Need For Speed Unbound, ¿vale la pena jugarlo?

Need For Speed Unbound es el regreso a las pistas de la popular franquicia. Con la búsqueda de ofrecer una reinvención, es su primera incursión en las consolas de actual generación ¿lo logrará?

Si hay algo que tienen en común los productos culturales de la década del 90 es su persistencia en mantenerse vigentes, negar el paso de tiempo e intentar revivir ese periodo de gloria una vez más.

Allá por el 94, salía la primera entrega de Need For Speed, asociado a una revista de automóviles para dar más seriedad. Mi yo adolescente volvía a casa después de la escuela a ver de qué se trataba ese juego nuevo, mientras en la  mochila llevaba el nuevo disco de Green Day, “Dookie”, sin saber que ambas cosas marcarían a fuego la cultura pop de los que ahora andamos por los +-40.

Sentarse frente a cualquiera de las dos cosas, un juego o un disco de esa época, es un ejercicio complicado ya que siempre está viciado de nostalgia, se mezclan las sensaciones y en muchas ocasiones es difícil tener cierta objetividad.

Así como Green Day es un icono del punk rock “adolescente” e influyó sobre cientos de bandas populares en la actualidad, lo mismo ocurre con Need For Speed Unbound, pero en la industria de los videojuegos el avance de la tecnología hace surgir a competidores por todos lados y no siempre son respetuosos de los legados.

Need For Speed Unbound parece, a primera vista, la idea de un grupo de señores grandes sobre qué le gusta a la juventud. Imagino la junta: “a los jóvenes les gustan las cosas japonesas y los dibujitos” y metieron algunos cambios visuales, que si bien resultan raros de asimilar al principio, terminan agradando.

El primer impacto de Need for Speed Unbound se da desde lo artístico, si bien la acción se desarrolla en una ciudad ficticia pero de aspecto real y los autos son recreaciones hermosas de vehículos licenciados, los personajes son cel shading y se mezclan con efectos estilo grafiti, como el humo de los vehículos. Lo mismo ocurre con los elementos de la campaña de un jugador. Esta apuesta por hacer algo disruptivo en un género tan explotado está bien, aunque quizás podrían haber ido “all-in” y, mezclar un poco de ese estilo con la ciudad de Lakeshore

Need For Speed Unbound ofrece un impactante apartado visual

Al igual que NFS Heat, Need for Speed Unbound tiene un ciclo día/noche, solo que en esta ocasión la policía está siempre presente. Manejar durante la noche es simplemente espectacular desde lo visual; la iluminación, los reflejos, la mezcla con los nuevos efectos visuales, todo es un deleite. Estas persecuciones policiales son quizás los mejor del juego, se sienten intensas y son muy divertidas.

Pero en contraposición se han eliminado los elementos más frustrantes de todos los Need for speed, los rivales ya no nos rebasan de manera ridícula, los pequeños obstáculos ya no nos detienen a cero al chocarlo, hasta el tráfico de frente es fácil de esquivar. Los jugadores novatos quizás no entiendan la referencia, pero aquellos que tienen más de 20 entregas encima sabrán de lo que hablo.

La conducción es desafiante, no permite muchos errores y olvídense de chocar, detenerse a cero y alcanzar al pelotón de la punta. Hay que mantener la concentración y aprovechar los boost de velocidad para rebasar a los competidores

Luego de las primeras horas de juego se nos introduce la verdadera estructura de Need For Speed Unbound, durante 4 semanas in-game deberemos juntar dinero para poder calificar al showdown final; cómo juntemos ese dinero depende de nosotros. Si bien la historia avanza un poquito cada día, en líneas generales hay bastante libertad para decidir cómo jugar las 25-30 horas de contenido que ofrece el juego en solitario.

Los tipos de eventos disponibles en Need For Speed Unbound son los estándares del género, con el añadido de carreras en circuitos cerrados donde obtendremos puntos por romper carteles y conos en una especie de Gymkhana, el modo es divertido y está muy bien diseñado

Para completar estos eventos tenemos una versión offline y otra online del mapa, si jugamos sin conexión podremos juntar coleccionables y seguir juntando dinero para comprar más autos y accesorios aun después de completar la campaña principal. En la versión online podremos acceder a desafíos especiales y listas de carreras que nos permitirán ganar aún más dinero. Pero en esta versión no habrá policías, lo que hace sentir al mundo vacío.

Si bien la ciudad es imponente y de un diseño abrumador, se siente muy vacía, hay algún que otro peatón por ahí, pero la sensación es de vacío, la cual se acentúa al no tener puntos de viaje rápido y tener que pasar una y otra vez por el mismo lugar. Una pena.

Need For speed Unbound está disponible para consolas de actual generación y PC, este corte de PS4 y Xbox One les permitió desarrollar una experiencia visual y de rendimiento excelente, todo se ve suave y hermoso en 4k a 60 frames por segundo.

La banda sonora está compuesta por un montón de artistas que no conozco, lo cual habla bien del juego. Son canciones actuales de artistas mundialmente famosos, pero la ausencia de una radio propiamente dicha y que los mejores temones son usados en los menús hacen que se esté lejos de la experiencia “subirse al auto y manejar” que tan bien logran entregas anteriores de NFS.

Este tipo de entregas, en un mercado saturado, deja pocos resquicios para la innovación más allá de lo técnico. Hay algo que el público masivo espera en un juego de conducción, salirse mucho de ese margen puede llevar al fracaso comercial y después de todo, los videojuegos son un negocio. Con este panorama en mente, Need For Speed Unbound casi logra romper el  molde, se nota esa búsqueda, se ve lo nuevo, pero atado a las convenciones del género.

Si, encontré lo que venía a buscar en Need For Speed Unbound, así como encontré lo que fui a buscar al último recital de Green Day en Vélez, un lugar de confort, feliz, con remembranzas de tiempos simples y felices; pero me queda la duda sobre que habrían conseguido de haberlo arriesgado todo.