Las teorías que surgen sobre el futuro del MCU después de Eternals.

Sin dejar de ser un producto de entretenimiento donde el humor y la acción ocupan su buena porción del tiempo, el centro de Eternals (Ver REVIEW, ACÁ) no son las escenas de combate trepidante encadenadas linealmente para detener los planes de un villano bien definido en un épico combate final. La decisión de poner al mando a una directora joven pero ya ganadora de un premio Oscar, claramente habla de una voluntad de sumar algo de prestigio a una franquicia popular que es un gran éxito económico, pero a la que casi nunca se valora por otra cosa más que por su innegable capacidad de llenar salas.

El resultado fue una película con mejor consistencia dramática y personajes con conflictos internos más profundos de los que solíamos ver, pero ¿será esto una decisión estable de llevar la Fase 4 hacia tonos un poco más adultos o es solo la respuesta aislada de alguien que se tomó demasiado a pecho las críticas de que Marvel “no hace cine en serio”?

El hambriento ratón no quiere perder a nadie de los que ya tiene, pero tampoco dejar de sumar a ninguno de los potenciales nuevos públicos que cada año aparecen, por lo que sería lógico que el estudio empiece a ver la necesidad de variar un poco la fórmula de los contenidos que ofrece en al menos una parte de sus futuros estrenos, tanto de cine como de series. Incluso puede ser inevitable, si pretende poder responder a la realidad de que con el paso de los años, además del lógico desgaste, su público se fue volviendo continuamente más amplio en edad e intereses.

Durante 2021 ya empezamos a ver algunos tímidos intentos de romper con el manual que hasta ahora parecía ley. En corta secuencia vimos el estreno algo más experimental de Wandavision y poco más tarde la mucho más clásica Falcon y El Soldado del Invierno, a quien igualmente podemos reconocerle la “novedad” de atreverse a tocar sutilmente temas políticos que habitualmente no encontraban mucho espacio en la pantalla grande del MCU.

En algún punto intermedio les siguieron Loki y What if, dos series diseñadas para ir con tiempo poniendo en tema al público menos comiquero sobre las complejidades del multiverso, antes de que haga su gran entrada en los cines, un espacio donde los márgenes para experimentar o tomar riesgos parecen mucho más restrictivos que en la TV y donde no parecen muy interesados por proponer algo que no se entienda fácil.

Sí, porque subestimar un poco al público claramente tiene dedicado un capítulo en el manual de estilo.

El futuro del MCU después de Eternals, con spoilers

Aunque técnicamente es la tercera película de la Fase 4 (con la discutible inclusión de Black Widow en esa lista), Eternals es la primera que conecta directa y simultáneamente con todos los que se espera serán los temas principales de acá a varios años: el multiverso y las aventuras estelares. Pero no solo eso, Eternals también toca de costado un arco místico que veníamos esperando que se amplíe desde la buena recepción que tuvo el mundo de Doctor Strange.

La conexión Cósmica

La franquicia ya expandió hace tiempo sus fronteras por fuera de la Tierra y más recientemente por fuera de la línea temporal primaria, pero Eternals es la primera que presenta a los seres que conectan ambos temas: los Celestiales.

Su mitología es compleja, variada y hasta contradictoria (como suele pasar en los cómics) y no sabemos qué versión de esa historia será tomada para la pantalla, pero habitualmente son considerados responsables directos de la formación del multiverso o al menos de la posibilidad de su existencia (¿ya dije que era confuso?)

La versión narrada en Eternals, donde utilizan planetas para gestar nuevos Celestiales, no es la más habitual sino una de sus versiones alternativas, elegida seguramente por ser mucho más simple y abarcable que la tradicional. Por esto mismo también, los Eternals del MCU tienen un origen y características bastante diferentes a sus contrapartes en papel.

Lejos de criticarlos por eso, quizás deberíamos agradecer que aprendieran del pasado: Marvel ya intentó en TV eso de incorporar a toda una sociedad con habilidades sobrehumanas que lleva milenios viviendo en secreto. No funcionó e hicimos el pacto tácito de hacer de cuenta que nunca sucedió.

Cualquiera sea el caso, no puede ser una coincidencia la aparición de los Celestiales en Eternals justo en este momento en que varias de las historias planeadas a futuro apuntan tanto a lo cósmico como al multiverso, y podríamos esperar que estos misteriosos seres capaces de crear y destruir galaxias -por motivos que habitualmente escapan a la comprensión de los simples mortales- sigan cumpliendo algún rol relevante más allá de las posibles secuelas de Eternals.

Hubo especulaciones ante la declaración previa de algún ejecutivo que dijo no ver como obligación hacer una secuela de Eternals, a lo que se tomó como la posibilidad de abandonar a estos personajes a quienes no creían capaces de obtener el éxito necesario. Pero tanto el final con varios de los Eternals secuestrados como la escena post créditos donde se presenta a Eros/Starfox (Harry Styles) ofreciéndoles ayuda, podría ser retomado en un nuevo evento colectivo.

Ya sabemos que está en los planes Secret Wars, película que se especula será el Endgame de esta nueva etapa y cuya más reciente versión comiquera se trata justamente de una guerra entre distintas versiones del multiverso que recuerda a la promesa que nos hicieron en el final de Loki.

La sangre de Marvel

Pero el futuro del MCU no está solo en el espacio y Eternals se encargó de darle sus primeros minutos de pantalla a Dane Whitman (Kit Harrington), un personaje que no cumple un rol en la historia central de la película. Se dedica solo a dar pistas sobre su identidad, como que su familia es complicada y lo suficientemente antigua e importante como para tener un escudo de armas medieval.

Ese tío con el que Sersi le recomienda a Dane reconciliarse cerca del final de Eternals, en los cómics es el villano Black Knight y el portador de la infame Espada Ébano (Ebony Blade), un arma legendaria que casualmente también es mencionada en otro momento de Eternals mientras Thena (Angelina Jolie) está probando a Excalibur en ese caótico museo en que se convirtió su nave.

La Espada Ébano es la que vemos en la escena post créditos, lo que nos hace pensar que Dane la consiguió de alguna forma de su tío para convertirse él mismo en una nueva y (anti) heróica encarnación de Black Knight. El temor que Dane muestra hacia la espada es entendible: su enorme poder viene acompañado de una terrible maldición que, según la versión que se tome, hace que cada vez que su portador la utilice para derramar sangre se acerque un paso más hacia la locura o vaya corrompiendo su alma. 

La escena se interrumpe por la advertencia de la voz sin rostro de otro personaje británico, que aunque ya tuvo varias películas hace décadas, aún no hizo su entrada al MCU: Erick Brooks/Blade (Mahershala Ali).

Ambos personajes tienen en común el merecer películas que permitan un nivel de violencia que se salga de los límites permitidos por el PG13 que tanto le gusta a Disney. ¿Serán los fundadores de un nuevo grupo británico de antihéroes donde abunde la sangre que hasta ahora siempre estuvo ausente en el cine de Marvel?

La perspectiva para el futuro del MCU después de Eternals suena interesante. Y si el estudio sigue temiendo espantar a su público más familiar, podría mantenerse lo suficientemente contenido en si mismo como para con estas propuestas no salpicar a sus títulos más masivos.