RECAP The Walking Dead 7×11: alianza inesperada

Con The Walking Dead 7×11 entramos nuevamente al Santuario, justo para presenciar dos momentos clave que marcan el acontecer de los días en el apocalipsis zombie: el escape de Daryl y la coincidente llegada de Negan con su nuevo ¿prisionero? Eugene. Que hayan permitido la huída del juguete preferido del villano en piel de Jeffrey Dean Morgan no es algo que el tipo vaya a dejar pasar así nomás.

The Walking Dead 7×11: Hostiles and Calamities

Obviamente ¡Spoilers!

Los secuaces de Negan saben que no es bueno que en ausencia del jefe se haya escapado el prisionero más importante. Dwight, al ver la notita que le dejaron a Daryl, se da cuenta enseguida quién fue el responsable. O mejor dicho, la responsable: su ex mujer Sherry (Christine Evangelista), a la cual tratará de proteger aunque para ello necesite alguien a quien culpar en su lugar.

Post período de reclusión, Dwight es enviado a buscar a la muchacha. Va a su antiguo hogar, ese donde habían quedado en encontrarse pretzels de por medio. Allí se enfrenta a una carta en la cual ella se culpa de haberlo convertido en lo que es hoy -un asesino- al sugerirle volver con Los Salvadores. Además reconoce ser quien dejó libre a Daryl.

Cuando vuelve con Negan dice haber matado a Sherry (¿en serio le creen tan fácil?) y culpa al Doctor Carson por el escape de Daryl (con una excusa casi ridícula). Negan toma las represalias correspondientes arrojándolo al fuego. “Este lugar no es mejor que estar muertos” expresaba la joven en la carta, y vaya si tiene razón, por más pepinos que puedas comer libremente.

Eugene, traidor por unos pepinos

Eso nos lleva a Eugene (Josh McDermitt) que parece haber encajado entre sus enemigos mejor de lo que pensábamos. Es pronto aun para decir si el fabricante de balas ha traicionado a sus amigos, si es todo parte de un plan o simplemente está tratando de sobrevivir; pero lo cierto es que ni terminó en una celda oscura ni fue golpeado como era de esperarse. Por el contrario: tiene habitación propia, videojuegos, mujeres (solo para charlar, que tampoco Negan es TAN bueno) y pepinos.

Para un hombre al que conocimos mintiendo, haciéndoles creer a Rosita y Abraham que era parte central del Proyecto Genoma Humano, y que resultó un triste ser incapaz de valerse por si mismo, este recibimiento puede significar el reconocimiento que nunca encontró entre Rick y el grupo de sobrevivientes. Al fin es necesario, y hasta el mismísimo Negan le aplaude su plan de cubrir a los zombies en metal líquido para evitar su descomposición.

¿Inteligente o cobarde? Esa pregunta puede llegar a tener respuesta al oirlo volver a reflotar el temita del Proyecto Genoma, la mentira que sirvió para que lo protegieran como si fuese un ser indispensable para la humanidad. Regresa a esa falacia y nuevamente se siente necesitado. Tanto como para que un grupo de damicelas soliciten su ayuda cuando una de ellas quiere morir. Eugene accede (¿en serio, guionistas?) y en plan Walter White les creará un veneno… pero tan idiota no es: se da cuenta que en realidad sus pildoras serán utilizadas para matar a Negan, algo con lo que no está de acuerdo. Es un completo cobarde y tiene la comodidad de un hogar. Se merece suene Easy Stret, esa canción que (Daryl ya aprendió) significa una tortura y una condena.

Soy Negan

La pregunta que jamás doblegó a Daryl, no llega ni a ser formulada por completo que Eugene ya la responde. Es Negan, siempre lo fue y lo seguirá siendo mientras tenga pepinillos free. En The Walking Dead 7×11 Eugene toma el camino fácil y -en sentido inverso- Dwight ya no tolera ser parte de ello. Dos personajes con procesos internos opuestos que quedan trabajando juntos y que serán de gran importancia (uno por sus habilidades, el otro por ser del bando enemigo) en la guerra que se está haciendo esperar más de la cuenta.

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