REVIEW: El Candidato

Crítica realizada durante el BAFICI [19].

Un título con grandes aciertos actorales pero incierta en su definición narrativa.

La política y el irrefrenable deseo de saber la diferencia entre cómo se muestran los candidatos en oposición a cómo son en la realidad, ha sido materia prima para sendos ejemplos narrativos tanto en comedia cómo en drama. El Candidato, la segunda película de Daniel Hendler como director, se anima a meterse en esta dicotomía.

Elecciones en Noviembre… Elecciones

Martín es un político que desea salir de la sombra de su padre empresario y del actual partido político al que pertenece para formar uno propio. Con esa meta, se reúne junto a un equipo de creativos publicitarios en su casa de campo para filmar un spot. Toda esta experiencia es vista a través de los ojos de Mateo, un apolítico joven que trabaja cómo diseñador gráfico del equipo.

El Candidato otorga una concatenación de sendos momentos de comedia, algunos efectivos y otros no tanto, sobre la superficialidad del personaje de Martin, alguien que parece más interesado en la fama que trae el poder político que en una verdadera vocación de servicio público. Uno podría decir que el objetivo concreto es la búsqueda de una imagen y mostrar el contraste de esta con la realidad mediante la comedia, pero por desgracia a medida que progresa la trama, empieza a dejar las arenas de ese género para adentrarse más en el terreno del thriller político, con una intención de entrar en una comedia más negra que, por desgracia, trae como resultado el que la película no tenga claro qué quiere ser.

No obstante, cabe aclarar que, en su búsqueda temática, es una película que no se casa con ninguna ideología política y tira dardos para todos los costados, mostrando los defectos de todos. Con una mayor fidelidad genérica, este tratamiento temático hubiera alcanzado una mayor profundidad todavía.

El reparto es solvente y a la altura del desafío, pero es Diego de Paula quien gobierna (nunca mejor dicho) la película como Martin, reflejando claramente las intenciones y realidades narrativas del personaje. Del resto del reparto, lo acompañan hábilmente interpretaciones de Cesar Troncoso, como su compañero de fórmula y Verónica Llinas, como una excéntrica madrina política. En el terreno técnico la película goza de una buena fotografía y montaje, y una dirección de arte que sabe mimetizar a los personajes con su entorno.

Conclusión

El Candidato es una película que, si bien se mueve en el entorno de la política, habla más de la superficialidad que se sospecha tiene la misma, sin discriminación de los extremos. A pesar de no sostener plenamente sus intenciones de género, entre su apartado actoral y visual, su tema llega a buen puerto.