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Damian Szifron en Hollywood

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Relatos Salvajes según Damian Szifron

A fuerza de calidad y un sonoro cumplimiento de las expectativas que despertó, Relatos Salvajes irrumpió con fuerza en los cines argentinos. Aunque su obra habla por ellos perfectamente, no se puede dejar pasar la oportunidad de escuchar a sus realizadores aclarar ciertas dudas referentes a la misma.

Días después de la Función Privada, esta honorable pagina fue invitada a la rueda de prensa en la que estuvieron el director y los actores de la producción en cuestión.

A continuación, la palabra de Damián Szifrón, the man with the plan, sobre ciertas cuestiones que surgieron producto del visionado de la película.

El surgimiento de las historias 

Las fui imaginando de a cuentos, una por una, sin saber que destino iban a tener. Lo vi como un viaje por la ruta que atraviesa distintos pueblos.

El Orden que tiene la película fue el mismo orden en el que escribí los relatos. Aunque perdí mucho tiempo pensando el orden que tenían que tener y no fue que mi di cuenta hasta que se estrenó en Cannes que este era el orden indicado.

El criterio a seguir

Primero, lo pensé en términos de espectáculo. Después del último relato, la película no puede continuar porque hay un giro muy substancial que dan todos estos personajes. Hay un proceso de transformación muy completo que llega a un clímax.

No necesito conectar las historias aunque ya lo estaban por un tema. Si bien aparecieron de forma independiente, al unir cuatro o cinco de esos relatos me percaté que pertenecían a una misma constelación; temática, narrativa y visualmente.

Funcionaban mejor como un conjunto en vez de ser relatos separados, de esos que se ven antes de un largometraje.

Me fascinó la idea que dentro de una misma película, que dentro de un mismo paquete, se puedan visitar distintos espacios. Como en Star Wars, que tenías un planeta de nieve, otro de desierto y otro de bosque. De ese mismo modo pensé cada uno de los escenarios y la diferencia entre los mismos creó la suficiente amalgama para tenerlos así reunidos.

El trabajo de decidir las historias

Yo soy un ser humano. Todos somos seres humanos, y la unión entre nosotros es inmensa, y en múltiples niveles. Yo supongo que cuando algo me parece natural o determinada fantasía, que la llevo a la práctica a través de una historia, pienso que va a ser comprensible y disfrutable para otra gente también. Aunque algunos nos parecemos más que otros y ciertas películas le gustan más a un público que a otro.

Tenía consciencia que hay un punto en el que te conectás con eso que se llama el inconsciente colectivo y estás como en una zona que excede a tu organismo.

Lo que llamamos realidad, en lo que todos participamos, parte, por un lado, de los pensamientos que nacen de nuestra cabeza, y por otro lado reside en la comunicación y los vínculos.

No hubo un ejercicio analítico de decidir cuáles eran las historias o cuáles iban a conectar mejor con determinada cantidad de gente. Fueron apareciendo como episodios aislados, como narraciones aisladas y luego descubrí que formaban todas como partes de un mismo proyecto y un mismo volumen; no me lo propuse a priori.

Es un equilibrio entre situaciones que parten de recuerdos de lo cotidiano o que pude evocar sensaciones que tuve en la vida, dentro de la sociedad en la que vivimos: Me ha llevado el auto la grúa, me molestó que viniera un tipo manejando un auto más potente que casi te lleva puesto, que te hace luces para que te corras, señalando con prepotencia lo insignificante que sos, y eso te genera mucha violencia.

He estado en casamientos donde vi muchos excesos, desde el vestido o en el costo de la fiesta, hasta lo feliz que se tiene que estar por mostrar el triunfo eterno de las relaciones entre hombres y mujeres; se lo exhibe como si fuera un trofeo, jurándose fidelidades para toda la vida cuando uno en realidad no sabe. Existe la institución y la demanda de que se alcance ese objetivo y me pasó de ver tensión entre los que se casaban, entre los invitados, porque algo en su base no estaba bien y aun así, como era la fiesta, había que mantener la pantomima general.

Existió algún tipo al que puedo asociar con el intendente que llega al parador, que en algún momento les hizo daño a mis padres o a mi familia.

Este proyecto lo que hace es agarrar esas imágenes y esas sensaciones humanas y las lleva al terreno de la imaginación, para ahí sentirse lo más libre posible dentro de los límites de la fantasía y llevarlos a desenlaces imprevisibles a través del juego. Es pura ficción, celebra la ficción en cada uno de sus planos.

¿Cuentos o Cortometrajes?

