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El último bastión de humanidad ¿Vale la pena jugar Dying Light 2?

El estudio polaco Techland nos trae la esperada secuela de su título más ambicioso. ¿Estará a la altura de las expectativas? Hoy te contamos si vale la pena jugar Dying Light 2. 

Dying Light 2 es un RPG de acción en primera persona que combina elementos de varios géneros en un peligroso coctel que para algunos será épico, pero que para otros será una profunda decepción. En esta nueva entrega jugamos como Aiden Caldwell, un peregrino parte de un selecto grupo de mensajeros que son los únicos capaces de recorrer el mundo devastado por una infección zombie. Estos peregrinos son muy habilidosos en el parkour y esta habilidad será fundamental para desplazarnos entre las calles y techos de la ciudad y el mundo abierto presente en Dying Light 2

Como todo buen RPG de acción, tenemos un mundo abierto lleno de cosas para hacer y lugares para investigar, con dos grandes grupos de estructuras en la construcción del imaginario de Dying Light 2: el entorno rural y la ciudad.

El entorno rural tiene riscos, peldaños y demás irregularidades geográficas para permitir la exploración y el desplazamiento. Este mundo se siente vivo, la vegetación se mueve al ritmo de la brisa que sopla, algunos insectos se hacen presentes y la iluminación hace que la vegetación nos envuelva con ese abrazo cálido que se sienten en juegos como Firewatch. Todo esto acompañado de una paleta de colores y una muy buena banda sonora que intensifican las sensaciones. 

Por otra parte, la ciudad está llena de elementos que favorecen el parkour para que podamos sostener el desplazamiento por los techos durante mucho tiempo. Tocar el suelo es casi siempre una decisión personal para poder completar algún objetivo principal o de los cientos de encargos secundarios presentes en Dying Light 2. Estas estructuras están colocadas de manera estratégica y una vez hayamos dominado los controles y habilidades de movimiento y parkour, el recorrido a través de la ciudad es sumamente placentero, pero esta exquisita construcción no disimula la repetición de assets. En algunos momentos tendremos una sensación de deja-vu del tipo “pero, yo ya estuve en este techo” pero también es comprensible que ocurran este tipo de situaciones. 

Dying Light 2

Todo lo bello e interesante que tiene el mundo abierto lo pierde en las secuencias de entornos cerrados. Al jugar esas típicas misiones pasillescas donde debemos recorrer recovecos infestados de enemigos se sienten genéricas y sin personalidad, fuera del ritmo general del juego.

El guion tiene altibajos, hay una idea general interesante que se percibe desde el prólogo del juego, en donde se nos cuenta que el primer virus se erradicó pero que la naturaleza humana hizo que se lo siguiera investigando con fines comerciales y militares. La consecuencia es que por culpa de la ambición humana ese nuevo virus se extendió y volvió a condenar a una civilización en una muy temprana recuperación.

Dying Light 2 nos invita a jugar con esta dicotomía todo el tiempo y no solo debemos evitar contagiarnos sino que deberemos luchar por mantenernos humanos, en el sentido más filosófico del término. Este sistema de decisiones está presente a lo largo de todo el juego y algunas son más pequeñas, como entregarle o no a algún personaje que nos pidió ir a buscar ciertos recursos; pero otras son más profundas, como elegir a qué facción apoyar o condenar a la muerte a cierto personaje.  

Estas decisiones sobre el destino de otros seres humanos buscan ponernos incomodos, que nos cueste elegir y dicen alterar de cierta manera el desarrollo de la narrativa. Lo cierto es que las decisiones pesan menos de lo que parece y en vez de un sutil entramado de elecciones que construyen nuestro destino, son mas bien caminos pre definidos de una manera bastante grosera, mas cercana a Cyberpunk 2077 que a The Witcher 3, por citar el trabajo de otro estudio polaco. 

