RECAP: Better Call Saul 1×06, Mike busca su Premio Emmy

Better Call Saul 1×06 si no es el mejor episodio de la mejor nueva serie de 2015 (hasta el momento claro, que el año recién comienza), pega en el palo. Y lo es por una simple razón: es todo lo que un spin-off debe ser si quiere hacer honor al show del que nace y además generar una identidad propia.

Better Call Saul 1×06: Five-0

Suponemos que ya viste el capítulo, si no lo hiciste ¿Qué hacés acá?

Se preguntarán: ¿por qué ese subtítulo? Hawaii Five-0 era una serie policial emitida durante 1968 y 1980 (tiene actualmente una remake que le va bastante bien) y fue tal el éxito del show -lleno de policías rudos- que hasta los oficiales de la vida real comenzaron a ser apodados Five-0. De eso va este capítulo: de policías. Se aleja del protagonista y cede lugar a ese secundario con pasado en las filas de la ley y el orden: Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks)

Este juego de experimentación en manos de Vince Gilligan, Peter Gould y equipo, del que les hablamos cuando reseñamos el episodio anterior (RECAP de Alpine shepherd Boy aquí), lleva a que los creadores de la serie vuelven a sorprendernos cambiando una ya de por sí errante estructura.

La precuela de Breaking Bad nos va a mostrar el origen del ayudante de Gus Fring. Su historia se proyectará delante de nuestros ojos que verán pasar 43 minutos como si fuesen apenas 10.

Somos testigos en Better Call Saul 1×06 de la llegada de Mike a Albuquerque. El policía de Philadelphia baja del tren escapando de un pasado más tormentoso que ese futuro que le depara la ciudad de la meta azul. Y llega herido por un hecho que se irá develando con el correr de los minutos.

Los pocos instantes que la trama muestra a Jimmy (Bob Odenkirk) son para servirle a Mike, acá el protagonista no es otro que ese hombre del que poco nos contaron en la serie de Walter y Jesse. Jimmy (que sigue bien lejos de ser Saul) es llamado como abogado de Mike al ser detenido por los detectives con los que cerró el 1×05. No tanto lo quiere como abogado sino más bien como un señuelo para quedarse con la libreta de uno de los investigadores (el viejo truco de tirarle el café a otro sigue tan vigente como siempre)

Es más que agradable ver interactuar a Jimmy y Mike, no sé si es muy osado decir que se disfrutan tanto como lo hacíamos cada vez que Bryan Cranston y Aaron Paul compartían una escena. Son tan diferentes y tan destinados a estar juntos que rompen la pantalla de carisma.

En ese interrogatorio comienza a develarse lo sucedido: Matt, el hijo de Mike, era policía como él pero murió en servicio y seguidamente murieron dos de sus compañeros. Cuando esas muertes ocurrieron Mike se fue sospechosamente de la ciudad y aterrizó en Nueva México.

La mujer que pensábamos hija del personaje de Banks es en realidad la viuda de Matt, madre de esa amada nieta Katie a la que irá destinado el esfuerzo de Mike. A través de ella descubriremos el amor que el padre sentía por su hijo, un sentimiento tan fuerte que se enerva cuando lo llaman corrupto pues para él aquel pibe era lo más correcto en esa estación de policías asestada de corrupción.

Su hijo no quiso unirse en los negocios sucios de quienes lo rodeaban y quería denunciarlos. Pero Mike no sólo le aconsejó que no los delatara sino que además hizo lo peor que pudo haber hecho: le dijo que se uniera en esos asuntos no santos y disfrutara de las ganancias. Quiso convertirlo en él y le duele tanto como que -a pesar de todo- lo hayan asesinado. Transformó a su hijo, y no se perdonará jamás por ello.

Mike confiesa a Stacey lo que hizo, junto a ella nosotros espectadores observamos y nos emocionamos con Mike contando su secreto: personalmente urdió un plan para matar a los asesinos de Matt. Banks entrega una interpretación digna del premio Emmy (ya había sido nominado en 2013 pero se lo arrebató el joven Pinkman). Los asesina a sangre fría, una bala lo atraviesa y es la herida que vimos al inicio del capítulo. El círculo se cierra y nunca mejor explicado el proceso que trajo a Mike hacia las tierras que lo verán crecer en el delito.

Conocimos la parte de la historia que Breaking Bad no nos contó y está tan bien desarrollada que se puede disfrutar tanto si viste la serie anterior como si no lo hiciste (quiero creer ninguno de ustedes está en esa última posición). Se justifica el tono sombrío del personaje allá y acá en Better Call Saul, acercándonos a un hombre que tendrá vital importancia en el proceso de transformación de Jimmy McGill en Saul Goodman, un tipo duro marcado por la tragedia que no trata de justificarse y –como Jimmy en este punto de la narración- desea alejarse del crimen (tal cual le explica al veterinario con ínfulas de médico que le ofrece un turbio contacto). Sabemos que ninguno de los dos lo logrará.

El episodio no deja un segundo para el humor como venían haciendo hasta ahora y se construye con un guión tan perfecto que da ganas de aplaudir. La dirección es el otro punto fuerte a cargo de alguien con vasta experiencia en el mundo Gilligan: Adam Bernstein fue el hombre en quien Vince confió para cederle los tramos iniciales de Breaking Bad luego del piloto dirigido por él mismo, los capítulos 2 y 3 que dirigió marcaron a fuego el rumbo de la que se convertiría en una de las mejores series en la historia de la TV. Ahora le entregó el capítulo que los nostálgicos amarán y los nuevos alabarán.

Revelador, escalofriante, emotivo. Five-0 es todo lo que extrañamos de Breaking Bad y todo lo que esperamos de Better Call Saul.