Alta Peli te dice: a jugar Hellblade

Con el reciente lanzamiento en Xbox One y el reconocimiento logrado en los premios Bafta, me pareció momento oportuno de compartir por qué tienen que jugar Hellblade.

Hellblade: Senua´s Sacrifice es el último título de la desarrolladora Ninja Theory. El mismo ha recibido gran cantidad de premios BAFTA.

El juego sigue a la guerrera Senua mientras se embarca en una aventura sacada directamente de la mitología nórdica. Nuestra heroína emprende un viaje hacia el infierno no solo para salvarse a sí misma, sino a Dylian, su amante que murió a manos de los brutales hombres del norte mientras ella no estaba.

Pero jugar Hellblade tiene 2 caras. Una, la historia de acción-aventuras que describí anteriormente. La otra cara es un thriller de terror psicológico sobre una mujer que lucha contra una severa enfermedad mental y sus demonios internos. A simple vista la aventura parece la típica historia de espadas, dioses y monstruos. Pero Senua está lejos de ser la típica heroína: ella se conmueve con “la oscuridad” y esa oscuridad es un eficiente recurso para presentar la psicosis. Senua está acosada por persistentes alucinaciones visuales y auditivas, torciendo su mundo en un lugar impredecible, peligroso y muy cruel.

Un juego, dos facetas.

Estas alucinaciones auditivas tienen mayor impacto gracias a un impecable diseño de sonido. Jugar Hellblade con auriculares es una total delicia o una tortura, ya que la inmersión que se logra es tremenda. Estas voces son las observadoras críticas y constantes de Senua. Reflexionan sobre sus acciones y su estado físico y mental, la critican y en escasas ocasiones la alientan.

Las representaciones de las dificultades mentales de Senua no se limitan a las voces que le susurran. También está perseguida por la podredumbre oscura, con su mano derecha cubierta de raíces negras. Al morir, estas raíces se vuelven más fuertes, subiendo por el brazo. Si la podredumbre llega a la cabeza la lucha se pierde y el juego termina, perdiendo todo el progreso, debiendo empezar a jugar Hellblade desde el comienzo otra vez.

Desconozco si la muerte permanente en el juego es de hecho real. Perdí en numerosas ocasiones y de todas maneras pude concluir el juego en la primera pasada. Lo cierto es que ante cada muerte y al ver cómo las raíces de la podredumbre subían por mi brazo, la tensión aumentaba. La amenaza de perder todos los progresos se hacía más fuerte al avanzar en el juego. La presión que sentía al enfrentar numerosos enemigos era cada vez mayor. No sé si era real la amenaza, lo cierto es que hizo mella en mí y en la manera de jugar Hellblade. Al pensarlo un poco lo sentí como un recurso de los desarrolladores para hacerme sentir esos fantasmas que siente Senua en el juego.

Un juego sólido optimizado para Xbox One X

Para avanzar hacia las profundidades de Helheim, deberemos resolver acertijos para desbloquear puertas y avanzar a la siguiente área. Estos acertijos giran principalmente en torno a encontrar runas ocultas en el entorno. Una runa podría estar formada por las ramas de un árbol vistas desde un ángulo particular, mientras que otra podría estar oculta en las sombras de un fuego. Más adelante me enteré que esta forma de percibir el mundo es propia de la gente con problemas mentales.

El entorno es detallado de una manera hermosa, con tonos pálidos, casi sepia. Todo está ambientado sombriamente, concordando con la situación de Senua. La versión de Xbox One cuenta con tres modos gráficos. Modo gráficos mejorados, donde tendremos mayor cantidad de detalles, sombras, texturas. Modo alta resolución, donde el juego se fija a 30 cuadros por segundo pero con resolución dinámica apuntado a alcanzar 4K. Y otro modo den donde se prioriza la fluidez, alcanzando los 60 cuadros por segundo.

Cualquiera sea el modo elegido, jugar Hellblade es un golpe a los sentidos, tanto desde lo visual, lo auditivo, los puzles y el combate. El análisis podría terminar acá y podríamos decir que Hellblade es un juego competente, redondito por todos lados. Pero la descripción matizada y detallada de la psicosis es lo que convierte en algo realmente especial al juego.

Una historia de lucha interna

La historia de Senua es la lucha constante contra la duda. La lucha contra los demonios internos, esos que permanecen allí intocables e intolerables. Es un relato que toca la pérdida y lo difícil que puede ser superarla, pero también muestra cómo dicha pérdida ofrece un refugio.

Hellblade muestra cómo las relaciones pueden proporcionar consuelo y comodidad para aquellos que sufren de trastornos mentales, y también muestra que una relación puede ser una espada de doble filo. Senua disfruta de la idea  de amor de un hombre cuya actitud es siempre positiva, pero no puede evitar el contraste con su propio estado mental. Ella siente alivio por ser amada, es por ese amor que emprende un viaje de lucha contra los dioses, aunque siempre está en el aire un sentimiento de culpa. Es claro para ella que no merece a este hombre. Senua teme el daño que le causará su “oscuridad”.

Jugar Hellblade es un viaje sensible hacia la psicosis. Proporciona una buena descripción sin hacer grandes declaraciones sobre la naturaleza de la salud mental. Muestra de manera simple y clara que su psicosis hace que su lucha sea aún más dura. El viaje de Senua es una búsqueda de proporciones épicas. Sin embargo, ella es una heroína profundamente humana, es pura fuerza de voluntad pues sobrevive sin poderes mágicos. Es un hermoso relato que además de entretener deja un profundo mensaje al jugador.

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