La palabra que mas asocio con el proceso de escritura de esta película es mas la de “cuento” que la de “cortometraje”. No sé por qué ignoro cuales son las diferencias filosóficas y sustanciales entre una palabra y la otra. A mí se aparecen mas como cuentos cinematográficos, no como cortometrajes. Probablemente porque el cortometraje a veces se lo asocia con un ejercicio, con algo que uno produce mientras está estudiando o en el camino a hacer un largometraje. Porque muchas veces los cortometrajes tienen el problema de querer ser largometrajes apretados y me parece que la duración de cada relato era la más adecuada y la más natural para esa historia en particular. De hecho, son muy disimiles entre sí; el primero dura 7 minutos y el ultimo dura 30. No es pareja la duración.

Géneros

El Cine incluye varios géneros. La de Leonardo Sbaraglia es más de acción, si se quiere. Es un género más puro, más western. La primera de todas las historias, si se quiere, es más delirante; responde a un tono que se siente bien para arrancar la película. Como la aventura que precede a una película de James Bond.

Una de las bondades que tiene ser director de este proyecto es que me permite visitar distintos géneros, distintos tonos más precisamente; por ejemplo, no tiene nada que ver a la hora de dirigir el episodio de Oscar Martínez con el de Leonardo Sbaraglia. Pertenecen a universos cinematográficos diferentes; las referencias fueron otras, los movimientos de cámara eran otros, la tensión se da por razones diferentes. Como director me pareció espectacular para trabajarlo. Iba a filmar otra película, pero por una cuestión de fechas con los actores de aquel proyecto, terminé haciendo este primero.

Cuando empecé a hacer el trabajo concreto, de ir a ver las locaciones, dije “Que placer filmar cada semana con un elenco distinto y en una locación distinta.” Hasta me hice un dibujo en el que figuraba el universo en el que transcurría la película. La ruta figuraba por un lado, el parador por el otro, las explosiones atrás de los edificios. Me daban ganas de meterme ahí; como cuando era chico y veía el afiche de Cuentos Asombrosos. Veía todas esas imágenes juntas y me atraía mucho.

Actores

Sabía que quería trabajar con todos estos actores, no sabía si iba a poder trabajar con todos o qué personaje podía llegar a ofrecerles.

Con Ricardo [Darín] desde hace tiempo que tenía ganas de trabajar. Lo conocía socialmente, me lo había cruzado. Tengo un amigo que lo dirigió y me habló muy bien de él, no sólo como actor sino como persona. Eso lo notás particularmente en el set, durante el trabajo concreto de estar dirigiendo a una persona.

Cuando nos metimos de lleno en este proyecto, tenía la posibilidad de convocar actores que normalmente protagonizan cada cosa que hacen, por su trayectoria, y que acá podían estar todos juntos; cada uno protagonizando su relato.

A algunos les ofrecí dos personajes porque los imaginaba alternativamente. Por ejemplo en una instancia me imaginaba que el que conducía el Audi era Oscar Martínez, cuando veía a la historia como algo menos de acción y más como algo de [Michael] Haneke. Hubo un proceso de casting extenso en el que me llegué a imaginar muchas versiones de la película.

Los animales en la secuencia de títulos

El ADN del Ser Humano incluye el ADN de todas las especies que vinieron antes y lo fueron prefigurando de alguna manera. Para otra película de ciencia ficción que estuve escribiendo, leí mucho sobre la historia del cerebro y descubrí que hay una zona del cerebro que se llama “Complejo Reptílico” y que heredamos del cocodrilo. Hay un momento en la vida de las personas que frente a un momento de agresividad externa, uno reacciona con lo mismo que reacciona el cocodrilo; su mismo bagaje químico, atómico y fisiológico.

No es casual que algunas personas tengan una cara que se parezca a la de algunos animales. Hay algo en las culturas indígenas, cuando un niño llega a la adolescencia y se enfrenta al mundo adulto, en donde tenían que elegir un tótem, un animal que los representara. El Tigre, por la fuerza y el vigor para cazar o el Águila, que podía ver cuando venían los vendavales. Hay algo de los animales que conecta muy fuertemente con algunas personalidades.

En algún momento se me ocurrió eso como secuencia de títulos que me gustó. No siempre supe que iba a tener una secuencia de títulos. Algunas películas la tienen, otras no. De pronto, me gusto que esta la tuviera, y en el contexto del título mismo le daba hasta cierta belleza al proyecto en general. Pero fue una elección más estética que ideológica; lo puse porque me gustó.

Al momento de buscar animales en revistas, en el National Geographic, en Internet o en libros fui asociándolos; un poco al actor y otro poco al personaje.

Estética Visual

Fue fundamental el trabajo con el equipo técnico. Tuve un director de fotografía extraordinario que es Javier Juliá, una gran directora de arte que es Clara Notari y una gran vestuarista que es Ruth Fischerman.

Tuvimos muchas charlas y nos expusimos con muchas ganas y mucho tiempo al juego de imaginar cada atmosfera; el color de la ropa, el color de las locaciones, el color de la luz. Obviamente partimos de ideas muy radicales a las que finalmente terminan estando presentes en la película.

