Connect with us

Alta Peli

Críticas

Titane (REVIEW)

Crítica realizada durante el 36° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

Tras hacer historia en la última edición del Festival de Cannes, llega a nuestro país Titane (2021), la transgresora y simbólica obra de la directora de Raw. Crítica, a continuación.

El nombre de Julia Ducournau ha quedado grabado a fuego este año y no es para menos. Al igual que otros nuevos exponentes del género como Robert Eggers (The Witch) o David Robert Mitchell (It Follows), la cineasta francesa de 37 años ha logrado consolidarse con su último trabajo como una de las voces más interesantes y provocadoras de la actualidad.

Titane . Poster

Hija de médicos, la nueva enfant terrible se ha visto atraída desde muy joven por los enigmas del cuerpo humano. No es casual que su primer cortometraje, titulado Junior (2011), narrara la metamorfosis de una preadolescente trans desde la óptica del body horror. Luego de co-dirigir el telefilm de terror Mange (2012), en donde también se adentraba en el mundo de la bulimia, Ducournau dio su gran salto con Raw (2016), ópera prima ganadora del premio FIPRESCI en la semana de Cannes. Un coming of age insólito y retorcido que mostraba a una chica vegetariana en su convulsionado primer año de universidad, mientras su despertar sexual se veía atravesado por un apetito voraz por la carne humana. La presión del entorno, el factor hereditario y la construcción de la identidad femenina, hicieron de este drama caníbal uno de los mejores debuts de nuestro incipiente siglo XXI.

Siguiendo con la misma línea del body horror, las reflexiones sobre la sexualidad y el uso de simbolismos, Ducournau sorprendió hace unos meses con su segundo largometraje bautizado Titane (“titanio” en francés), un película visual y narrativamente hipnótica, rabiosa pero no excesiva, que bebe tanto del extremismo francés como del cine de David Cronenberg, David Lynch, Claire Denis, Léos Carax y hasta John Carpenter. Así fue como la directora logró con esta obra consagrarse como la segunda mujer después de Jane Campion y su The Piano (1993) en obtener la Palma de Oro en la edición 2021 del prestigioso Festival de Cine de Cannes.

Fuego, carne y metal: la violencia como catalizadora de cambios

La historia comienza presentándonos a una niña de mal carácter y enfurecida pateando el asiento delantero de su padre mientras viaja en auto por la carretera. La tensa situación trae como consecuencia un accidente en el que tanto padre como hija sobreviven, aunque ésta última debe llevar de ahora en más una placa de titanio en su cabeza. Tras salir del hospital, vemos a la niña besar al coche mientras la cara se le transforma por primera vez con una sonrisa. La fusión entre la carne y el metal parece haber comenzado.

La película hace un corte y nos transporta en un flashforward hacia un evento callejero en donde un grupo de strippers fregotean sus cuerpos en los capot de unos automóviles, ante la mirada lasciva de la platea masculina. Allí aparece ella: Alexia (Agathe Rouselle), la niña ahora convertida en una joven de aspecto andrógino, luciendo con orgullo su cicatriz a un costado de la cabeza. El deseo se apodera de ella y lo que parece una sensual performance para el público en realidad tiene un único destinatario: aquel auto antiguo ilustrado con fuego al que Alexia se entrega en todo su esplendor con una danza erótica.

Titane

Pero la atracción sexual hacia los autos no es el único secreto que guarda la protagonista. El film nos devela que ella también es una asesina serial y, luego de una tarantinesca secuencia en la que confluyen varios personajes (entre ellos, uno interpretado por la actriz Garance Marillier de Raw), no le queda más remedio que camuflar su personalidad y huir para evitar terminar tras las rejas.

En medio de un aeropuerto y profundamente perturbada, Alexia decide cortarse el cabello y desfigurar a golpes su rostro con el fin de hacerse pasar por Adrien Legrand, un niño desaparecido hace 10 años. Desesperado por cerrar una vieja herida, el padre (Vincent London) de Adrien está convencido de que aquel sujeto es su hijo y acobija a la camaleónica Alexia en su microcosmos: una estación de bomberos en donde se desempeña como capitán.

Titane: terror queer

Resulta inevitable no pensar en Crash (1996) de David Cronenberg al observar la relación sexual entre Alexia y el auto. Aquel controvertido filme que presentaba a un grupo de extraños que se excitaban con los accidentes de coches, no solo plasmó una cautivadora reflexión sobre el fin de la dicotomía muerte/vida sino que significó el ejemplo más palpable de lo que el autor canadiense denominó como la “nueva carne”, la fusión entre el hombre y la tecnología, un concepto vital en la última obra de Ducournau. De la misma manera que la escena del auto flameante “llamando” a Alexia antes de fornicar con ella nos trae a la cabeza al clásico Christine (1983) de John Carpenter, o los bailes pop del grupo de bomberos recuerdan a la homoerótica Beau Travail (1999) de su compatriota Claire Denis. Sin embargo, Titane se alza como mucho más que una sumatoria de influencias y estilos.

La mecanofilia (esto es, el deseo sexual por los objetos mecánicos, entre ellos los automóviles) o el tan actual transhumanismo (el movimiento que vela por una especie híbrida entre humanos y máquinas), aquí funcionan como metáforas con el fin de trazar una conversación acerca de las sexualidades andróginas y el no-binarismo, quienes simbolizan una amenaza para el sistema patriarcal y heteronormativo. Como en Raw, el drama familiar también constituye una parte valiosa de la trama, haciendo foco en las relaciones paternofiliales y la maternidad no deseada. Cuestiones como la aceptación de los hijos, la pérdida, la reconstrucción y la necesidad tanto de recibir como de dar afecto, fluyen con naturalidad en medio de esta fábula oscura y surrealista. Algo que puede sonar extrañamente conmovedor para un film repleto de violencia como Titane, pero que la directora demuestra saber manejar con ingenio. A fin de cuentas, se trata de una historia sobre personajes vulnerables, profundamente dañados, cuyo pasado traumático se ve reflejado en la autodestrucción de sus cuerpos.

Titane

Seguramente, la película de Ducournau continúe generando muchas más lecturas y relecturas y dividiendo aguas entre los espectadores. Lo cierto es que estamos ante un film con todo el espíritu de película de culto, que no teme correr riesgos en medio de un panorama crudo para el cine de autor, donde las salas atestadas de blockbusters familiares y sus respectivos remakes ad infinitum han hecho de los festivales el único refugio para un público adulto en busca de voces distintas. Lejos de los efectismos baratos y la complacencia, Titane nos ofrece una película de género inteligente, incómoda y vibrante, en donde ya no hay lugar para las ideas preconcebidas.

¿Te gustó lo que leiste? Ayudanos a seguir creciendo! 
-

Invitame un café en cafecito.app

Titane (REVIEW)
Conclusión
Julia Ducournau logra con su segundo largometraje una nueva exploración de las cuestiones de género y el drama familiar a través de una interesante mixtura de body horror, slasher y surrealismo. Una obra transgresora, visualmente hipnótica y rica en simbolismos, que la posiciona entre los mejores nuevos exponentes del terror.
Nota de lectores2 Votos
92
75
Total
Click to comment

Deja un comentario

More in Críticas

Trending

To Top