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Pólvora en chimangos ¿vale la pena jugar Call of duty Vanguard ?

Activision lanzó su edición anual del popular shooter ¿está a la altura? Hoy te contamos las razones para jugar Call of Duty Vanguard

Call of duty Vanguard nos invita a jugar, una vez más, algunos de las historias surgidas de los sucesos de la Segunda Guerra Mundial. Esta vez al mando de un variopinto grupo de ¿carismáticos? soldados que tienen como misión encontrar algo supersecreto y derrotar al Nazi de turno en el camino. 

Una de las características de la franquicia, de un tiempo a esta parte, es ofrecer un paquete completo para satisfacer a todos los tipos de jugadores. Call of duty Vanguard no es la excepción y nos permite jugar una campaña narrativa en solitario, multijugador cooperativo y competitivo. Esta elección ya la posiciona por sobre sus competidores, que piensan que recortar contenido es una elección inteligente. De la calidad de ese contenido, hablaremos más adelante.

podemos jugar con distintos personajes en Call of duty Vanguard
Podemos jugar con distintos personajes en Call of duty Vanguard

Según un informe del NPD group, organismo que se dedica a recolectar información de mercado, los videojuegos son actualmente la industria del entretenimiento con mayores ganancias, superando a las películas y la música combinadas. Así es amigos, los videojuegos son un negocio, y uno muy bueno. Eso explica en parte por qué tenemos entregas anuales de juegos, pases de batalla y micro transacciones: porque las compañías quieren nuestro dinero.  

Pero además de un negocio, los videojuegos son una expresión artística y tecnológica, las grandes empresas deberían ser las que suben la vara, las que empujan los límites de la industria, las que eleven la experiencia al siguiente nivel. Lamentablemente Call of duty Vanguard no hace nada de eso. Sí, ofrece el paquete completo de entretenimiento para todos los jugadores, pero se queda solo en eso, tiene un mal equilibrio entre ser una máquina de hacer dinero y una agradable experiencia para jugar. 

Comencemos con la elección de la temática, cometiendo la falta de respeto de ignorar Wolfenstein. La segunda guerra mundial tiene unos 20 años apareciendo en más de 30 videojuegos, la propia franquicia de Call of duty tiene 10 juegos (contando Vanguard) sobre el tema. Si bien el público se renueva y vuelven a aparecer viejos intereses, siento que ya está agotado el recurso de alguna manera. La industria del entretenimiento toda ya dio una vuelta de página sobre la Segunda Guerra Mundial y si bien de vez en cuando aparece un nuevo contenido, busca hacerlo desde una perspectiva distinta.  

Call of duty Vanguard no lo hace; la campaña tiene todos los lugares comunes de las heist movies. Luego de una fallida primera misión, donde vamos a buscar algo necesario para la trama, los enemigos nos capturan y nos llevan a prisión. Una vez allí nuestro grupo multicultural, compuesto por el negro, la mujer, el gracioso, que acá es un australiano, y el carismático fachero, que obviamente es un estadounidense, pondrá en marcha un complejo y elaborado plan para escaparse del confinamiento, robarse ese algo que están buscando y derrotar a toda la Alemania Nazi. 

El mayor problema de jugar Call of duty Vanguard es que se siente hecho sin ganas.

La estructura de la campaña de Call of duty Vanguard gira en torno a las historias de origen de cada uno de los protagonistas, justificando de esta manera la falta de cohesión narrativa; en un momento estamos en la batalla de Midway volando un avión, en otros momentos estamos liberando las calles de un pueblo ruso con un rifle de francotirador. Una elipsis será razón suficiente para justificar estos saltos. Mientras la acción sucede en el presente con unas muy bonitas cinemáticas, cuando pasamos a la acción en el “pasado” tenemos resultados dispares, hasta da la sensación que distintos equipos hicieron las animaciones de distintas misiones, ¿efecto pandemia quizás?    

Estas historias de origen nos permiten jugar 2 misiones con cada personaje de Vanguard, cada uno de ellos tiene una habilidad única que busca darles identidad, pero resultan tan intrascendentes que no las vamos a extrañar cuando cambiemos de protagonista. Estas historias caen en todos los lugares comunes posibles, tenemos al héroe innato de guerra; al que descubre su capacidad de liderazgo en situaciones adversas, a la mujer que pierde su familia y lucha por su pueblo y al gracioso que demuestra su valor en batalla. 

