Nuevas Series 2015: los SÍ, los NO, los más o menos (Parte 2)

Nuevas Series 2015 ya tuvo su primera tanda de estrenos que -para bien y para mal- están copando las pantallas y nos ponen en la dificilísima situación (white people problems) de elegir qué ver y qué no. Podés leerla acá. Ahora continuamos porque la lista es interminable y ustedes desean saber cómo viene la mano con esos shows de los que todos hablan y no les alcanza el tiempo para ver.

Siguiendo con nuestra lema “no pierdan tiempo, nosotros lo perdemos por ustedes” vamos con la segunda parte de una nota que da para varias entregas y les deja la decisión final de optar o desechar estas series, pero después no digan que no les avisamos.

Las que SI

Unbreakable Kimmy Schmidt

Es LA comedia estreno. Desechada por NBC, rescatada por Netflix, concediéndole además -sin aún haberse estrenado- una segunda temporada que llegará en 2016, y lo agradecemos porque en la pantalla del pavo real hubiese durado lo que un suspiro. Divertida, tierna, no escatima en chistes todo el tiempo por más ridículos que sean.

Kimmy (Ellie Kemper) pasó 15 años encerrada en un bunker junto a otras 3 mujeres pues una secta las convenció de que el mundo sucumbió ante un apocalipsis. Las rescatan y la muchacha decide quedarse en New York para evitar sentirse una víctima en su pueblo natal. Así comienza el raid de personajes excéntricos (Titus, el amigo afroamericano gay, es una verdadera revelación) con quienes se cruza y que la acompañarán en ese descubrir un mundo que cambió. Suena a drama de Hallmark pero es desopilante y con una simpleza que asombra.

Creada por Tina Fey (con ese nombre basta para convencer), son 13 episodios de menos de media hora cada uno, que te los ves de un tirón y pedís a gritos muchos más.

American Crime

Queda chico llamarlo drama pues es un dramón. El crimen de un joven veterano de guerra en un acto atroz -donde violaron y dejaron en coma a su esposa- va a desencadenar una oleada de intolerancia, prejuicios y dilemas morales: los sospechosos son 2 latinos, un negro y una blanca pero drogadicta. No piensen que la investigación va a estar cargada de acción y giros pues la propuesta se torna de una introspección asombrosa, silencios y ritmo extremadamente lento, acercándose a esos personajes que juzgan sin fijarse en sus propios demonios.

Porque nadie en American Crime está libre de pecado. El show de ABC es la nueva esperanza de la Tv abierta norteamericana por lograr el prestigio reservado a las series de cable y lo logra acercándose más a Rectify que a cualquier otra cosa que podamos encontrar en la pantalla chica comercial.

Felicity Huffman (Desperate Housewives, Transamérica) se anota en la carrera a los premios a mejor actriz con esa madre decidida a que el asesinato de su hijo sea considerado un crimen de odio (si cuando matan un negro sale toda la comunidad afroamericana a protestar, por qué no sucede lo mismo cuando matan a un blanco… se pregunta ella) y no se quedan atrás Timothy Hutton como el padre tratando de remediar los errores del pasado, Penelope Ann Miller (The Relic, The Artist) o Lili Taylor (El Conjuro) que completan un elenco al que la cámara se acercará hasta casi pegarse a sus rostros para despellejar las frustraciones que llevan consigo desde el momento mismo en que el sueño americano se ha roto en pedazos.

Del creador John Ridley, ganador del Oscar por el guión de 12 años de Esclavitud, la serie realiza un trabajo angustiante examinando cada raza con sus miedos, sufrimientos e intolerancia; no se pone del lado de uno u otro sino que los desnuda a todos por igual con resultado crudo, incómodo y potente. Son 11 capítulos cuyas audiencias no son del todo buenas porque el canal tuvo la genial idea de ubicarlo junto a los productos de Shonda Rhimes, que no pueden ser más opuestos en todo sentido.

The Slap

En la Parte 1 aprobó la remake americana de Les Revenants y ahora le damos la derecha a la versión que NBC hizo de la serie australiana del mismo nombre (basada a su vez en un libro de Christos Tsiolkas) que hace tiempo les recomendé acá.

