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Volver al Pasado: ¿Qué es el Nostalgia Porn?

Ahhh la nostalgia, la gran trampa en la que inevitablemente todos caemos en algún momento de nuestras vidas.

“Todo tiempo pasado fue mejor”

Reza un antiguo dicho popular, seguramente creado por alguna persona con una seria crisis existencial. El engaño de la nostalgia es hacernos rememorar y extrañar viejos eventos de nuestra vida de manera idealizada, olvidando así las penas y las dificultades que atravesamos en aquellos momentos falsamente perfectos. Lo nuevo, el futuro es incierto, peligroso, incomodo; por eso, recaemos en esta mentira, sobre todo cuando son tiempos duros, tiempos de confusión.

¿Por qué hago esta introducción de psicología berreta en un artículo de Alta Peli?. Porque hay más de un indicio que nos confirma que actualmente el cine y la TV se está rindiendo ante un fenómeno denominado como nostalgia porn.

En una era postmoderna, los homenajes y los pastiches no son nada raro, sin ir más lejos Star Wars e Indiana Jones están inspiradas en los viejos seriales que fascinaba de niños a Spielberg y Lucas. Pero esto ha tomado otra forma con el paso de las décadas y se ha tornado un movimiento reaccionario y terriblemente conservador.

La siempre actual South Park ha satirizado este fenómeno en la última temporada con una denominación particular llamada “Member Berries” (los arándanos del recuerdo), una fruta maligna que nos hace rememorar los buenos y viejos tiempos, cuando la vida era más simple, cuando no existía ISIS, pero por ejemplo tampoco existían derechos adquiridos como el matrimonio igualitario. Si bien South Park marca una relación del nostalgia porn con el ascenso de Donald Trump, es válido al menos ponerlo a tela de juicio, ya que queramos o no, es algo que está atravesando nuestra experiencia cinematográfica y como ya sabemos, la ficción es la que media nuestra realidad.

https://www.youtube.com/watch?v=ndI9vkgw_1Y

La nostalgia es fácil de vender. Es una marca instalada con un público cautivo y apela al sentimentalismo fácil. A lo más querido de nuestra infancia y a nuestras primeras experiencias con el cine. Las compañías aprovechan esto y alimentan (y a veces crean) el fandom con franquicias y análisis sobredimensionados. Por ejemplo, a todos nos gustan Los Picapiedras, pero hasta que punto podemos hacer un estudio académico al respecto o indignarnos porque Dino no fue interpretado por Al Pacino (aunque sería genial). Pero hay más de una manera de ordeñar el así llamado nostalgia porn, a continuación algunas de las estrategias de venta más comunes y frecuentes en los tiempos recientes.

Las secuelas y precuelas

https://www.youtube.com/watch?v=_ESdH-CRUAE

Es normal que haya secuelas, los grandes estudios siempre han apostado por la continuación de sus historias y este procedimiento se ha naturalizado especialmente desde los años ochenta. Lo normal era que uno o dos años después de su estreno original, una película de terror o alguna saga de acción tenga su segunda o tercera parte para satisfacer la demanda de sus seguidores (o alguna persona sin demasiadas opciones para alquilar en un videoclub), es una nostalgia inmediata, basada en el éxito del momento. Luego llegaron las secuelas tardías, esas que nadie pedía o que llegaron mucho después de su fervor inicial (Psicosis II, Carrie II, Blues Brothers 2000, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, entre otras), en general con resultados desastrosos.

No contentos con ello, los ejecutivos de Hollywood pensaron la siguiente alternativa: las precuelas. Si bien Indiana Jones y El Templo de la Perdición podría entrar en esta lista junto a algún otro ejemplo perdido en el tiempo, lo cierto es que esta práctica empezó a tener preponderancia a fines de los noventa con las precuelas de Star Wars. Estas aberraciones  películas tuvieron una pobre recepción crítica pero un tremendo éxito de taquilla, recaudando millones y millones de dólares. Fue el primer ejemplo claro de la explotación de la nostalgia. Esto continuó con otras expansiones de sagas como El Hobbit, La Cosa (2012), El Exorcista: El Comienzo, Hannibal: El Inicio, Wolverine: Origenes, El Rey Escorpión y un largo etc. Como verán, salvo la obra original de Tolkien (estirada al extremo) ninguna gozó de demasiada popularidad en las boleterías.

Las remakes y las adaptaciones de formato

Hacer una secuela implica, en la mayoría de los casos, nuevas ideas e historias. Pero…¿Qué pasa cuando la historia está gastada y recauchitada a más no poder?, adivinaron, SE HACE LA MISMA PELÍCULA. Las remakes no son algo necesariamente malo, Carpenter, Cronenberg, De Palma y Scorsese han demostrado que se puede tomar un viejo cuento y darle un nuevo sentido, e incluso mejorarlo. No obstante, cuando sólo está tratado a modo de estudio de mercado, el resultado dista de ser algo siquiera digno, Ejemplos: Footlose, Conan El Barbaro, Perros de Paja, Pesadilla en lo profundo de la noche, La Masacre de Texas, Poltergeist, El Vengador del Futuro, Karate Kid,  y otro larguísimo etc. Asimismo, podemos encontrar otra modalidad que es la de la adaptación de una afamada serie televisiva en largometraje y viceversa. En esta caso encontramos a El agente de C.I.P.O.L, Los Vengadores, Misión Imposible, El Avispón Verde, Arma Mortal, 21 Jump Street, Minority Report y la reciente El Exorcista. Esta segunda modalidad ha demostrado tener un poco más de éxito que la remake directa, con algunos aciertos y errores, pero nada demasiado trágico para la economía de las empresas. Las “remakes directas” casi que se han extinguido ya por su falta de público y su pésimo prestigio como producto de calidad. No obstante, si ustedes piensan que Hollywood va a resignarse tan fácilmente están equivocados, porque se les ocurrió otra variación:

