RECAP The Walking Dead 7×07: el show de Negan

Todos quieren matar a Negan, pero mientras tanto el nuevo villano se encarga de tomar el control y convertirse en protagonista absoluto de la serie más exitosa de la TV actual. The Walking Dead 7×07, una hora al servicio de Jeffrey Dean Morgan.

The Walking Dead 7×07: Sing me a Song

Obviamente ¡Spoilers!

Michonne quiere llegar hasta Negan. Su plan consta en una solitaria misión cazando caminantes para ponerlos como barricada a un vehículo de Los Salvadores y así presentarse ante el lider.

Rosita quiere matar a Negan. Su idea es lograr que el cobarde Eugene le fabrique la bala que tanto necesita. Lo consigue después de una dura bofetada de realidad para el tipo que ha venido sobreviviendo de lástima.

Jesús quiere matar a Negan o, más bien, investigar cómo vive para descubrir sus puntos débiles. Llegar sigiloso hasta El Santuario hará que sea la conexión necesaria en la liberación de Daryl, a quien han convertido en una sirvienta.

Dwight, aunque no tan abiertamente como los demás, se nota que quiere matar a Negan. Le ha quitado a su mujer, le ha marcado el rostro y ahora debe observar como Sherry le pertenece. ¿Cuál de los dos se hartó de Negan y le pasó la nota con la llave a Daryl en su reclusión?

Carl quiere matar a Negan y de todos es el que más cerca a estado de conseguirlo en The Walking Dead 7×07. Convertido en un valiente guerrero, el hijo de Rick (cuya mayor preocupación por el momento es servir a Negan) logra matar a algunos hombres del villano, pero claro: nada más que eso. Es atrapado y le sirve a la trama para seguir desarrollando la psiquis perversa del asesino de Glenn y Abraham.

Construyendo al villano

No se ha parado de hablar de él, pero en realidad es poco lo que habíamos visto. Este episodio de duración extra se brinda por completo a Negan. De acuerdo a lo que apreciamos en el brutal inicio de temporada, lo lógico hubiese sido que destroce a Carl, Lucille en mano. Pero no lo hace y, por el contrario, lleva al niño por un tour donde conoceremos en profundidad el imperio de terror que ha construido.

Observamos a Negan haciendo cumplir sus reglas a rajatabla, sometiendo a sus varias esposas en una habitación que se asemeja a un burdel de poca monta, obligándolas a cumplir con sus deseos mientras se toma venganza (y ahí llegó el uso de la plancha caliente) para con aquellos que lo traicionan.

Volvemos a lo mismo ¿por qué no mata a Carl? Simple: la fuerza del niño le llama la atención, ve en él lo mismo que en Daryl, esa posibilidad de encontrar con el tiempo –y adoctrinamiento- fieles seguidores, los hombres que necesita.

Podríamos comparar Sing me a Song con un sádico show de stand up donde Negan despliega su ironía y cinismo. No verlo ejercer violencia a través de la fuerza física, alejado de su accionar en el 7×01, dota al personaje de una desfachatez inusitada. Lo detestamos cuando obliga a Carl a cantar y quitarse la venda del ojo perdido simplemente para burlarse de él. No podemos dejar de asombrarnos ante su sensibilidad –mínima, pero sensibilidad al fin- cuando se da cuenta que a pesar de todo Carl no deja de ser un cachorrito asustado. Y esa actitud desconcertante es la que nos lleva a sentir temor, sin necesidad de que Lucille tenga que intervenir.

Verlo tener a Judith en brazos al volver a Alexandria junto a Carl, es de lo más siniestro que la serie ha mostrado sin necesidad de derramar una gota de sangre. Tal vez este sea el mayor logro de The Walking Dead 7×07: convertir al villano en un ser que genera pánico simplemente con una mirada o una frase descalificadora. Porque así como los zombies dejaron de ser una molestia, los vivos no tienen que andar matando desenfrenadamente: basta ver hasta dónde puede llegar el abuso de poder para encontrarse cara a cara con el mal.

Las cartas están dispuestas para el midseason finale. Negan expresa su deseo de quedarse en Alexandría mientras se apodera de los hijos de Rick, el cual no está ni enterado que tiene al villano en el porche de su casa. Todos los frentes están abiertos y cada uno sabe a quién se enfrenta: sabemos que querer eliminar al malo más malo de la serie no les saldrá gratis ni va a serles tan sencillo.

Lo mejor: lo bien que le sienta a la serie el dejar de lado los capítulos dedicados a un personaje y repartir el peso dramático entre el resto del elenco.

Lo peor: así como los Alexandrinos fueron –para nosotros- de los peores personajes del 2015 (Nota completa, ACA), siguen reafirmando el título con la representación de Spencer a quien ya no se soporta. Y la duración: hay capítulos que requieren unos minutos extra, este (62 sin cortes, 90 para la TV norteamericana con publicidades) no era uno de ellos.

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