En algún momento nos preguntamos si cada relato verdaderamente tenía que estar filmado en diversos formatos; como uno en 35mm, otro en HD, o hacer uno en Blanco & Negro. Fantaseamos mucho con esta última posibilidad.

La conclusión a la que llegué es que tenían que ser diferentes entre sí –como son las locaciones, con otro tono– pero al mismo tiempo era importante que se sintiera como una misma cosa y no como un cuento filmado por un director distinto cada uno. Me parecía que definitivamente tenía que ser el mismo viaje.

Universalidad

Yo creo que todo director honesto alcanza un lenguaje universal. No pienso que sea una condición exclusiva de Relatos Salvajes. Pienso que todos somos parte del universo, parte del mundo, y entendemos perfectamente películas que vienen de otras latitudes; mayormente norteamericanas porque tienen un dominio del sistema de exhibición, pero nos ponen una película china y la entendemos y la disfrutamos perfectamente. Cuando eso sucede es porque somos todos personas, además los países tendrán sus diferencias, pero también sus similitudes. Nos gobierna, por otro lado, un sistema que es mundial y que estamos, de alguna forma, consumiendo más o menos las mismas cosas, desde distintos puntos de vista obviamente.

El material que se procesa en las historias es humano y los conflictos son ancestrales: el deseo de venganza, la infidelidad, la incomodidad ante las injusticias o el abuso cotidiano, la competencia. Un montón de elementos que se presentan en las historias son verdaderamente comprensibles por cualquier persona. En ese sentido, la película puede viajar y ser recibida dentro del espacio que le vayan dejando las grandes películas de la industria.

La cuestión mediática

Creo que hay una omnipresencia mediática con la que yo no me siento muy a gusto. Ya hay un grado de invasión de información que es directamente una falta de respeto a la existencia. Pero doy cuenta de ello en la película porque existe y porque interviene en la vida cotidiana de las personas. Fue más bien una observación de la realidad que un deseo de hacer un guiño. Por ejemplo, en el episodio de Ricardo Darín, me parece que la gente opinaría a través de las redes sociales y no me puedo olvidar que eso existe. Entonces hoy aparece esa secuencia, si se quiere, mediática.

El instinto animal

Somos animales sociales, reaccionamos como tales en muchos momentos de la vida. Lo que tenemos los seres humanos que no tienen los animales es la capacidad de reprimirnos. Porque podemos medir las consecuencias en el tiempo; tenemos consciencia de la muerte y del paso del tiempo. “Si hago tal y tal cosa, me puede pasar esto, esto y esto. Por eso no lo hago.” Pero el deseo de hacer esas cosas, por ejemplo, acostarte con alguien que te atrae, de defenderte de una agresión, de pegarle a otro porque está invadiendo tu terreno, de defender tu lugar. Digamos, todas esas pulsiones las tenemos de forma rotunda cada día de nuestras vidas. Normalmente, uno se reprime; justamente porque es mejor negocio, creemos.

El reprimirse tiene un costo emocional altísimo que deviene en stress, angustia, insatisfacción y en un montón de otras situaciones. Entonces, como que siempre estamos enojados con una empresa que se aprovechó de nuestra buena fe, enojados con el conductor de otro vehículo, enojados con un vecino que pone la música alta y no respeta las horas de sueño y no podes creer que no te tenga en cuenta, y en las imágenes que se te aparecen en la cabeza estás con una bazooka, abriendo un agujero de pared a pared, y un montón de otras imágenes que son frecuentes pero que uno no hace. De la mano de estos personajes yo lo hice, lo hice con ellos, disfruté de eso y creo que ese goce se puede trasladar al espectador, al ver reflejadas algunas fantasías que normalmente no lleva a la práctica pero tiene el deseo.

Lo que quedó afuera

Muchos relatos quedaron afuera, y fue así porque no eran de esta naturaleza. Algunos eran de ciencia ficción, otros eran robos, delitos inteligentes.

Televisión

Creo que cada vez más podes trabajar en televisión; con mejores condiciones. Al menos eso es lo que sucede a nivel mundial. No pasa tanto en Argentina. No veo que haya un reflejo de las grandes cosas que se encuentran en la televisión mundial; a nivel creatividad, a nivel calidad, a nivel tiempo-dedicación, y sobre todo a nivel ambición. No veo a nadie acá que trate de hacer grandes series. No es que no veo que lo logren, no veo que lo intenten. Es todo un poco más de lo mismo, pero desde ya me interesa hacer cosas en televisión.

Desde esta redacción, enviamos un agradecimiento a Warner Bros. Pictures, Kramer & Sigman Films y al personal de Raquel Flotta Prensa & Comunicación por facilitar estas entrevistas.

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