REVIEW: Una Aventura Simple

Crítica realizada durante el BAFICI [19].

Ópera prima de Ignacio Ceroi, egresado de la FUC –la película cuenta con su apoyo–, Una aventura simple sigue la línea que emprendieron films recientes como El escarabajo de oro, para representar, dentro de una aparente estructura aventurera, lineamientos más cercanos a lo introspectivo.

Tesoro mío

Contada parcialmente en dos planos temporales diferentes, la historia comienza en 1995 cuando el profesor de arqueología Edgar, junto a su colega David, encuentra una estatuilla muy particular en unas cuevas de Tandil. Un salto temporal nos lleva veintiséis años después, sí, en un futuro cercano del 2021 para nada diferente nuestra actualidad. María es la hija de Edgar, y hace años no sabe nada de él. Todo parece indicar que Edgar se obsesionó con esa estatuilla, que emprendió un viaje para saber su origen (sabemos que en 2011 estuvo en Perú) y que en plena expedición por el Amazonas nada más se supo de su paradero. ¿Está vivo? ¿Falleció? María junto a su novio y la ayuda de David decide emprender un viaje en su búsqueda.

Con esta premisa Una Aventura Simple no focaliza tanto en la estatuilla como en la búsqueda de María de ese pedazo de su propia historia ausente. Podríamos trazar algún paralelismo con la historia negra de nuestro país, aunque no está claro si esa es la intención.

Las vueltas de Una aventura simple no son tan simples. La historia se cuenta por capítulos y el ritmo no es del todo parejo.

Primero María y su novio (quien pareciera ser el verdadero protagonista) recopilan los datos sobre Edgar y su expedición; después pasamos a una suerte de raid delictivo cuasi frenético para recaudar fondos para el viaje; y finalmente el viaje en sí mismo. Todo esto, en una duración que apena si alcanza para ser considerada largometraje.

No obstante, el ritmo mayoritariamente es lento, con abundancia de voces en off y largos silencios, pero con un montaje fluctuante que pasa de una escena a otra con una ilación que llevará varios segundos hasta entender a qué pertenece.

Ceroi intenta también crear un ambiente generacional. Tanto María como su novio y los otros jóvenes que los rodean buscan su rumbo, no tienen muy en claro cuál es su destino. Esta suerte de subtrama o sublectura quedará expuesta en una carta que María le escribió a Edgar al terminar sus estudios secundarios.

En el elenco abundan los “rostros nuevos”, Ramiro Bailiarini, Camila Rabinovich, Fernando Contigiani Garcia, Lalo Rotaveria, Marcelo Mariño cumplen con el naturalismo al que apunta la propuesta.

Conclusión

Una aventura simple es menos aventurera y menos simple de lo que parece. Sus constantes cambios y una dispersión de su asunto principal no permiten que la propuesta sea del todo redonda más allá de sus nobles intenciones.