RECAP The Walking Dead 6×05: ya no hay lugar seguro

The Walking Dead 6×05 continúa armando esta especie de rompecabezas empleado para construir la narración de una sexta temporada centrada en un muy corto período de tiempo, abarcado desde todos los frentes posibles. Los engranajes siguen girando y la serie evadiendo aquella pregunta que nos hacemos respecto al destino de uno de sus protagonistas más querido. La semana pasada fue con Morgan (RECAP de Here’s Not Here, ACA), ¿cuál es la excusa para hacerlo esta vez? Dotar de sentido a Alexandría y a esa parva de inútiles habitantes que es un verdadero milagro hayan llegado vivos hasta este punto.

The Walking Dead 6×05: Now

Suponemos que ya viste el capítulo, si no lo hiciste ¿Qué hacés acá?

El concepto “Episodio de transición” (“de relleno” para los amigos) existe desde el inicio mismo de la ficción televisiva. Momento en que la acción se toma un respiro, la trama aprovecha para remarcar líneas que quizás pasamos por alto o simplemente no se les ocurrió otra cosa que hacer y salió lo que salió (además de ahorrar un poco de presupuesto siempre necesario para gastar en el tramo final). The Walking Dead ha hecho de estos capítulos una de sus marcas más polémicas, puesto que estigmatizaron la serie de AMC (que nosotros vemos por FOX) y siempre terminan jugándole en contra en la visión general de sus temporadas. ¿Now es uno de ellos?.

Podríamos decir que si, como algunos dirán lo fue el de la semana pasada (no coincidimos: el 6×04 formaliza y explica el planteamiento moral de quien será clave en lo que viene). En realidad, la misión del episodio 6×05 es más importante de lo que parece. La acción podríamos resumirla en una línea: Rick vuelve (¿Cómo escapaste del camión? Olemos otro episodio centrado en ello a la vista) trayendo tras de sí la mitad de esa gigantesca horda de caminantes que se apilará en las afueras de Alexandría, mientras sus insoportables habitantes se espantan y se dan cuenta que deben aprender a sobrevivir pues ese es el nuevo mundo hasta ahora no visto por ellos. Eso y poco más (ya nos ocuparemos de Maggie y su Glenncito).

¿Cuánto nos importa la doctora de la cual aún no aprendimos su nombre? ¿Cuánta importancia le damos al hijo de Deanna y al grupito cuyo mayor mérito es haber ampliado la carga sindical -pasando de extras a bolos- al decir dos palabras cuando quieren llevarse la comida? ¿O cuánto ansiamos volver a saber de los hijos de la futura mujer muerta de Rick Grimmes?

La respuesta es simple:

Podés ser de la excepción a la cual le moleste esta respuesta, pero la sensación general (medida en grados de paciencia por nosotros junto al INDEC y la Universidad de Massachusetts) es que nos importan un rábano cuando aún no llegamos a empatizar por completo con “los nuevos” de la temporada pasada. La serie necesita revertir eso y se esfuerza en hacerlo. El show tiene larga vida por delante en base a impresionantes ratings (pueden verlos ACA) que llevan a la posibilidad de unas 12 temporadas (hablamos sobre ello AQUÍ). Con Rick, Daryl, Carol y Michonne solos no hacemos nada: existe una obligación implícita de aceptar los nuevos personajes, pues de entre ellos puede aparecer el nuevo protagonista (que Andrew Lincoln en algún momento va a decir basta).

Es así como The Walking Dead 6×05 emplea sus tácticas de persuasión para moldearlos, transformarlos o simplemente que comencemos a pensar en esos personajes como algo más que mero relleno. Porque si en el peor de los casos van a ser alimento de zombie, debería importarnos al menos un poco verlos ser desmembrados.

Alexandría ya no es lo que era: la esfera de cristal que protegía ese falso lugar de ensueño se ha roto y la cruda verdad estalla ante los ojos de los habitantes. El nuevo mundo es ese que huele tan feo, que no presenta escapatoria, donde el de al lado puede llegar a matarte por una lata de arvejas o donde si eres cobarde te suicidas cortándote las venas para ser un muerto vivo hasta que alguien te conceda el honor de destrozarte la cabeza. Now tiene la tarea central de despertar de una vez por todas a los Alexandrinos para que, ahora sí, el que no lo entienda muera. O te subes al eje del show (cazas o eres cazado) o quedarás fuera. El joven Ron parece haberlo entendido y pide la mejor ayuda posible, la del héroe en todo este lio, pero nada nos quita la mala espina de que se trae algo entre manos y que quien la va a ligar será Carl.

Deanna (Tovah Feldshuh) vagará sin fuerzas, presenciará la hipocresía de su hijo, verá su pueblo idílico repleto de cadáveres tanto por dentro como por fuera, hasta llegar a una conclusión (con forma de un literal baño de sangre) que nosotros espectadores conocemos hace tiempo: el único capaz de liderar esa gente es Rick. La sombra de un interminable bucle argumental puede llegar a ser peligrosa (cada nuevo personaje que aparece debe pasar por un período de adaptación hasta darse cuenta de que matas o mueres con Rick escupiéndole verdades en la cara), pero en este punto Now se siente necesario para que la cachetada de realidad sea más dura y efectiva. Si te encogiste en el sillón al grito de “¡En la cabeza, señora, en la cabezaaaaa!” cuando Deanna se enfrenta al putrefacto y no para de clavarle una botella en el pecho (como si nunca hubiese visto siquiera una película de zombies), es que la serie -pese a las críticas- va por buen camino: el proceso de inserción de los nuevos caracteres en la lógica del show y en nuestros propios intereses como espectadores funciona. Si sólo miraste pensando “¡Es hora que se la coman!” tal vez deberías replantearte si no estás perdiendo horas valiosas de tu vida en algo que no te convence.

¡Hay esperanza! ¡A preparar los escarpines!

El romance tiene lugar privilegiado esta vez: hubo besos entre Rick y Jessie o Tara y Denise (tuve que recurrir a IMDB, lo reconozco), pero la gran revelación del episodio fue algo que sospechábamos: Maggie está embarazada. El peligroso trayecto en busca de su amor -atravesando túneles en compañía de Aaron- culmina con la buena nueva.

Maggie (Lauren Cohan) acepta que no puede arriesgarse a correr entre la horda pues lleva el hijo de Glenn en su vientre y debe protegerlo. Y ahora más que nunca queremos que nos digan si está vivo o muerto porque necesitamos redirigir nuestras propias emociones ante tamaña noticia. Pero claro, nos jugamos la cabeza a que la incógnita será revelada con suerte en el mideseason finale, el próximo 29 de noviembre.

¿Y eso?

El hilo de sangre en la muralla al final del capítulo: ¿zombies apretándose y explotándose unos a otros? ¿Grieta inminente para poner las cosas aún más patas para arriba? ¿Metáfora de la mentirosa seguridad que finalmente desaparece y la realidad sale a la luz? Cómo saber.