Tienen que ver Cortar por la línea de puntos: una joya perdida en Netflix

Una serie animada italiana que tuvo la mala suerte de lanzarse en una semana repleta de estrenos en Netflix. Y claro que la plataforma tampoco se encargó de promocionarla lo suficiente, como es su costumbre. Por ello venimos al rescate: tienen que ver Cortar por la línea de puntos y en esta nota les decimos por qué.

¿De qué va?

Sigue a Zero, un dibujante de cómics en Roma que se imagina a su conciencia como un armadillo que habla y a quien nadie más puede ver. Con él reflexiona sobre su camino en la vida y un futuro amor, mientras viaja con sus amigos fuera de la ciudad.

Por qué ver Cortar por la línea de puntos

“Seguimos yendo despacio, pensando que la vida debía ser como una figura, que solo debíamos rasgar por la línea punteada, que esa línea nos llevaría a nuestro destino y que finalmente todo tendría sentido”.

Cortar por la línea de puntos (en inglés Tear Along the Dotted Line, o en su italiano original Strappare lungo i bordi) parte de tal idea para rápidamente demostrar que es imposible seguir esa línea punteada sin errores, y que siempre una pequeña equivocación hará que se vuelva cada vez más difícil lograr que adquiera una forma razonable. Nos marca que todos somos retazos imperfectos de lo que imaginamos que seríamos, seres rotos en pedazos que jamás podrán volver a unirse.

Puede sonar muy profundo para una serie animada que arranca con puros chistes, reflexiones alocadas y críticas hilarantes sobre los treintañeros con sus vicios, miedos y frustraciones. Pero detrás de las risas y de lo surrealista de ver al protagonista vociferar y despotricar contra el mundo con un cínico armadillo, se esconde un duro y melancólico relato que aparece primero en pequeñas pinceladas para luego ir conduciendo la serie a un trágico desenlace.

Dicho de otra manera, empezás viéndola con una sonrisa para terminar derrumbado en un mar de lágrimas.

Un arco que podría parecer forzado, pero donde en realidad lo que hace al final (tranquilos, no spoileremos) es encajar piezas que estaban a la vista pero que pasamos por alto entre la vorágine de gags en apariencia desconectados y las interminables referencias a la cultura pop. Mientras los protagonistas hacen su viaje, real e interno, la serie emprende el suyo con destino hacia una de las experiencias más profundas y lúcidas que van a encontrar en la gran N.

Perdida en el catálogo

Poco se habló de Cortar por la línea de puntos, estrenada el 17 de noviembre, misma semana en la que varios tanques coparon la atención mundial en Netflix: la temporada 2 del suceso Tiger King, la corena Hellbound y la malograda (y cancelada) adaptación de Cowboy Bebop. En ese panorama, solo llegó al Top 10 de Netflix y fue un exito en su país de origen, mientras en el resto del mundo pasó sin pena ni gloria.

En otra serie eso significaría cancelación, pero Cortar por la línea de puntos funciona en realidad como una perfecta miniserie de 6 episodios de 20 minutos cada uno. No hace falta más (aunque no me quejaría si continuasen estas reflexiones paranoides y sarcásticas) pues el arco se siente así completamente satisfactorio.

La serie está creada por el popular dibujante italiano Zerocalcare (de nombre real Michele Rech), uno de los más conocidos y con más lectores en su país, oficiando como continuación de algunos videos experimentales que viene realizando hace años. Él actúa no solo como director sino también como protagonista y poniendo su voz a todos los personajes (menos al armadillo, interpretado por Valerio Mastandrea) durante 5 de los 6 episodios. En el último, acorde al giro de la trama, Zerocalcare cede su lugar para que cada personaje tenga finalmente voz propia. Una idea que acompaña ese pase de delirio inicial a drama con el que el autor intenta compartir su profunda y especial visión de la vida.

Pueden ver Cortar por la línea de puntos en Netflix

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