El maestro de la animación japonesa artesanal y de las historias mágicas, Hayao Miyazaki vuelve al cine en un corto producido a través de técnicas digitales para el Museo Ghibli de Tokio.
Miyazaki, siempre un honor.
Cada vez que escuchamos hablar del maestro co fundador de Studio Ghibli, uno siente el impulso de ponerse de pie. No porque éste año haya sido premiado con el Oscar Honorifico por su increíble trayectoria, sino por ser el sinónimo de un prócer en películas animadas capaces de competir y con creces frente a las gigantes de la productora Disney. Incluso el cine Amigos del Bellas Artes preparó Retrospectiva Hayao Miyazaki para un ciclo que reúne a todas las películas del director.
Mucho hemos hablado ya de su resistencia al manejo de la animación computarizada, también, de como tanto Ghibli bajo su pluma o bien sus propias producciones han llegado al corazón de los niños y adultos. Miyazaki no se centró nunca en las grandes producciones, aunque tuviera personajes excepcionales para hacerlo, simplemente ha querido contar una historia donde la vulnerabilidad de sus personajes quedara al descubierto y la identificación con ellos fuera posible a través de escenas melancólicas y reflexiones privadas. Mucho de ésto pudo verse en su última película de melancolice despedida que coronó su trayectoria. Hablamos de El Viento Se Levanta.
Es por eso que Miyazaki vuelve al cine, esta vez al cine privado del Museo Ghibli de Tokio, para contar una historia sencilla sobre una oruga, y como siempre su interés se centrará, según palabras del mismo director “los elementos más sencillos de la vida, tan pequeños como para ser aplastado por un dedo”. Quizás lo más curioso es que dicho film está dibujado con técnicas digitales, algo a lo que Miyazaki siempre se resistió aunque su hijo haya colaborado por ejemplo con obras como Ronja, la hija del bandolero.
El corto se titulará “Boro, la oruga” y parece ser que se trata de un guion anterior al ya clásico titulo de La Princesa Mononoke (1997). El film tendrá una duración de 10 minutos y si bien aún no se ha hablado de otra proyección, más allá de las fronteras niponas ya se están saboreando el regreso del aclamado director.
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