Si viste la original (sos de los menos) no te va a defraudar este nuevo (y prácticamente idéntico) mosaico de personajes cuyos secretos quedan expuestos cuando un adulto le pegue una bofetada a un niño en plena reunión familiar. Si no la viste, no hace falta repetir que tenés que verla, pero entendería te enganches con la reversión yankie pues tiene tantas caras conocidas que es imposible resistirse, opacando -al menos en ese aspecto- al elenco original repleto de desconocidos. Uma Thurman, Zachary Quinto, Peter Sarsgaard, Thandie Newton, Thomas Sadoski, Melissa George (repitiendo mismo personaje que en el show original), Brian Cox, entre otros, forman el núcleo familiar y de amistad que va a ser sacudido cuando la cachetada azote a un niño que, sinceramente, da ganas de ubicarlo un poco (aunque debería ser tarea de los padres y no de otro, cierto? No?)

Cada capítulo de los 8 en esta miniserie autoconclusiva se centra en uno de los presentes y vamos siendo testigos de su punto de vista, sus errores y valores. Al mismo tiempo, un juicio comenzará a realizarse (con mucha más presencia aquí que en la The Slap australiana, son norteamericanos y les encantan los juicios, qué le vamos a hacer) para que la justicia dicte un ejemplo cívico que en su desarrollo va resquebrajando las relaciones entre esos griegos que emigraron a la gran manzana.

Producida por Lisa Cholodenko (Los chicos están bien, Olive Kitteridge) que además dirige el piloto, no la vió ni el loro en Estados Unidos al ser emitida los jueves muertos del canal donde parece el público hace tiempo se olvidó de sintonizarlos (¡y contra The Big Bang Theory!). Pero por suerte cerró y salió aprobando en todos los rubros.

Las que más o menos

iZombie

La serie de zombies de CW basada en un cómic de DC cumple, pero no revoluciona ni te desespera por saber cómo sigue la historia de Liv, la chica que se convierte en zombie y se pone a trabajar de forense para conseguir cerebros con los que alimentarse sin perder su humanidad.

No es The Walking Dead, no hay hordas de muertos vivos. Sólo es ella (y su “creador”, un personaje cobrando importancia de a poco) la infectada que va adquiriendo las habilidades del muerto con que se alimenta (come de un pintor y le empieza a gustar el arte, por ejemplo), pero no sólo eso: también incorpora sus recuerdos, generalmente el momento de su muerte. Es así como la protagonista se calza el traje imaginario de detective y colabora en resolver crímenes.

Hace uso de mucho humor negro y entretiene, pero su mayor (y tal vez único) mérito es darle una vuelta de tuerca interesante al género procedimental que ha llenado la televisión. Para ser una de “resolver el caso de la semana” está más que bien, para ser una de zombies se queda en casi nada. Tal vez le guste a los fans de Verónica Mars pues podría decirse que se asemejan bastante, amén de compartir al showrunner Rob Thomas.

Bloodline

Vi los 2 primeros capítulos hace meses en un screening al que gentilmente nos invitó la gente de Netflix y salí de allí con la misma impresión que cuando volví a verlos ahora en el debut oficial: capítulos (muy) largos que no llaman demasiado la atención, hasta cerrar en un cliffhanger atrapante que te hace pedir a gritos el episodio siguiente. No es lo mejor del gigante del streaming, tampoco lo peor (Hola, Marco Polo)

Es un más o menos que va claramente de menos a más y hasta podría dividirla en dos etapas: una primera densa, rozando el tedio, aunque generando un “algo” que te hace continuar, y una 2º donde todo lo plantado antes explota y se convierte en un thriller desesperante. Y ahí radica el fallo: el inicio es un drama familiar intimista, con ritmo tan lento que sacará de quicio a los habitués de las corridas, pero la segunda tanda es un thriller hecho y derecho. ¿Es necesario uno para otro? Tal vez no, pero es la manera en que los creadores –Glenn Kessler, Todd A. Kessler y Daniel Zelman– encontraron para plasmar este show de 13 episodios que ha sido renovado para una 2º temporada.

Familia en apariencia perfecta se ve trastocada cuando regresa el hijo mayor, la oveja negra, el imán para los problemas, que hace tiempo se fue y ahora está dispuesto a reincorporarse. Cocinándose a fuego lento, mientras descubrimos las heridas y traumas del pasado, hay un culebrón épico que amenaza destruir ese paraíso de los cayos de Florida donde residen.

Los episodios son de una hora real -nada de 42 minutos- que se siente bastante molesta con la pasividad elegida para narrar los hechos. Ojo: no tengo nada contra los silencios y que todo se desarrolle lentamente (unos párrafos arriba les recomiendo justo ello) y díganme si 60 minutos no parecen 10 en series como Game of Thrones. Es que acá se nota la treta, la trampa, el estar disfrazando con capas finas y delicadas un Revenge en potencia (salvando millas de distancias, no malinterpreten).

