RECAP The Walking Dead 7×13: todo por un melón

The Walking Dead 7×13 sigue con el camino que llevará a las diferentes colonias a esa tan anunciada y largamente estirada esperada guerra contra Los Salvadores. Es el turno para despertar a la gente de The Kingdom y al Rey que verá su reino temblar por un melón.

The Walking Dead 7×13: Bury Me Here

Obviamente ¡Spoilers!

No es un día más en The Kingdom. Es una jornada especial, donde se prepara el encuentro con Los Salvadores para entregarles su ofrenda consistente en… ¡un melón! Con el cuidado propio de estar llevando uno de los huevos de dragón de Khaleesi en Game of Thrones, la guardia de Ezekiel acomoda solamente un melón en el camión. Ese teaser antes de la secuencia de títulos será lo que Bury Me Here desgranará en los próximos minutos.

Resulta que debían entregarle 12 melones a la gente de Negan. En el trayecto a la acostumbrada reunión se topan con lo que suponen una trampa: la ruta ha sido cortada, conduciéndolos a una tumba preparada para alguien que pide ser enterrado allí. ¿Quién? Ni idea… por ahora, claro.

Vuelta al lugar pautado para la entrega y he aquí el gran conflicto: falta un melón, señoras y señores. La cosa se desmadra, y cuando estamos a punto de ver fallecer por ese fatal error (¡un melón! ¡¿Quién no se volvería loco por un melón?!) a Richard (Karl Makinen) quien la liga es Benjamin (Logan Miller), pues con The Saviors uno nunca sabe a dónde se dirigirá la bala que mata, porque así de locos están.

Corren y llegan a casa de Carol intentando salvarlo. ¿Se salva? Cualquier espectador mínimamente avispado sabrá que no, si siguió las señales del episodio:

-Benjamin observa a su hermanito entrenando para ser un luchador como él.
-Le pide ayuda a Carol y ella se la niega, mientras su mirada de madraza nos dice que haría todo por enseñarle.
-Le regala un cuadro a Morgan y cuenta que hay una chica en su vida.
-Habló más en 20 minutos que durante toda su estadía en la serie.

No es posible un intento más de los guionistas por generar cariño hacia el joven (tanto nuestro como de los personajes). Y eso, en cualquier serie de bien, significa muerte.

Dicho y hecho. El pibe se desangra y muere. La muerte que abrirá los ojos, la que sacará del letargo a Carol y Morgan. Pero los guionistas también se guardan un golpe de efecto, de esos que siempre funcionan por más forzados que parezcan.

¡Mirá lo que lograste con el melón, Richard!

Quien escondió el melón fue Richard, con el único motivo de hacer que de una vez por todas estalle la guerra, que Ezekiel vea lo que son esos villanos y decida unirse con Rick para batallar. Pensaba ser él mismo la víctima, el sacrificio necesario para volar todo por el aire. Pero el giro de los acontecimientos llevó a que sea Benjamin. Morgan descubre tal engaño y es el click que faltaba para que todo el misticismo del hombre del palo desborde y rememore crisis anteriores.

El hombre que se niega a matar, acribilla a Richard enfrente de todos (mientras ninguno reacciona como para ir a separarlos). Destrozado su discurso de paz, vuelve a irse no sin antes pasar por casa de Carol y contarle la verdad de lo ocurrido en Alexandria con Negan: asesinó a Glenn y Abraham (ah, y también a otros que no le importan a nadie) con un palo de béisbol. ¡Más respeto que ese bate tiene nombre y es Lucille!

Carol is back

Al iniciar The Walking Dead 7×13, Carol siente que aquel triunfo relatado por Daryl es mentira. Las pesadillas la despiertan en la noche, su instinto protector la lleva a querer saber la verdad, pero esa vorágine de dudas en que está inserta logra que siga en la ignorancia. Hasta el final del episodio, cuando las palabras de Morgan la hagan decidirse a salir de su reclusión para enfrentar a los malos. Va hacia Ezekiel y le dice lo que ambos saben: hay que enfrentarlos. Ezekiel, muy preocupado por su quinta atacada por gorgojos, le dice que sí, la guerra llegará… pero no todavía. Que esto los guionistas tienen que estirarlo -como sea- hasta el season finale.

The Walking Dead 7×13 se siente sólido y empleando bien el background y la esencia de los personajes, aunque tenernos toda una temporada preparándonos para una guerra que no llega puede sacar entendiblemente de las casillas a más de uno (millones, según el rating que pueden leer ACA). No es un problema de ritmo, pues siempre se guardan ese giro que vuelve a enganchar, sino más bien que la temporada se mueva a la velocidad de un caracol, en piloto automático como dije en el RECAP anterior, estirando como chicle lo que tranquilamente podría haber sido contado en la mitad de capítulos empleados. Quedan solo 3 episodios para un nuevo final: le rezamos a Shiva para que no se les ocurra dejarnos con un nuevo cliffhanger, teniendo que esperar por la guerra hasta la temporada 8. Que nos conocemos, The Walking Dead.

EPISODIO ANTERIOR | EPISODIO SIGUIENTE