Entrevista al elenco y realizadores de de El Patrón

Alta Peli tuvo la oportunidad de formar parte de una conferencia de prensa en donde los responsables de El Patrón: Radiografía de un Crimen expusieron detalles y reflexiones sobre la realización de la película.

¿Cómo estás parado frente al tema de la corrupción en el mundo de las carnicerías? ¿Tuviste miedo de investigar demasiado?

Sebastián Schindel (Director): Yo como vengo del documental, considero muy importante el aspecto de la investigación. Investigue durante años no solo los eventos que circundaron el caso real, sino también yendo a otras carnicerías. Aunque ambientada en la actualidad, los eventos de El Patrón ocurrieron hace más de 30 años, y los métodos para adulterar la carne en mal estado han evolucionado desde entonces. Por lo tanto, para la película utilizo las más recientes. Al igual que la cuestión judicial, que hace 30 años era escrita, no como ahora que es oral como se ve en la película.

Creo que la temática todavía sigue vigente. Investigando para esta película me he hecho amigo de carniceros, me hecho amigo de inspectores. O sea conocer todos los aspectos, que al principio te los niegan, pero a la larga entienden que son practicas diferentes. Ahora lo que se dice Miedo, no, nunca lo tuve. Si creen que la película los puede perjudicar, es porque algo los está poniendo nerviosos. Aquellos carniceros que trabajan honestamente no tienen nada que temer; estoy haciendo una película, no una denuncia social. Toda profesión tiene su gente que trabaja honradamente y aquellos que son inescrupulosos. Abogados, Carniceros, etc.

¿Cómo fue el proceso de filmar en la cárcel? ¿Cómo se sintió?

Guillermo Pfening: A mí lo que me pasa es que como ya fui a varias, para mí ya es un set de filmación mas. No es que te insensibilizas, pero llegas a conocer los códigos, cómo funcionan las cosas. Es mas en la cárcel donde filmamos, yo ya hice una serie, y ya conocía a los pibes que ya estaban ahí. Te hace reflexionar sobre muchas cosas, sobre la vida, sobre el sistema, y hasta qué punto funciona el sistema penitenciario.

¿Qué te atrajo del personaje?

Joaquín Furriel: En principio, me dio la posibilidad de indagar en una problemática que hay en nuestra sociedad. La película visibiliza cuestiones del paisaje urbano sobre las cuales la gente no está muy consciente. Permite detenerse en una problemática que nos afecta a todos. Sobre el peso que puede llegar a impartir el sistema en el que vivimos. El atractivo que tiene la película es que tiene todo lo que necesita y funciona en un thriller. No es tanto un documental o una docuficción sobre la corrupción en el mundo de la carne, hay una historia atrás, ya que se desarrollan no solo la tensión sino los vínculos que tiene Hermógenes más allá de la carnicería.

¿Cómo definirían a sus personajes?

Luis Ziembrowski: Latuada es un hombre que tiene una idea muy clara de lo que es la jerarquía en esta sociedad. Es alguien que considera a Hermógenes y su mujer como seres inferiores, pero también es un tipo que tiene su quiebre y es su mujer. Cuando la Gladys va a trabajar a su casa, esta pone en evidencia el contraste que hay entre su matrimonio y el de Hermógenes.

Monica Lairana: La Gladys es un personaje lleno de ilusiones. Pero que también puede ver lo que hay detrás del vínculo entre Latuada y Hermógenes. También es ella la que aporta algo de luminosidad y de amor a la historia. Lo que me gusto fue que el guion mostraba a la pareja de Hermógenes y Gladys como un vínculo de mucha felicidad a pesar de sus carencias.

Guillermo Pfening: Mi personaje es quien le da herramientas a Hermógenes en todo el proceso judicial, herramientas que no tenía por su analfabetismo. Lo que le permite a mi personaje comprobar que si bien el cometió el crimen, no es del todo culpable, dado a que hay ciertos elementos del código penal que así lo especifican. Hay muchos casos así en donde la justicia se puede aprovechar de personas así por la necesidad de señalar a alguien, y mi personaje ve una oportunidad de hacer verdadera justicia.

¿Qué te atrajo de la historia y cómo te llegó?

Sebastián Schindel: Me atrajo la historia del sometimiento, del abuso de poder, la historia en si misma me llego por medio de Elías Neuman, quien fue el verdadero abogado de Hermógenes, que escribió una novela sobre el hecho, y lo que me impactó fue el nudo que hay entre la relación peón-patrón, y hasta donde puede avanzar el abuso de poder.

¿Cómo trabajaron los ensayos?

Sebastián Schindel: Trabajamos más que escena por escena, los vínculos entre los personajes. La dinámica de marido y mujer entre el personaje de Joaquín y el personaje de Mónica, la de abogado y cliente entre Joaquín y Guillermo, y obviamente la de patrón y empleado, entre Joaquín y Luis. Eso sí, la única escena que repasamos una y otra vez es la que el personaje de Joaquín se encuentra con el perito forense, donde Hermógenes habla de su pasado.

¿Cómo fue el proceso de caracterización para interpretar a Hermógenes?

Joaquín Furriel: Fue por capas. Trabajé con una entrenadora vocal que me enseño a esdrujular las palabras como lo hacía Hermógenes. El proceso de maquillaje y aplicación de los lentes tomaba una hora y media aplicarlo cada día del rodaje. Lo que me obligaba a ser el primero en llegar y el ultimo en irme. Tiempo después me encontré con un compañero del equipo técnico al que le costó reconocerme, ya que siempre que me vio, me vio caracterizado.

¿Cómo es interpretar a un personaje que no es lo que se dice marginal, sino que ni siquiera está incluido en los márgenes?

Joaquín Furriel: Lo principal fue entender la falta de herramientas que le impiden tener a Hermógenes un análisis crítico de lo que está sucediendo. Las circunstancias de su crianza, su educación, el analfabetismo. Esto es lo que eventualmente lo enreda en esta suerte de telaraña, en donde el grado de perversión es tal que quien si se concientiza de estas carencias, como Latuada, se aprovecha de esas carencias para engancharlo más. Siendo el caso más concreto, la promesa del departamento. Esa promesa se vuelve un motor para Hermógenes, ya que el deseo de una vivienda propia es algo con lo que todos nos podemos identificar.