Cine
Festejos Criollos: Las fiestas en el Cine Argentino
Para estas fechas todos nos hacemos los bondadosos y solo queremos ver un puñado de películas que nos evoquen los días “alegres” que estamos viviendo (como si el caos que vivimos afuera no fuese suficiente). Siempre recurrimos a esos clásicos repletos de nieve y casas adornadas hasta lo ridículo. ¿Pero qué pasa con lo nuestro? Con una historia de cine nacional que lleva más de un siglo contándose, se han abordado todos los géneros y temáticas de las más variadas índoles: era de esperarse que la navidad y el fin de año no sean la excepción. Por eso les traemos un resumen de las fiestas en el cine argentino.
Mazzarello, Cedrón y una calurosa Nochebuena en Felicidades
A diferencia de la tradición hollywoodense, por estos pagos, ambas festividades han estado bañadas de un manto social muy importante, cuestión de idiosincrasias.
La figura de un Papa Noel no fue tan retratada como el hecho de personificar una reunión o un encuentro, o un punto para resignificar varias de nuestras frustraciones y hacer catarsis.
Clásicos navideños podríamos hablar de tres, comenzando con La Navidad de los Pobres de 1947, dirigida por Manuel Romero al servicio de la enorme Nini Marshall como una vendedora de tiendas porteña que decide jugarse su pellejo regalándole el árbol de navidad más grande a una madre soltera humilde (Irma Córdoba).
El segundo gran clásico nos lleva a 1960 y la eterna Todo el año es navidad de Román Viñoly Barreto, adaptando a la pantalla grande el ciclo televisivo homónimo en el cual el propio Papa Noel (Raúl Rossi haciendo algo bastante similar a lo del programa Regalo del Cielo) “se disfraza” de diferentes personas para poder solucionarle los problemas a la gente.
Para el tercer clásico de estas fechas tenemos que venirnos más cerca en el tiempo: 2000 fue el año de Felicidades de Lucho Bender, con su caótico urbano de seres entre lo patético y entrañables que en una noche de navidad confluyen sus historias.
Aunque sean los más recordados, estos no son los únicos ejemplos en los que el cine local utilizó las fiestas de fines de diciembre para desarrollar sus historias. En los últimos años pudimos ver esta celebración de diferentes maneras.
Doreki y Celentano deberán “tapar” lo que vió Sebastián en Navidad en el Placard
De modo directo; Navidad en el Placard, de Horacio Almada, en producción entre 2001 y 2008, nos habla de la pérdida de la inocencia de un niño (Lautaro Juhn) que en esa noche se esconde en un placard y descubre lo que no debería; y un padre (Rubén Doreky) que a partir de ese hecho hará lo imposible para que su hijo siga manteniendo vivo su espíritu.
El outsider de Ituzaingó Raúl Perrone recurrió dos veces en Cuentito de Navidad (2004) y La Navidad de Ofelia y Galván (2007) para contar esas historias de personas comunes y semi marginales, ya sea el paralelo de una joven y un anciano o un matrimonio mayor, que viven sus vidas lejos de los lujos y las apariencias.
Más “colateralmente”; Rodolfo Durán con su El Karma de Carmen de 2014 ubica a su simpático personaje central (Malena Solda) haciendo catarsis en la reunión familiar y ganando una rifa navideña que le permitirá tomarse las vacaciones que darán impulso a la historia. Y así como Carmen puede conocer al hombre que cambie su destino amoroso, para la misma fecha se conocen la pintoresca pareja de un obrero y una transexual del documental El Casamiento (2011) de Aldo Garay.
También pueden ser una oportunidad de negocio, tal como lo presentaba en 2015 Como funcionan casi todas las cosas, de Fernando Salem, con su protagonista Celina (Verónica Gerez) vendiendo enciclopedias los días previos al 24 de diciembre; o el recordado colectivo de Fernando Ayala La Guita que en 1970 presentaba en una de sus historias a un explorador que quería ser niño cantor de la lotería navideña; también No Dejaré que no me quieras de José Luis Acosta, presentada en 2002, y un pacto para la misma fecha entre dos hombres (Pere Ponce y Alberto San Juan) que quieren vengarse de la mujer de uno y recuperar unas joyas que posee la esposa del otro.
Será el punto de encuentro y unión que las distancias separan, tanto en los ex compañeros de facultad (Miguel Ángel Solá y Barbara Mugica) signados por el destino del país en A dos Aguas de Carlos Olguín en 1987; como en la sentimental Tocar el Cielo dirigida por Marcos Carnevale en 2007 y sus personajes lanzando globos aquí y en España durante el 24 a la medianoche para sentirse más juntos.
¿Con quién pasará Quim Gutiérrez este fin de año? en la ficción dentro de la ficción de El Amor y Otras Historias
¿Y el fin de año? En Lisboa de Néstor Lescovich, estrenada en 2004, ese acontecimiento que significó pasar de 1999 a 2000, servirá para que un padre (Carlos Moreno) y su hija (Belén Blanco) se rencuentren tras la partida hace varios años del hombre a la capital portuguesa.
Mientras que en El Amor y otras Historias de Alejo Flah, vista en 2014, la celebración en las calles a esperas del año nuevo sirve al personaje creado en la ficción por el guionista compuesto por Ernesto Alterio para que se decida a buscar al amor de su vida (Marta Etura) o se quede con su cita casual.
Para culminar, en El Bonaerense de 2002, Pablo Trapero pone en los ojos del Zapa (Jorge Román), una visión del modo muy particular en que la policía de Buenos Aires “celebra” ambas fechas; y la reciente Primavera de Santiago Giralt elige el día de Navidad para dar cierre al período estacional en que el pequeño Leopoldo (Alejo Mutti Spinetta) observa a su disparatada familia.
Ya sea abordándolas explícitamente, o utilizándolas como un escenario más de lo que se quiere contar, las fiestas en el cine argentino no han sido pasadas por alto, y hay varios exponentes como para aprovechar la fecha y ponernos al día.
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