REVIEW: Zombiology: Enjoy Yourself Tonight

Ópera prima de Alan Lo, Zombiology pareciera ser una divertida propuesta de zombies y combates cargada de acción, para en verdad entregar algo mucho más ligado al drama intrapersonal.

Crítica realizada durante el 18º Festival Buenos Aires Rojo Sangre

De Asia y a las patadas

Hablar de cine de género pareciera que sí o sí va emparentado con el cine oriental. Desde el cine de Kaijus, el de Mechas, o el más directo de artes marciales. Vamos, si hasta tuvo su boom mundial de terror a fines del siglo pasado con esos fantasmas pálidos, morochos y melenudos.

Por eso, cada llegada de un nuevo exponente de cine de género proveniente del continente amarillo a algún festival ad hoc es festejada por la fiesta que podemos aguardar.

A diferencia del cine proveniente de otros países, el cine oriental no suele tener demasiados prejuicios. Suele ser explícito, potente, ilógico, y hasta deliberadamente cursi; más si se trata de producciones estilo Clase B.

Zombiology, o Gam man da song si, tal su título original local, proveniente de Hong Kong, prometía responder con esa premisa. Entregar dos personajes caricaturescos, ponerlos en medio de muchos zombies, y enfrentarlos en batallas épicas reventadas en el mejor de los sentidos.

Sí, todo eso podremos verlo en Zombiology, pero lejos está de ser el plato principal.

Qué par de pájaros

Lung (Michael Ning) y Chi-Yeung (Louis Cheung) son dos amigos, bastante pavos, que pasan la vida haciendo las cosas de cualquier chico joven. Se divierten, hablan de chicas, e imaginan a unos superhéroes basados en ellos mismos. Parecen el dúo de Las aventuras del Capítán Calzoncillos, pero crecidos.

Hasta ahí todo bien. Pero pronto comienzan los problemas. Leung tiene una madrastra depresiva y un padre al que no ve desde hace años. Ahora debe mudarse del barrio. Chi-Yeung se obsesiona con una chica, y hay también algo relacionado a una personalidad importante que no pueden encontrar.  Para colmo de males, el padre de Lung reaparece tras haber estado quince años en prisión, y no es la mejor noticia que puede tener.

A Lung (que es el verdadero protagonista) se le vino todo en contra. Encime, de entre la nada se materializa un ser que estos amigos conocen por una animación. Este ser transforma paulatinamente a todos en zombies, creando un caos generalizado y obligado al dúo a tomar el rol con el que tanto fantaseaban.

Claramente la ópera prima de Alan Lo tiene dos facetas, una en la que se profundizan los personajes con sus dramas personajes, y otra en la que nos entregan la acción con zombies incluídos.

Si la película se llama Zombiology ¿Cuál creen que de las dos facetas se debió desarrollar más?

Batallas personales

Todo en Zombiology tarda en llegar. Porque si bien creemos que es una comedia, Alan Lo y el guion de Nick Cheuk, Nero Ng y Chi Hoi Pang, se dispersan desde el  primer momento en asuntos particulares de la vida de Lung y Chi-Yeung a los que, como espectadores, nunca entramos realmente porque en definitiva no es un drama, por lo que el tratamiento que se les otorga es bastante superficial por más que sea de lo que más se habla.

La acción en sí tarda más de una hora en llegar; en el último tramo todo de precipita y finalmente nos terminarán entregando lo que fuimos a buscar: acción desbordada, desparpajo, y cualquier desapego de la lógica racional.

Las batallas son un deleite si bien no innovan demasiado, más allá de presentar alguna animación bien colocada en contexto. Ahí el film se olvida de los problemas de sus personajes y nos ofrece una montaña rusa de pura diversión, haciendo que la espera parcialmente haya valido la pena.

Digo parcialmente, porque hasta ese momento vivimos otro tramo mucho más extenso en el que los deseos de abandonar el barco  por puro aburrimiento no van a faltar.

Conclusión

Zombiology tenía potencial para ser un producto mucho más divertido y entretenido de lo que termina siendo. Su exceso en querer contar los dramas personales de los protagonistas no hacen más que retrasar la acción que tanto se espera como espectador. Cuando el climax finalmente arriba, la experiencia se disfruta.