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Breaking Bad: 10 años de odio a Skyler

Breaking Bad: 10 años de odio a Skyler

Pasaron 10 años del estreno de una obra cumbre de la televisión, y todo el elenco se reunió para celebrarlo. En el reencuentro organizado por la gente de EW hubo lugar para anécdotas y análisis, pero también para recordar una de las grandes polémicas alrededor de la serie de Vince Gilligan: el odio a Skyler en Breaking Bad. En tiempos clave para la lucha de las mujeres, esto dio lugar a interesantes reflexiones.

Ese irracional odio a Skyler de Breaking Bad

Anna Gunn interpretó a la esposa de Walter White. Si bien esa interpretación le valió 2 premios Emmy, entre el público la recepción no fue tan generosa: resultó odiada e insultada a niveles incomprensibles, desatando una furia que primero fue contra el personaje pero luego se trasladó a la propia actriz.

Me conmovió. Como actriz, mi trabajo no es interpretar personajes que hagan felices a todos. Eso no es interesante. De hecho los personajes más difíciles en cierto modo son los más interesantes. Pero cuando estás en un espectáculo que se ha vuelto tan grande y la gente te identifica tanto con alguien que no les gusta, no puedes evitar sentirte afectada.

Cuenta Gunn sobre haber sido la mujer de Walter, el profesor de química que tomó el oscuro camino de convertirse en un perfecto villano. Pero mientras el personaje de Bryan Cranston se oscurecía y cometía actos imperdonables, el público se identificaba con él más y más. Caso contrario era lo que ocurría con Skyler, quien desde un primer momento cayó mal para luego ser detestada al oponerse o dificultarle las acciones cuestionables a su esposo.

¿Por qué nuestra audiencia no simpatizaba con esta pobre mujer? (dice Aaron Paul). De acuerdo, ella es la espina en el costado de Walter White y todos están alentando a Walter a tener éxito… pero, ¡mi Dios! Te despiertas un día y descubres que tu marido es un experto en metanfetaminas, ya sabes, vas a tener algo que decir al respecto. Realmente lo sentía por Anna, porque ella es una persona hermosa por dentro y por fuera, interpretó a Skyler de una manera tan feroz, y la gente simplemente rechazó su personaje sin más.

El rechazo se expresaba en todos los medios y crecía a medida que la serie se iba haciendo más popular. Hasta se crearon páginas y grupos en su contra. La pregunta es ¿por qué? Es razonable que uno odie al antagonista de una ficción, pero los niveles de odio fueron demasiado elevados con ella.

¿Tratamos (y con ese tratamos puede que este redactor esté asumiendo que también la odió) de igual manera a otros secundarios de otras series? Pero sobre todo: ¿la detestamos más por haber sido mujer? No fue una mujer perfecta, eso está fuera de discusión, pero a fin de cuentas el verdadero villano que se estaba construyendo era su marido.

Si nos fijamos en los elementos que estaban involucrados en esto, es el marido quien está mintiendo, es el marido al que se descubre haciendo algo ilegal, el que está haciendo algo que pone a su familia en peligro letal… pero ella es quien está siendo castigada, es como, ¡espera un minuto! Me desconcertó desde un punto de vista objetivo.

Comenta Cranston. Como espectadores deberíamos preguntarnos qué nos hizo odiarla de esa forma.

Cuando se enteró lo que su marido hacía no lo abandonó, ¿queríamos que hiciera eso? ¿La cuestionamos por haberse quedado protegiendo a sus hijos del monstruo que tenía en casa? Si lo dejaba y se llevaba a los niños ¿no la hubiésemos tratado aun peor por abandonar “al héroe” de la historia?. Sí, tuvo un amante y eso le valió el mote de… tantas cosas que mejor ni escribirlas, ¿la juzgamos por eso? ¿Si el amorío lo tenía Walter no lo hubiésemos aplaudido? Aceptó los negocios de su esposo y se convirtió en blanqueadora de dinero, lo que la transformó en una interesada del demonio (por ser educado), ¿al ser entonces igual que él, por qué la violencia va solo hacia ella? Y así podríamos estar días citando motivos que hicieron detestarla.