El reboot

Como diría Maury Ballstein: ¿Qué hacemos cuando nos caemos del caballo? Exacto, nos levantamos y hacemos todo de nuevo como si nada hubiera pasado. Los reboots (o reinicios) son muy útiles en casos de franquicias agotadas pero con renombre popular. En general, este el caso de los superhéroes: Batman, Superman y Spiderman tuvieron sus correspondientes reinicios con mayor o menor éxito (obviamente que el de Nolan es el ejemplo a seguir) porque son personajes que han probado su longevidad con una cantidad inagotable de historias disponibles. En general se presentan como remakes distantes o reimaginaciones pero con aspiraciones a continuar en forma de saga. El peligro de esta opción es paradójicamente la reiteración. Cuando el Spiderman de Raimi ya no iba a ningún lado, Sony decidió reiniciar la saga del arácnido con nuevos protagonistas y villanos pero cometiendo exactamente los mismos errores que la primera trilogía. El resultado fue una recaudación mediocre y ulteriormente el acuerdo con Marvel para que se una a su universo, es decir, les salió muy caro: Sony perdió a Spiderman.

¿Qué pasa cuando fracasa un reboot?, no se puede hacer otra reboot porque implica otra vez introducir un universo. Ejemplo de ello es el Hombre de Acero de Snyder luego del fracaso de Singer, no pueden hacer un nuevo reinicio de Superman pero si pueden apostar por un improvisado universo expandido. De todas maneras, nunca hay que subestimar la ambición de Hollywood para hacer guita, ya que parece que la gran maquinaría americana ha encontrado (por ahora) lo que parece la solución superadora, la solución final (¿mucho no?)

El soft reboot

Estamos cansado de lo viejo (remakes) pero tampoco estamos tan seguros de lo nuevo (secuelas), por eso queremos algo nuevo que nos haga sentir algo viejo: Soft Reboot. Aquí es donde el nostalgia porn halla su versión más perfecta y acabada. ¿Qué sería esto?.

Bueno, técnicamente es una secuela del film original, establecida en el mismo universo pero con personajes y arcos argumentales “nuevos”. Es exactamente la misma estructura y fórmula de la película que se quiere evocar pero con otros nombres y actores. Es decir, lo mismo pero con una nueva envoltura. Estas cintas poseen una devoción especial por el fanservice, por eso incluyen “guiños” y “homenajes” para contentar al fanático en vistas de indignación. Ejemplos de ésto: Star Wars: El Despertar de la Fuerza, Mad Max: Fury Road, Jurassic World, Cazafantasmas y Vacaciones. Otras directamente buscan arreglar líneas temporales confusas y apelan al truco del universo alternativo: Star Trek, X-men: Días del Futuro Pasado y Terminator: Genesis. Es difícil saber si esto se sostendrá por mucho tiempo más y si mutará nuevamente, pero parece que ya hay una nueva e incipiente modalidad en camino:

La serie/película “homenaje”

https://www.youtube.com/watch?v=XWxyRG_tckY

Todavía es muy temprano para saberlo, son técnicamente producciones originales, pero inspiradas en estilos y tramas antiguos. Van mucho más allá del homenaje, no son guiños sutiles, son plagios explícitos de secuencias con las que estamos familiarizados. Sí, ya adivinaron a lo que me refiero: Stranger Things. Pese a ser una serie muy entretenida y bien actuada, el entusiasmo por el constante tributo al cine de los ochentas rápidamente mostró su hilacha y ya se ha puesto en debate si es una forma válida de creación artística o es simplemente una fórmula fácil para apelar al éxito. Es complicado entender a ciencia exacta cuales son las películas que hoy en día utilizan este procedimiento, podríamos aventurar algunos títulos como American Horror Story (una gran ensalada de todo lo que funcionó en el cine de terror), It Follows (el slasher adolescente), Revancha de Antoine Fuqua (Rocky) e Interstellar de Nolan (Kubrick).

A modo de conclusión, no es que recordar sea algo necesariamente malo y de hecho, el pasado es algo que siempre está presente en todos nosotros de alguna u otra manera. El problema es supeditar todas nuestras ideas y sensaciones a una vieja experiencia, una zona de confort que nos prohíbe ver adelante, de crear nuevas posibilidades y perspectivas.

No podemos anclarnos en un pasado idealizado por más comprobado y legitimado que sea nuestra inspiración. Muchas de las ideas que hoy glorificamos eran vistas como absurdas y de mal gusto en su época, recién con el paso del tiempo supimos valorarlas. Como diría Miles Davis: No le temás a los errores, no existen (Fear no mistakes, there are none).

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