Que Call of duty Vanguard nos permita jugar con cada uno de ellos en solo 2 misiones atenta contra el desarrollo de los personajes también; que muera un familiar cercano de alguien que controlamos hace 2 minutos tiene muy poca carga emotiva y termina resultando en “cuándo se termina de morir así sigo liquidando nazis”. En ningún momento el juego logra generar ese vínculo con los personajes, como sí lo hace con *me seco las lágrimas* Pierce y la Task Force 141 de Modern Warfare.  

Cuando terminamos todas las historias de origen y parece que el juego arranca, podemos jugar una misión con el equipo completo y Call of duty Vanguard termina en una misión intrascendente de perseguir al nuevo Hitler por un aeropuerto con la arrogancia de dejar un final abierto para futuras secuelas.  

La campaña de Call of duty Vanguard no es mala, es predecible, abusa de los lugares comunes, tiene una estructura de guion inconexa. Si ignoramos las historias de origen el resultado es ridículo. Los enemigos no son carismáticos, los protagonistas tampoco, es todo mediocre. Ni siquiera es original, Call of Duty: Finest Hour (2004) ya nos dejaba jugar con una francotiradora mujer rusa que peleaba para liberar a su pueblo junto al compañero de turno, no niego la referencia histórica, pero si se quedaron sin cosas por contar, no las cuenten y listo. 

Es esa peli de Netflix que uno pone el fin de semana y la mira mientras revisa el celular. La diferencia es que Call of duty Vanguard cuesta 60 dólares, no es una opción más dentro de un catálogo enorme al que tenemos acceso por pagar una suscripción. 

Pero para equilibrar, si no queremos jugar su intrascendente campaña, podemos saltar al plato fuerte de Call of duty Vanguard, el multijugador. El modo preferido por todos es sólido, usa el motor de modern warfare, pero vuelve a usar las mismas armas que hace 20 años, con las mismas rachas que hace 15 años y los mapas de hace 10 años. No arriesga en nada, tiene por ahí algún modo de juego nuevo que pasará al olvido cuando la base de usuarios pase a jugar solamente team deatmatch. 

La limitación se la pone sola el juego, al elegir la segunda guerra mundial no podemos tener ni rachas ni armas novedosas, hay algunas armas que dominan sobre otras, pero que van a cambiar con futuros parches, así que no perdamos tiempo en eso. Como novedad, hay superficies destruibles que podremos atravesar con el sprint táctico o a escopetazos, pero que al finalizar la partida la veremos intacta porque el usuario no cambia su manera de jugar. 

El mayor problema del multijugador de Call of duty Vanguard son los jugadores. El usuario habitual ingresa año tras año en las diferentes entregas de la franquicia y busca la menor curva de aprendizaje posible, quiere que la transición entre un juego y el otro sea mínima; así que nos encontramos frente a un dilema, cómo ser lo mismo de siempre sin parecer lo mismo de siempre. Hay ajustes en el ritmo y en el tiempo para matar, pero al final volvemos a jugar lo mismo de siempre con pequeños ajustes. 

Y si estás cansado de que te peguen en la cabeza desde la otra punta del mapa, podemos ir a jugar al modo zombis de Vanguard, que tradicionalmente busca expandir la narrativa con una historia propia, en donde se toman las licencias que el multijugador no le permite, armas raras, destrucción masiva, hordas interminables de enemigos. El resultado es el mismo que en todo Call of duty Vanguard: mediocre, falto de imaginación, nada destaca, nada deslumbra, no arriesga y se nota. 

En contraste con Modern Warfare o Cold War que arriesgan en lo narrativo y asombran por lo técnico, Call of duty Vanguard se siente como un juego de transición, donde buscan cumplir con la entrega anual obligatoria que les permita recaudar millones de dólares mientras le dan algo nuevo para jugar al usuario, pero que no destaca en nada. Cumple, está ahí, tomando todo lo que puede de su propio legado, abusando de cuanto lugar común encuentre, pero en ningún momento encuentra su personalidad. Lo más triste es que Vanguard ni siquiera lo intenta. No es Infinity Warfare, que arriesgó y no tuvo buena respuesta del usuario (Mars aeternum almirante Kotch), simplemente fue a lo seguro, buscó zafar el año y nada más. Cuestionable, pero válido. 

Call of duty Vanguard ya está disponible para jugar las plataformas de siempre, con varias ediciones para elegir, arrancando en Xbox a 5400 pesos (más impuestos) y por 70 dólares en PlayStation

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