Críticas
REVIEW: Yo y Kaminski
Crítica realizada en el marco del 16º Festival de Cine Alemán.
Un relato visual sobre el arte y el ego.
La expresión artística y el ego están íntimamente ligados, y el puente que los une es el deseo de trascender más alla de las limitaciones mortales. Están los que lo hacen para su propia satisfacción, y están los que tienen un hambre descomunal de recibir un reconocimiento. Ese ego, que todos tenemos en menor o mayor medida, es uno de los motores de Yo y Kaminski, la más reciente película de Wolfgang Becker, director de la recordada Goodbye, Lenin.
Detrás del autorretrato
El guion de Yo y Kaminski es bastante directo, cuidadosamente estructurado como si de un libro se tratara y hace énfasis en la personalidad egocéntrica de su protagonista, que otorga muchos de los momentos de comedia de la película. Si bien la película consigue adentrarnos en su universo y nos hace creer exitosamente que este pintor pudo haber existido cuando no fue así, debe decirse que entrada la segunda mitad de la película, la trama se desinfla y el desarrollo de los personajes más que responder a cambios creíbles, se perciben como incoherencias forzadas y edulcoradas.
Por el costado de la técnica, tratándose de una película sobre un pintor, la película cuenta con una fotografía y dirección de arte de gran colorido. Las composiciones de cuadro son prolijas y la escenografía nos sumerge no sólo en el curioso mundo de la escena artística sino dentro de la cabeza de estos dos personajes. Como si se propusieran hacer de cada escena un cuadro; una meta a la que llegan en algunas escenas, pero se alejan en otras.
Por el costado actoral, el dúo protagonista conformado por Daniel Bruhl (Bastardos sin Gloria) y Jesper Christensen (Casino Royale) es de gran química y lograda comicidad. Aunque Bruhl es el que abarca mayor cantidad de territorio por ilustrar efectivamente el patetismo que hay oculto detrás del gran ego de su personaje. Párrafo aparte merece Geraldine Chaplin, en una breve pero eficiente interpretación de una anciana senil que supo ser un amor de juventud de Kaminski.
Conclusión
Yo y Kaminski es una película con una riqueza visual y actoral que salta a la vista. Los temas del arte y el ego están lo suficientemente bien desplegados para dejar pensando al espectador. No obstante, la evolución de sus personajes es más forzada que orgánica. Su mensaje queda más presente que su historia o sus personajes, cosa que no está mal, pero una película para ser inolvidable necesita tener los tres apartados en orden.