RECAP: The Walking Dead 5×12, adiós a la barba de Rick

The Walking Dead 5×12 explora la idea de volver a adaptarse a una sociedad ya dada por perdida. Rick y el resto del grupo llegan a Alexandria, aparentemente un lugar pacífico: los personajes esperan que así sea pero la paranoia de haber vivido más tiempo del recomendable en ese salvaje mundo que no acepta dormirse un segundo, va a poner en riesgo la posibilidad de tener un instante de paz.

The Walking Dead 5×12: Remember

Suponemos que ya viste el capítulo, si no lo hiciste ¿Qué hacés acá?

Durante años la queja para con The Walking Dead fue “no pasa nada”, poca acción, pocos zombies, mucho drama intimista sobre la supervivencia. Me pregunto, esa misma gente ¿qué estará pensando luego de ver Remember, un episodio donde apenas si pasa algo?

The Walking Dead 5×12 gira alrededor de un concepto simple: en el supuesto caso que el pueblo sea civilizado como parece y no esconda ningún Terminus ¿están preparados para compartir un entorno así?

Con sólo mirarlos un segundo te darás cuenta son una manga de bárbaros que mejor ni cruzarte, pero al menos por un momento se van a permitir pensar que se puede. Rick (Andrew Lincoln) se afeita, se ducha vaya a saber uno después de cuánto tiempo, y apenas si él mismo se reconoce al quitarse esa barba sin control.

Casi que hasta da risa verlos todos sucios, caminando sin bajar la guardia esperando un Gobernador que salga debajo de las piedras. No creen que la civilización siga existiendo y tampoco recuerdan cómo era vivir en ella.

Ahora lo importante es sobrevivir. A toda costa

Uno a uno cada integrante del grupo de sobrevivientes será entrevistado por Deana (Tovah Feldshuh) la líder de la comunidad quien -a modo de casting para Gran Hermano– los graba, escucha, analiza y trata de descifrarlos para saber qué lugar pueden ocupar dentro de ese lugar.

Es grato destacar lo mucho que han progresado los personajes en este show, cuando hace unas temporadas daba lo mismo si vivían o morían de tan mal caracterizados que estaban. Hemos pasado de ello a seres que conocemos y queremos, que son capaces de definir todo su pensamiento en una línea sin tener que explicar lo que verdaderamente sienten. Ejemplo de ello es la entrevista a Carol (Melissa McBride): lo que dice deja expuesto por omisión sus reservas para con ese sitio. Lo que oculta adquiere sentido por complicidad con nosotros espectadores. Digno de aplauso.

La semana pasada, revisionando el episodio 5×11 (RECAP acá) nos preguntábamos ¿hacia dónde va el show? En el cómic Alexandria viene a ser como un punto de giro, un viraje hacia la reconstrucción de la sociedad. Con la llegada a Alexandria estamos hablando de un verdadero tiempo de paz, de asentamiento, de un ritmo que no sabemos si el show televisivo (y sus espectadores nerviosos) son capaces de asimilar sin que nos peguemos una siesta viendo cada episodio. En The Distance la ambigüedad sobre si Aaron (Ross Marquand) es o no uno de los malos mantiene en vilo al televidente y genera situaciones tensas con el diálogo más inocente. ¿Cuánto podemos soportar de un The Walking Dead con apenas dos zombies que se asoman, inmersos en una falsa tensión y con el grupo trabajando y viviendo un normal día a día?

Rick debe decidir si se quedan o no, si creen o no. La escena en la ducha, rompiendo ese caparazón de dureza extrema que ha construido con el tiempo, es bastante icónica y nos dice que sí, pero será su propio hijo quien le advierte que en ese lugar son débiles. Ellos no pueden ni quieren permitirse volver a ser débiles. Pero quizás los habitantes de Alexandría no esconden ningún secreto (ni ocultan hijas convertidas en zombies dentro del placard) y eso es justamente lo que quieren: que los nuevos no sean débiles pues los traen para ayudarlos a sobrevivir y ser fuertes. Dudas y más dudas.

En la entrevista Carl (Chandler Riggs) recuerda que mató a su madre, cosa que ya ni me acordaba porque lo importante es que esa perra de Lori esté bien muerta sea en manos de quien sea, pero muerta y olvidada como se merece. Perdón, nada que ver pero tenía que descargar.

Volviendo, Daryl tal vez sea el único con claro rechazo a esta nueva (antigua pero olvidada) forma de vida. ¡Bañate sucio!, da ganas de gritarle pero entendemos que de todos es el único que ni siquiera antes del brote zombie era un tipo de vida tranquila y sociable. Si el apocalipsis no existiese sería imposible él pertenezca a ese grupo. Su reticencia a que los demás vuelvan a ser lo que eran puede dar juego interesante si no van a destrozar el lugar el próximo capítulo.

Está claro que el grupo tiene más ganas de ponerla mantener relaciones que de encontrar un poblado tranquilo donde vivir, y parece que algunos ya tienen candidatas para la fiesta: Rick se cruza con una peluquera (encarnada por Alexandra Breckenridge, la mucama hot de American Horror Story: Murder House) muy buena onda y –detalle- casada; mientras Carl conocerá una chica que está teniendo algunos problemitas para adaptarse al lugar.

Para el final del episodio se reservaron algo de acción: padre e hijo Grimes salen de cacería de zombies y Glenn va a tener el primer enfrentamiento con gente de la comunidad: discrepancias sobre quién verdaderamente sabe sobrevivir fuera de rejas que te protejan los llevarán a agarrarse a las piñas y aparecerá Daryl sacado defendiendo a los suyos. Sucio, porque termina el capítulo y le sigue haciendo asco al agua y al jabón.

Deana agradece que hayan puesto en su lugar a esa gente que parece necesita ser ubicada y centrada. Nuestros héroes empiezan a sentir que pueden asentarse tranquilamente allí, volver a ser sheriff Rick, volver a cocinar Carol y en el peor de los casos -si los habitantes de Alexandría no pueden sobrevivir- quedan resonando las palabras del protagonista:

Entonces simplemente tomaremos este lugar

Que ya sabemos que son unos locos de la guerra, capaces de todo por subsistir. The Walking Dead 5×12 nos deja con la duda de si podrán adaptarse a un medio apacible, de quién joracas se llevó el revólver de la licuadora y nos trae una certeza: definitivamente vamos a extrañar la barba más exagerada y épica en la historia de la televisión.

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