Series
Se develó el misterio: el rating de Netflix
El rating de Netflix era un secreto perfectamente guardado, hasta ahora. La aparición del gigante del streaming significó un cimbronazo para el mercado audiovisual pero poco se sabía del verdadero alcance de sus producciones originales. En diciembre de 2014 la medidora Nielsen anuncio que comenzaría a medir el rendimiento de servicios como Netflix o Amazon, pero los resultados serían confidenciales para las productoras.
El mundo no se podía quedar con la duda. Por lo tanto Variety compartió un muestreo realizado por la empresa Luth Research entre los suscriptores de Netflix de manera similar a como Nielsen recoge los datos de la televisión tradicional: la muestra contó de 2500 miembros, arrojando datos sorprendentes sobre los hábitos de los abonados respecto a cada serie y el desempeño de las mismas en los días posteriores a su lanzamiento.
El rating de Netflix: Daredevil arrasa
La primera de las 5 series en asociación con Marvel tuvo resultados más que satisfactorios: el 10.7% de los suscriptores vio al menos un episodio en los primeros 11 días desde el estreno (10 de abril). Sabiendo que en Estados Unidos Netflix posee 40.9 millones de suscriptores, la cuenta arroja unos 4.4 millones de visionados al show con Charlie Cox. Un número que envidiaría la mayoría de las producciones del cable e incluso de la tv abierta en crisis de audiencias.
Los excelentes comentarios logrados por Daredevil entre fans y crítica (no vamos a hacernos los que influimos en algo, pero acá también la elogiamos) hacen que se mantenga en la cima pasados los días. Totalmente entendible la confirmación de una 2º temporada en 2016.
House of Cards lanzó su 3º temporada a fines del mes de febrero y sus números cerraron en 6.5% de los suscriptores viendo la serie durante su primer mes de emisión. ¿Por qué cae más rápido que las demás? Simple: el estudio arroja que muchos vieron 3 episodios por día, de allí que la terminaron rapidísimo.
Pero la otra grata sorpresa es la aceptación de Unbreakable Kimmy Schmidt (les dijimos aquí que era una de las series que SI hay que ver este año porque es maravillosa): 7.3% de los suscriptores la vieron, incluso más que al tanque con Kevin Spacey. Recordando que la serie era de la cadena NBC, quien no le vio futuro y la cedió, muchos se deben querer cortar la cabeza.
Los otros 2 nuevos shows: Bloodline y Marco Polo no lograron una tasa de popularidad siquiera igualables a las anteriores aunque Netflix (sin las presiones de otras casas productoras) las renovó igual.
La serie de la familia Rayburn logró ser vista por un 2,4% mientras la epopeya historia quedó con apenas 1%. Este último caso en cualquier otro lado seria un hundimiento feroz teniendo en cuenta el presupuesto sideral con que contó (90 millones de dólares), pero al Sr. Netflix parece que los números le cerraron igual.
Y a la TV esto cómo le cae?
Muy mal, claro. Resulta que durante el primer trimestre de 2015 se vieron unas 10.000 millones de horas de contenidos en Netflix, y si le sumás otras plataformas menos populares como Amazon o Hulu la cosa se le complica a una televisión que ve sus ratings mermar sin pausa.
Hace un tiempo en Alta Peli les explicamos lo más claramente posible cómo funciona el rating norteamericano (pueden deben leerlo acá). Ese 2.0 con el que una serie aprueba o logra renovación ya no es tan fácil de conseguir y la línea que baja o sube el pulgar está descendiendo a pasos agigantados.
La cifra de Netflix representa el 6% del tiempo total que se ve Tv en EEUU, un número que aumenta mes a mes mientras el de la pantalla chica bajó un 5% comparando el primer trimestre de este año con el de 2014.
El estudio toma a aquellos que ven la programación desde sus computadoras, tablets o smartphones. No se incluyó a quienes ven los programas por una smart TV, reproductores de video (blu ray/DVD) o consolas de videojuegos porque Netflix no ha hecho mucho hincapié en estos casos (todavía).
Netflix suma hoy por hoy unos 62 millones de suscriptores totales en el mundo y piensan seguir creciendo a fuerza de estrenos propios cada vez más frecuentes.