El parkour en Dying Light 2 está muy pulido y es muy divertido de jugar

Otro problema con la construcción de la narrativa de Dying Light 2 es la cantidad de misiones insignificantes que tenemos que hacer, esas del tipo “habla con esta persona, vuelve a la base, anda a hablar con otra persona y vuelve otra vez a la base”, dando como resultado idas y vueltas sin sentido que solo añaden tedio. La construcción de los personajes secundarios es bastante promedio, con perfiles exagerados y bien marcados que repiten todos los lugares comunes que puedan imaginarse. Podrían haber elegido un camino más sutil, jugar con matices en donde no podamos definir si hay alguien bueno o malo, eso sí pondría en jaque nuestra humanidad, servirían a la propuesta. El resultado final al jugar Dying Light 2 no es malo, no me malentiendan: es lo esperable, estándar. Pero le falta esa vuelta de tuerca que lo haga especial.   

En cuanto a contenido, tenemos infinidad de cosas para hacer y numerosas mecánicas por aprender. Lo primero son las numerosas habilidades de desplazamiento y combate que iremos desbloqueando con la progresión del juego y que nos convertirán en un mejor peregrino. El árbol es bastante extenso y además luego tenemos las inyecciones de inhibidores, que encontraremos mediante la exploración y sirven para aumentar la resistencia y la salud.

La iluminación en Dying light 2 permite escenas como ésta
La iluminación en Dying light 2 permite escenas como ésta

El sistema de combate de Dying Light 2 se basa en la lucha cuerpo a cuerpo: bloquear, evadir y atacar. Este recurso está bien, pero con el tiempo se vuelve un poco monótono y llega el punto en que los enemigos no presentan desafío por más que vengan en gran número. Es importante destacar que no es un hack and slash o un beat´em up, el combate se basa en esperar la oportunidad y jugar nuestras cartas de manera segura. Tenemos mas de 200 armas para elegir y personalizar con alrededor de 20 modificadores distintos, el desplazamiento está muy pulido y recorrer los techos de la ciudad con las habilidades al máximo es una delicia. 

Dentro de las numerosas mecánicas de Dying Light 2 debemos señalar el ciclo día noche. Durante el día podremos jugar tranquilos, realizar encargos y misiones; durante la noche el mundo se vuelve más peligroso, todos los enemigos están al acecho y aparecen los aulladores, un tipo de infectado que convoca a todos los que estén alrededor para iniciar una persecución ni bien nos detectan. Además todos estamos infectados y la exposición a la oscuridad hará que suba nuestro nivel de toxicidad, por lo que deberemos bajarlo buscando luces ultravioletas o consumiendo algún ítem porque no podemos estar expuestos de manera indefinida . 

En cuanto al rendimiento, Dying Light 2 posee 3 opciones en Xbox Series X: Calidad, con ray tracing pero con el framerate limitado a 30 cuadros por segundo; resolución, con mayor resolución, pero sin ray tracing y rendimiento, a más de 60 fps pero con una menor atención al detalle. Al jugar en modo calidad la iluminación mejora notablemente, pero tuve una rara sensación de mareos que no me había pasado antes. Quizás es el campo de visión muy cerrado lo que a 30 cuadros por segundo produce una fea sensación, pero no pude disfrutar el juego de esa manera. En modo rendimiento la pérdida de calidad gráfica no es significativa, pero la diferencia de fluidez es tremenda y con el filtro “grano de película” activado, el resultado final es muy agradable.  

Dying Light 2 es un muy buen juego RPG de acción sin otro competidor directo, tiene el potencial de abarcar al todo el público que busque un juego como éste. El elemento RPG es lo que más lo define, con mucho diálogo, habilidades, puntos de experiencia, looteo, decisiones, etc. El sistema de combate está bien pero no es el elemento fundamental, solo lo suficientemente sólido como para engancharnos durante toda la experiencia. El desplazamiento y parkour está muy pulido, se nota la pericia del usuario. Jugar a saltar entre techos y balcones es una gran experiencia en Dying Light 2. En cuanto al apartado técnico se nota que le faltó un golpecito de horno más, pero nada severo que no se puede corregir en un futuro parche, resultando en que la versión entregada para Series X sea aceptable.  

En síntesis, aquellos jugadores que amaron el primero lo van a jugar con ganas y lo disfrutarán a pesar de las inconsistencias que posee desde la parte narrativa. Dying Light 2 es un correcto y entretenido juego, con pocos rivales directos.  

Dying Light 2 ya está disponible en todas las plataformas

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