BAFICI [16]-REVIEW: El Último Emperador 3D

El revisionado en la gran pantalla del film de Bertolucci no hace más que revalorizarlo.

Cuando uno tiene la oportunidad de ver una épica película como El Último Emperador en la gran pantalla para la que fue concebida, uno no tiene más que agradecer la sabiduría de los organizadores del BAFICI de traer estos clásicos. Pero la proyección de este título venia con la curiosidad del 3D, lo que cuece la pregunta de ¿Cuánto puede sumar el formato a una película como esta? o bien, y esta es una pregunta que podría aplicarse a la mayoría de las pelis exhibidas en ese formato ¿Es realmente necesario?

¿Cómo está en el papel?

Como su titulo lo indica, la peli cuenta la historia de Aisin Gioro Pu Yi, el Último Emperador de China. Tras llegar a una prisión en

 Manchuria (la frontera de China con Rusia) en 1950, con la China Comunista ya al frente de la situación, y con este marco nos metemos en racconto del derrotero que lo llevo hasta ahí.

Aunque el gran tema de El Último Emperador, parecería ser el choque de las costumbres antiguas con el mundo moderno, es, a mi parecer, la historia de alguien que fue Emperador solamente por título; o bien fue manipulado por influencias externas, o se sumió en un hedonismo y una ebriedad de poder que le impidió ver las responsabilidades que conllevan tener ese título. No me gustar utilizar frases de Disney o Marvel para ilustrar los temas que trata una película como esta, pero podríamos decir que uno de los saldos que nos deja esta peli es que “Un gran deber conlleva una gran responsabilidad” y “Ser Rey [o en este caso, Emperador] implica algo más que hacer lo que quieras”.

No obstante, también podríamos decir que la película cuenta la historia de un hombre, que con poder o sin el, nunca fue verdaderamente libre. Y nunca fue libre, porque nunca maduro, y nunca maduro porque no tuvo una infancia completa. Si no puede discernir el bien del mal como hombre, ¿Cómo podría hacerlo como un emperador? ¿Cómo podría discernir lo que es bueno o malo para un país o su gente?.

¿Cómo está en la pantalla?

Cabe destacar que El Ultimo Emperador es junto con El Retorno del Rey, una de las pocas películas que gano todos los premios Oscar a los que estuvo nominada. Aparte de ganar como Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Adaptado, se hizo con los galardones de Mejor Dirección de Arte, Mejor Vestuario, Mejor Fotografía, Mejor Montaje, Mejor Música y Mejor Sonido. Al verla de nuevo y en la gran pantalla, puedo ratificar y garantizar que todas y cada una de esas estatuillas están justificadas. El nivel de detalle de los decorados te sumerge en el mundo de Pu Yi; retratando un encierro elegante, pero que no deja de ser encierro. El vestuario supo capturar el detalle y la rimbombancia de la China Imperial, pero también supo darle elegancia y estilo cuando Pu Yi sale del palacio. La música de David Byrne, Ryuichi Sakamoto y Cong Su, es épica y es una de esas partituras que quedan en tu cabeza mucho después de que la peli termina. El montaje no solo corta con paciencia, sino que ordena los flashbacks y flashforwards de manera tal que produzcan un impacto mayor en la comprensión de los temas que trata la película.

Párrafo aparte merece la verdaderamente extraordinaria fotografía de Vittorio Storaro. Las composiciones y movimientos de cámara en Cinemascope son lo de menos, aquí lo que reina es una señora inteligencia sensorial a la hora de utilizar el color (el rojo y el amarillo) en las imágenes.

La película es adecuada actoralmente, cosa entendible porque dentro de todo, posee un protagonista pasivo. Aunque John Lone hace un buen trabajo como Pu Yi, igual que Joan Chen (que luego protagonizaría Twin Peaks) como su esposa, el punto más alto a nivel interpretativo que puede ofrecer esta película lo encontramos en el extraordinario Peter O’Toole como Reginald, el instructor. Es el desarrollo de su personaje el que pone de lleno los temas que trata la película.

La experiencia de verla en el cine

Las películas son grandes por como narran sus historias y no tanto el donde. Aunque yo pude ver El Último Emperador en mis años de adolescente viéndola en formato hogareño, recién llegue a apreciarla cuando la vi en pantalla grande (sobre todo una pantalla tan grande como la de la sala 7 del Village Caballito). Pude apreciar lo complejo de la narrativa, la belleza de las imágenes, lo conmovedor de las interpretaciones y la épica partitura musical.

Pero también cabe destacar que este fue un reestreno que llamo la atención por la conversión en 3D a la que fue sometida. Debo aclarar que esta es completamente innecesaria; no le suma absolutamente nada a una película que es de por si impecable a nivel visual. Uno se pone los lentes para no tener que ver la peli fuera de foco… eso es todo.

Conclusión

El Último Emperador es una experiencia cinematográfica como pocas; disfrutarlo en una pantalla grande y con un buen sonido no hace más que revalorizar su impecable realización. Cuando uno la ve en formato hogareño luce épico, mas cuando la ves en cine se siente épico. Esta es una película que te recuerda esa pequeña gran diferencia. Por experiencias como esta, deseas que este sea uno de muchos más clásicos remasterizados por venir.

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