Críticas
REVIEW: Por un Puñado de Pelos
Un título con su humor en regla pero no tanto con su mensaje.
Néstor Montalbano, de la mano de su trabajo en ciclos televisivos como Cha Cha Cha y Todo por 2 Pesos y películas tales como Soy tu Aventura y Pájaros Volando, se ha vuelto una garantía de humor bizarro en nuestra cinematografía. Pero si el humor es una cuestión subjetiva, lo bizarro puede llegar a ser, valga la redundancia, mas subjetivo que lo subjetivo.
¿Cómo está en el papel?
Tenemos ante nosotros una arquetípica propuesta de un bicho de ciudad que va al pequeño pueblo, y la resistencia de este a progresar cuando el protagonista ve una posibilidad de negocios. Argumentalmente y a nivel personaje no es nada nuevo que hayamos visto. Hay alguna que otra humorada que es de esperar en este tipo de historias con un “pez fuera del agua” como protagonista, pero las verdaderas risas –o al menos las pocas que llega a sacar— es cuando la existencia de las aguas llegan a la atención de un cantante reconocido, y este desembarca en el pueblo.
El guion tiene un problema no tanto para difundir su mensaje, sino sobre cuál es el mensaje que desea transmitir. Durante gran parte del metraje, parece ser que hay tradiciones que jamás deben cambiar. Por otro lado, trata el tema de las apariencias. Y Por otro lado más, parece ser un mensaje a lo Homero Simpson de “No fue su cabello, usted lo hizo”. Aunque los tres mensajes llegan, la ensalada no está lo suficientemente bien mezclada y el resultado es la confusión del espectador. Aunque la historia le da un cierre satisfactorio al arco de su protagonista, la resolución no viene de este. Lo que no cae mal, pero deja gusto a poco.
¿Cómo está en la pantalla?
El nivel de producción de la película provee una excelente factura técnica. Montaje, Sonido y Fotografía sin fisuras. Se puede notar en la musicalización un homenaje a los spaghetti
A nivel actoral, Nicolás Vázquez entrega una interpretación a la altura del desafío. Puede llegar a ser un poco insoportable, pero por otro lado el personaje que encarna, tiene por definición mucho de ese adjetivo, así que se lo dejamos pasar.
El resto de los actores también entregan interpretaciones decentes; nada del otro mundo, pero aguantan el palo con dignidad. Tanto Rubén Rada como el Pibe Valderrama tienen una sola expresión en toda la película, con la diferencia de que a Rada le crees muchísimo más su personaje.
Conclusión
Si bien posee una buena factura técnica, actuaciones más decentes de lo esperado y situaciones humorísticas lo suficientemente en regla, la confusión en el mensaje de este título es lo que impide que se luzca del todo.
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