da pistas de cómo resolver los acertijos, se reusa a llevarnos de la mano y nos propone un juego distinto.

Jugar 7th sector es una experiencia extraña, por un lado no es algo que va a revolucionar la industria y no empuja ningún limite, pero está ensamblado de manera inteligente. Cada uno de sus puzles se nos presentan sin ayudas evidentes, forzando al jugador a observar de manera detallada el entorno. Si bien al comienzo puede resultar frustrante, a medida que nos vamos amoldando a su estructura, esta experiencia se volverá satisfactoria.

Como señalamos antes, el juego comienza con un viejo televisor funcionando mal, una chispa escapa por el cable de alimentación. A partir de allí, esa chispa saltará de cable en cable. En algún momento nuestro camino será bloqueado por dispositivos que se resuelven de distintas maneras. El juego tiene una curva de aprendizaje bien desarrollada, comenzando con tareas simples, que se irán complejizando a medida que avancemos.

En algunos momentos la chispa se trasladará a ciertos objetos controlados por electricidad, aportando de esta manera variedad al juego. Estos momentos, si bien son interesantes, a menudo son un poco frustrantes por la complejidad de su control.

En cuanto a narrativa, el juego no tiene una sola línea de texto, no hay tutoriales ni cinemáticas. De esta manera el desarrollador busca que nos adentremos más en el juego, que prestemos atención a cada detalle y tratemos de interpretar qué nos están diciendo.

La realidad es que no se cuán importante es la historia, pero el recurso es interesante. Pero lo que sí es cierto, es que el juego es atrapante y resolver un puzle complejo luego de pensarlo mucho es una gran fuente de dopamina.

Podría jugarla de intelectual y decir que tiene tintes orwellianos o que hay algo de Terry Gilliam en cómo “habla” de la tecnología y el mundo. Las figuras humanas en el fondo, los robots en primer plano, y cosas así. Pero prefiero decirles que si buscan una opción diferente que los obligue a usar un poquito el cerebro, tienen que jugar 7th sector.