Gran parte de que den ganas de verla es el tremendo elenco que brilla, sorprende y emociona: Sissy Spacek, Linda Cardellini, Ben Mendelsohn, Chloë Sevigny, Sam Shepard, etc, dejando para el final a Kyle Chandler que hace un trabajo digno de premio. Parafraseando el slogan del show “No somos gente mala, pero hicimos algo terrible”, podría decirles “No es una serie mala, pero tienen un ritmo de muerte y los episodios más largos del mundo”.

El tramo final es brillante pero queda en ustedes y sus tiempos disponibles entre tanto show de primera, si están dispuestos a soportar un comienzo casi inerte al que deben ver bien despiertos a riesgo de quedarse dormidos. La recompensa llega, se los prometo.

Las que NO

12 monos

Tal vez si no viste el peliculón de Terry Gilliam con Bruce Willis y Brad Pitt te puede llegar a interesar, además de que no seas muy exigente con una serie que viene de SyFy dónde los presupuestos no sobran y el talento actoral por lo general te lo quedan debiendo. Si viste el film y recordás a James Cole, el presidiario que viaja en el tiempo para achicar su condena y descubrir el origen de un virus que va a acabar con la humanidad, este intento de ciencia ficción te resultará casi un chiste.

La base es la misma, si hasta Cole es el protagonista pero en la piel de Aaron Stanford quien no llega a los talones de lo peor que haya hecho Willis. Y la trama se simplifica al límite de la ridiculez, sin quedar nada de la complejidad del film (y del corto en que se basa, La Jetée), del surrealismo casi onírico, ni del planteo filosófico. Nada. Es del montón con una rubia científica que va a ser interés romántico de Cole y todo el conjunto de obviedades de este tipo de shows clase B. Que se alejen rápidamente del material original no molesta tanto como la falta de imaginación y la ausencia de una propuesta estética cuanto menos digna.

Backstrom

Ni por todo el amor del mundo al Dwight Schrute de The Office, ni por todo el cariño que se le pueda tener al talentoso Rainn Wilson, por nada tienen que acercarse a esta comedia de FOX de la que no hay aspecto posible para rescatar.

Wilson es aquí Backstrom, un policía de carácter irascible y ofensivo con el que nadie quiere trabajar, tras un tiempo suspendido vuelve a laburar. Eso y poco más. Los secundarios ni sabemos para qué están, los casos a resolver los viste 80 veces, el antihéroe no tiene chispa ni es gracioso, el show es un completo y aburrido cliché. Para colmo de males le va realmente pésimo en ratings y salvo un milagro va a ser cancelada. Ni se le acerquen.

Dig

Se cansaron de querer instalarla como la serie de conspiraciones de la que no podríamos escapar, pero la realidad es que es un somnífero que ya al 2º capítulo te interesa poco y nada. Ni siquiera se molestaron en presentar de manera que enganche el misterio a lo Código Da Vinci que anunciaban.

Es el resultado de la unión de Gideon Raff y Tim Kring, creadores de Homeland y Héroes respectivamente. De esa mezcla extraña surgía la curiosidad de ver como aunaban dos estilos tan marcadamente diferenciados, y pasó que hay conviviendo dos series que nada tienen que ver una con la otra, chocándose constantemente en estilo.

Un agente del FBI (Jason Isaacs, el Lucius Malfoy de Harry Potter) trabajando en Jerusalén comienza a inmiscuirse en los misterios tras un descubrimiento arqueológico, pero lo que apunta a una conspiración de miles de años se convierte en típicas persecuciones por callejones estrechos y mercados abarrotados de gente, tiros, accidentes vehiculares y lo de siempre. Paralelamente se desarrolla una trama que no tengo idea qué es ni importa, en la que Lauren Ambrose (Six Feet Under) convive dentro de una especia de secta en un refugio de Nueva México.

No tiene sentido, como cuando el protagonista persigue a una pelirroja -que le recuerda a su hija muerta-  durante todo el piloto, y al primer encuentro se desnudan y se meten a un lago. ¿Qué les pasa a los guionistas? Olvídense que existe. El capítulo inicial dura 1 hora 5 minutos y es el sopor convertido en serie de tv; luego la duración se estabiliza pero ya es demasiado tarde para estar adentro.