Ahora: si en un rapto de locura de Gilligan Breaking Bad hubiese tenido protagonista femenina, una “mujer fuerte” (como gusta llamarlas aunque ese intento de realzamiento esconda más discriminación), y el marido era quien descubría a su esposa fabricando drogas, ¿lo hubiésemos atacado como hicimos con Skyler?. Seguramente no, y hasta le daríamos palmaditas de aliento en la espalda.

Fue muy extraño y confuso para todos nosotros. Fue una combinación de machismo, ideas sobre los roles de género, y honestamente fue lo brillante de la construcción de la serie. La gente encontró un héroe en Walt, pero querían conectarse con él tan visceralmente que al ver a la persona que a menudo era su antagonista -y por lo tanto antagonista de la serie- sentían como si ella se interpusiera en su camino para hacer lo que quisiera, y que debería permitírsele hacer lo que quería hacer.

Prosigue la actriz que hasta publicó una carta en The New York Times, en 2013, ante tantos ataques. Es que ella no era el único “enemigo” de Walter, pero a los demás malos que se interponían en el camino del protagonista jamás se le dedicaron tantas palabras de odio como a ella. Tanta ira la llevó a escribir:

Como actriz me doy cuenta de que los espectadores tienen derecho a tener los sentimientos que quieran sobre los personajes que miran. Pero como ser humano me preocupa que tanta gente reaccione a Skyler con tal veneno. ¿Podría ser que no soportan a una mujer que no sufrirá en silencio o “apoyará a su hombre”? ¿Que la desprecian porque no retrocederá ni se dará por vencida? ¿O porque ella es, de hecho, igual a Walter?

Los ya duros comentarios en línea se convirtieron en ataques personales. Uno de esos mensajes decía: “¿Podría alguien decirme dónde puedo encontrar a Anna Gunn para poder matarla?” Además de estar asustada (y de tomar medidas para garantizar mi seguridad), también me sorprendió.

Pero finalmente me di cuenta de que el odio de la mayoría de la gente hacia Skyler tenía poco que ver conmigo y mucho que ver con su propia percepción de las mujeres y las esposas. Debido a que Skyler no se ajustaba a un ideal cómodo de la mujer arquetípica, se había convertido en una especie de prueba de Rorschach para la sociedad, una medida de nuestras actitudes hacia el género.

Gilligan, ¿inocente?

Los antihéroes no son algo nuevo, pero Heisenberg es uno de los más emblemáticos de la pantalla chica. Cuando la serie inició su recorrido allá por 2008, una de las preocupaciones era cómo tomaría el público a un protagonista pasándose lentamente pero sin freno hacia el lado oscuro.

Pensé que Walt iba a ser el único con quien sería difícil que la gente se compadeciera (dice Gilligan). Y de repente, aquí estamos escuchando esta aversión hacia Skyler White. Hasta el día de hoy me confunde.

Si analizamos el perfecto guion de la serie resulta bastante obvio que la construcción del show necesitaba a Skyler como fue, lo que indefectiblemente llevaba a que un poco mal nos caiga. Imaginemos a una mujer exitosa en su lugar, que pueda dar un portazo cuando se entera lo que hace su marido. Chau trama. Breaking Bad requería de una esposa que se quedara en casa. Y cuando salió de su casa para trabajar tuvo un romance con su jefe como para terminar de rematarla. La complejidad del personaje, sus grises, están tan bien desarrollados que quizás no nos dimos cuenta de que nos estaban induciendo a no quererla. Pero, ¿era para tanto?

Me alegré mucho de haberlo superado y de haber aprendido lo que aprendí, pues finalmente me di cuenta que no se trataba de mí. Esto no se trata de mí, Anna Gunn, y realmente no se trata de Skyler. Se trata de la forma en que las personas se conectaron con Walter. También se trata de la forma en que las personas aún se aferran, tal vez, a ideas más antiguas sobre lo que debería ser una mujer o una esposa, cómo debería actuar o comportarse.

¿Culpamos a Vince por este odio a Skyler? ¿Al perfecto trabajo narrativo del show? ¿A nuestro amor desmedido por un ser despreciable como Walter White? Podrán decirme que Walt hizo todo por su familia, pero todos sabemos -y hasta el personaje lo admite- que lo hizo por él, porque era bueno en ello. La palabra misoginia se me viene a la mente, aunque no quiero acusar a nadie. Por suerte tal comportamiento está cambiando de a poco (quiero creer) y ojalá algo hayamos aprendido. Bajo su ojo, alabado sea.


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