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La vuelta de los deportes extremos, razones para jugar Riders Republic

Riders Republic es una entrega refrescante para el subgénero de juegos sobre deportes extremos. Hoy te contamos las razones para jugar el último juego de Ubisoft. 

Aquellos que peinan canas, esos que ahora dicen “antes los juegos…” crecieron rodeados de juegos sobre deportes extremos, llenando de golpes al avatar de Tony Hawk o tirando 1080’s sobre tablas virtuales de Snowboard. 

El auge de los shooters online y los RPG de enormes mundos abiertos tomaron la escena del gaming y relegaron a los deportes a escasas excepciones como FIFA o NBA 2K algo. 

Riders Republic busca torcer la tendencia y nos invita a jugar un revival de los X-games en la nueva propuesta de Ubisoft. Si bien ya lo había intentado con Steep en 2016, parece no rendirse y nos trae esta experiencia más grande en todos los sentidos. 

Riders Republic nos permite jugar distintas disciplinas
Riders Republic nos permite jugar distintas disciplinas

La característica distintiva de Riders Republic es la variedad, mientras que las grandes apuestas en juegos de deportes extremos suelen enfocarse en una sola disciplina. En esta oportunidad podemos tomar el control de bicicletas, trajes de vuelo, snowboard, esquí e incluso podremos jugar como rocket man y atravesar el firmamento con nuestra mochila cohete. 

Comenzamos a jugar controlando una bicicleta y descendiendo por la ladera de una montaña. Hay algo atractivo, que nunca pasa de moda, en hacer pedalear a un minion virtual que jamás va a igualar, por ejemplo, los juegos de carrera. Es el primer vehículo que controlamos en Riders Republic, el más fácil y el más divertido por lejos. Luego de jugar algunas pistas, estaremos familiarizados con los controles y hacer piruetas, tomar las curvas con derrapes y acelerar a velocidades peligrosas nos resultará muy natural. A partir de allí podremos intentar con los controles avanzados para tener un feeling mejor de lo que sucede en pantalla.  

Las tablas de snowboard y los esquíes comparten los controles y son divertidos para ir de un lugar a otro y realizar piruetas en el camino, pero no poseen esa sensación de peligro que transmite la bicicleta. 

El wingsuit, en pos de la diversión, hace enojar a Newton y nos ofrece el estilo de juego más arcade de Riders Republic y que quizás desentona un poco con el resto de las opciones, podemos extender el impulso de manera casi indefinida, algo irreal, pero entendible desde cierta perspectiva. Después de todo, venimos a jugar ¿no? 

El jet pack es obviamente muy divertido para jugar, aunque los controles son un poco toscos. Lo interesante de todo esto es que Riders Republic no se siente como varias disciplinas que se controlan todas de la misma manera, como sucede con los videojuegos de los Winter games o los juegos olímpicos, sino que cada uno de ellos tiene personalidad propia, la que se manifiesta aún más al usar las vista en primera persona. 

Riders Republic nos permite jugar en siete locaciones reales en parques nacionales de los Estados Unidos, pasando por Yosemite, Zion o el Bryce Canyon. Durante la extensa hora que dura su tutorial, iremos saltando de lugar en lugar y conociendo los personajes que nos acompañarán durante el juego. Cada uno de estos NPC´s son bastantes estereotipados y cumplen las típicas funciones de vendernos cosas o guiar las actividades. 

Si eran fans de SSX tienen que jugar Riders Republic.

Riders Republic tiene dos grandes modalidades de juego, modo carrera y online. En el modo carrera podemos jugar 5 modos, que incluyen carreras y trick mode para bicicletas y snowboard y eventos aéreos. Al ir completando las distintas etapas podremos acceder a un “Big Event” que pondrá a prueba nuestras habilidades. 

El problema del modo carrera de Riders Republic es que se vuelve repetitivo con el correr de las horas, es inevitable sentir que tenemos que jugar una y otra vez los mismos eventos. Aunque hay que destacar que existen ciertos eventos especiales con objetivos medio ridículos que añaden variedad. Por ejemplo, en cierta ocasión tenemos que entregar pizzas en un lapso de tiempo mientras nos persiguen con una bicicleta propulsada por un cohete, hubiera estado muy bien añadir más de este tipo de side quests; quizás con el tiempo se vayan agregando. 

Un gran mundo abierto conlleva una gran cantidad de coleccionables y Riders Republic no es la excepción, hay cientos de cosas por juntar, algunas en forma de ítems únicos, otra de coleccionables y algunas estrellas para mejorar nuestra progresión. Lo bueno es que no nos obligan a jugar actividades que no nos gustan; para progresar en el juego y acceder a mejores ítems y demás etcéteras deberemos juntar estrellas, y medio que Riders Republic es como una maestra jardinera que nos da estrellas por cada cosa que hagamos. Pero tampoco nos vamos a quejar de cualquier cosa ¿no? 

En caso de sentirnos subestimados, podemos ir al modo online y competir con jugadores reales, lo podemos hacer en carreras y competencias de trucos tradicionales o podremos jugar eventos masivos que se activan de vez en cuando, suena la alerta y deberemos asistir al punto de reunión. Este es quizás el mejor modo para los no competitivos, ya que el caos de los 64 jugadores garantiza la diversión por más que no estemos en los primeros puestos. También podremos reunirnos con amigos y recorrer el mundo de manera libre. 

La sensación que se transmite al recorrer Riders Republic es impresionante, los paisajes son espectaculares y se puede sentir la inmensidad de la naturaleza por todos lados. Ya sea en la alta montaña nevada o en los áridos desiertos mientras cruzamos un imponente cañón. Ya sea en solitario o con amigos, la experiencia visual es sobrecogedora.  

Probamos la versión de Series X y más allá de los típicos errores en donde nos quedamos incrustados en alguna roca o árbol, la experiencia fue satisfactoria. Explorar cada uno de los escenarios es algo hermoso y relajante en Riders Republic, la fluidez con la que uno se desplaza gracias a los 60 cuadros por segundo, sin importar el medio elegido suma a la inmersión, Ubisoft sabe hacer esto y lo demuestra una vez más. 

Lo que nos saca un poco de la inmersión son esos personajes secundarios llenos de frases clichés, lo mismo pasa con la banda sonora. Si bien hay una extensa lista de canciones licenciadas, en ocasiones restan más de lo que suman y, por mas que me duela decir esto, es incluso mejor jugar con nuestra propia música. 

Pero en su conjunto, Riders Republic es un gran juego, ofrece variedad de gameplay y vuelve a traer a la conversación a los deportes extremos. En los momentos que se vuelve repetitivo nos ofrece la posibilidad de cortar e ir a recorrer hermosos paisajes solos o en compañía, y cuando tengamos suficiente paz, podremos sacudirla con eventos multijugador masivo. 

Además, tenemos la promesa de más contenido por venir. Sin duda es una gran opción que nos ofrece de todo un poco para hacer. 

Riders Republic ya se puede jugar en Xbox desde 5000 pesos (más impuestos) y a partir de 60 dólares en PlayStation 

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