Ridley Scott cree que esto es lo más importante a la hora de dirigir

Mientras prepara su nueva película, Ridley Scott cree que esto es lo más importante a la hora de dirigir.

Ridley Scott no rodó su primer largometraje hasta los 40 años, pero este cineasta de 85 años ha recuperado el tiempo perdido con creces: tiene una agenda llena de proyectos y actualmente está filmando su 28ª película, Napoleón. Solo por comparar, Stanley Kubrick apenas pudo dirigir 13 películas en aproximadamente el mismo periodo de tiempo (una parte del cual se dedicó a una película biográfica de Napoleón que no se realizó), pero su implacable perfeccionismo le faltó en Alguien que me cuide y Un buen año.

Incluso cuando Scott (raramente) falla, todavía hay mucho que saborear en términos de arte. Cuando se trata de llenar el marco con estímulos visuales, hay pocos que pueden igualarlo (por ejemplo, Spielberg, Scorsese y Martel). Ya sea en pantalla ancha o plana, cada fotograma es una maravilla. Su experiencia como director de anuncios publicitarios le ha enseñado claramente el valor de la vivacidad. Desde la salpicadura de sangre en el comedor blanco y estéril de la Nostromo en Alien hasta la desesperación de Jean al clavar su daga en las fauces jadeantes de Jacques en El último duelo, las imágenes de Scott dejan una huella indeleble.

¿Cómo puede seguir rindiendo a tal nivel cuando la mayoría de la gente está jubilada o, bueno, muerta?

Ridley Scott y los Boy Scouts quieren que estés preparado

En una entrevista con The Guardian antes del estreno de su enormemente infravalorada Alien: Covenant, Scott había hecho hincapié en la planificación y la decisión: 

Es fatal llegar al set y decir: “¿Qué vamos a hacer?” Es fatal discutir dónde van a ir las cámaras. No se puede hacer eso. Ahí es donde uno se desquicia. 

Esta preparación, que permite a Scott terminar sus películas con poco dinero, en tiempo record y por debajo del presupuesto, probablemente le ha mantenido fuera de la cárcel de directores: 

Una película como Alien: Covenant normalmente tardaría 100 días en hacerse; nosotros la hicimos en 74. La hicimos por 111 millones de dólares, frente a 180 o 260 millones que podría haber salido. Es una locura la cantidad de dinero gastada. Cuando te gastás 250 millones de dólares en una película, deberían haberte despedido hace un año.”

Scott compara su proceso creativo con el de un pintor: 

Entrás en la habitación por la mañana, donde ayer pasaste todo el día solo. Miras el lienzo y dices: “Maldita sea, lo odio”. La pintura se basa en lo que hiciste ayer y en cómo vas a corregirlo, mejorarlo o decir: “A la mierda, lo logré”. 

No se trata de la parálisis creativa del preciosismo, sino de la fría y dura práctica de ser tu crítico más duro. A la edad de Scott, solo llegas ahí y te mantenés si te rodeás de colaboradores que no temen desafiarte.

Sacar las cosas que no importan.

Se podría argumentar que Scott ha sobrevivido a fracasos de taquilla que habrían acabado con la carrera de cualquier persona (sobre todo Blade Runner), pero es un cineasta con el talento innato para poner imágenes en la pantalla. Scott es el pintor que siempre mira hacia adelante, lo que también puede ser peligroso. Cuando tuvo la oportunidad de reversionar Alien, “simplificó” la película, privando al clásico de su deliciosa construcción lenta y matando el suspense de varias escenas inolvidables, como el intento fatal de Brett de sacar al gato Jonesy de su escondite. También está la vez que se doblegó ante la presión del estudio y recortó 50 minutos de su magistral El reino de los cielos. Eso también fue un error.

La gran mayoría de los cineastas nunca estarán en condiciones de recortar una hora de una epopeya de las Cruzadas. Sin embargo, siempre tendrán la oportunidad de aprovechar al máximo la posibilidad de bajar el presupuesto. Según Scott, cuanto mejor conozcan su película, más probabilidades tendrán de quitar lo que no haga falta.

Si Ridley Scott cree que esto es lo más importante a la hora de dirigir, sigan su ejemplo: la preparación es la clave.