La escena de la ducha de Psicosis en Bates Motel: agarrate con los cambios

Ya lo había anticipado Carlton Cuse, productor de la serie: “sería aburrido simplemente recrear Psicosis“. Momento icónico de la pantalla grande, copiado hasta el hartazgo, debía ocurrir en la 5º y última temporada de la serie de A&E (que nosotros en Latinoamérica vemos por Universal Channel). Incorporación de Rihanna mediante para interpretar a Marion Crane, la escena de la ducha de Psicosis en Bates Motel llegó de una manera sorprendentemente diferente.

https://www.youtube.com/watch?v=8VP5jEAP3K4

La escena de la ducha de Psicosis en Bates Motel: ¡WTF!

Alerta ¡Spoilers!

Llegó EL momento, la escena más esperada desde que se anunció que el show abarcaría un arco argumental coincidente con el film original de Alfred Hitchcock, al que sirve de precuela. Norman Bates (lo voy a decir ahora y con mayúsculas a los gritos: MONUMENTAL trabajo de Freddie Highmore) recibe en su hotel a Marion Crane, escapando de Los Ángeles con una valija repleta de dólares (400 mil, al contrario del film donde robaba 40 mil… la inflación es un mal mundial).

A poco del final definitivo, en el episodio Marion (5×06), Rihanna ingresa a la ducha como lo hiciera Janet Leight. Norman la espía, la mujer siente que alguien entra por la puerta, no hay nadie, sigue con su baño reparador, abre la cortina y… ¡sale con vida! Norman/Norma no hace su mítica aparición cuchillo en mano.

Norman le perdona la vida y Rihanna huye de la ciudad en auto y a toda velocidad, como si de uno de sus videoclips se tratase.

Hemos hablado mucho en la sala de guionistas sobre cómo hacer algo significativo con el material de Psycho en lugar de ser como, “Hey, estamos haciendo Psicosis”. Queríamos contar una historia diferente a la de la mujer siendo víctima.

Explica a Indiewire Kerry Ehrin, productora ejecutiva de la serie.

No había forma de redefinir a Marion Crane como una mujer moderna y empoderada si la matábamos en la ducha.

Así, Norman se debate entre la locura y la realidad, no permitiendo que su madre Norma (Vera Farmiga) tome el poder de su mente y lo lleve a matar. Pero el cambiazo de escena no se conformó con dejar viva a Marion. Se necesitaba si o si una víctima para que nadie se sienta defraudado. Aquí viene el segundo y shockeante giro: el asesinado resulta ser un hombre.

El amante de Marion, por quien ella robó el dinero para empezar una nueva vida juntos, llega al hotel luego que sus dos mujeres hayan descubierto sus mentiras. Sam (Austin Nichols, recientemente también asesinado en The Walking Dead) viene en busca de Marion pues su esposa Madeleine lo echo de casa arrojándole una copa de vino en la cara. Sam debe bañarse… se imaginarán lo que sigue.

Madre, ¿qué he hecho?

El giro de los acontecimientos respecto a lo visto en una de las escenas más clásicas del cine, sirve a la serie para redefinir a los dos protagonistas desde este momento y hasta el series finale. Que Norman no se haya vestido de mujer para cometer tal acto y verlo siendo consciente de lo que está haciendo, resignifica todo lo que conocíamos del personaje de cara a la recta final: por primera vez toma noción de quién es y de sus crímenes.

Empujado por su madre muerta recordándole insistentemente la figura de su abusivo padre, Norman se remonta a su trágica infancia y encuentra en Sam un reemplazo del progenitor (oh casualidad, también se llamaba Sam y seguro ni te diste cuenta).

La idea de que la persona en la ducha fuese Sam y ser una metáfora del padre de Norman, parecía apropiada para la historia que estábamos contando. En términos de Norman y Madre, significa un nuevo trato. Significa que Norma ya no tiene el control completo del negocio. Tiene que ser un socio igualitario.

Tampoco los planos fueron iguales. Si bien hubo lugar para la imagen del agua cayendo a cámara, cortina siendo arrastrada por la mano del moribundo y demases, la idea del director elegido Phil Abraham (todo un nombre para la TV, ganador del Emmy por el piloto de Mad Men, sin ir más lejos) fue no recrear fielmente la escena (que así le fue a Gus Van Sant) sino hacerla a su manera, creando tensión a partir de algunos puntos clave (Norman y la mirilla, por ejemplo) a manera de homenaje.

Debido a que Norman tiene claridad durante la escena de la ducha final, no había necesidad de ocultarlo detrás de una sombra como en la película, sino más bien todo lo contrario, exponerlo totalmente, siendo salpicado violentamente por la sangre.

Tampoco tuvimos el emblemático tema musical a fuerza de violines, sino que durante la escena de la ducha de Psicosis en Bates Motel suena Crying de Roy Orbison.

¿El resultado de esta locura? Sin dudas, uno de los episodios más impactantes y mejor logrados del año.